/ viernes 2 de julio de 2021

Kult | Joselo Rangel, el escritor

Esta vez quisimos hablar con Joselo, el escritor; una faceta con la que en este 2021 cumple una década de compaginar con la música

Nuestro encuentro se lleva a cabo una lluviosa tarde de viernes en Tepoztlán Morelos. Como preludio, Joselo y un grupo de amigos en común jugamos una partida de Scrabble, en la que dada mi casi nula habilidad requiero de la ayuda de mi entrevistado, quien demuestra ya una amplia experiencia en el arte de armar palabras sobre un tablero, la cual supongo ha desarrollado en paralelo con la de contar historias y que es precisamente el tema que tocamos en esta conversación.

¿Cómo definirías a Joselo Rangel, el escritor?

Para empezar, te diría que soy un escritor al que sobre todo le interesan las historias. Más que la forma o el cómo están contadas, lo que más me interesa es el resultado final de esa historia y que esa historia te transporte o te lleve hacia un lugar diferente al que te encontrabas. Como lector me interesan mucho las novelas, pero cuando comencé a escribir ya más formalmente me di cuenta de que lo que se me daba de forma más natural eran los cuentos, y aunque siempre hay elementos fantásticos en mis historias no es precisamente fantasía lo que escribo; me gusta agregar algún elemento fantástico que le de sentido a la historia. También tengo una tendencia hacia el humor, no es precisamente un humor que yo este buscando, sino un humor que va surgiendo en el momento, pro es hasta que tengo la retroalimentación de los lectores cuando me dicen que se rieron mucho con mis historias, que me doy cuenta de ese humor. También, para mí es súper importante conectar con otras personas en cualquier actividad, ya sea escribiendo una canción o un cuento, o ahora que me estoy iniciando en la pintura, siempre conectar con los demás es muy importante para mí.

¿Dirías entonces que para ti no hay libros buenos o malos, ni música buena o mala, sino que simplemente libros y música con los que conectas o no?

Sí, definitivamente. Hay autores con los que conecto y autores con los que no. Para mí es muy importante cuando empiezo a leer un libro que al terminarlo no siga yo siendo la misma persona que empezó ese libro. A lo mejor suena como algo muy arrogante o ambicioso, pero ese cambio puede ser algo tan simple como aprender una palabra o tener una sensación o algún sentimiento que no había experimentado antes. Soy muy fan de los memes y lo que más me gusta es que es un lenguaje que conecta de manera inmediata. Te pueden causar una carcajada, te pueden dar tristeza o hacer reflexionar sobre algo que no habías pensado. Y también me gusta mucho que los memes son cultura popular, algo que ahorita están muy de moda y que seguramente por eso mucha gente menosprecia o dice que son irrelevantes o sin importancia, pero yo creo que sí son importantes… ¡Me encantaría que todo mi trabajo pudiera conectar con la gente de la misma forma que lo hacen los memes!

Foto: Roberto Hernández

¿En qué momento el niño o el joven Joselo Rangel se da cuenta de que quiere escribir?

Empecé a leer cuentos o historias desde muy chico, pero realmente empecé a tener claro que quería escribir cuando empiezo a leer ciencia ficción, como a los 10 años. Veo en el cine La Guerra de las Galaxias y me empieza a interesar todo lo que tiene que ver con la ciencia ficción pero a diferencia de otros niños que tenían acceso a los juguetes más modernos, a mí lo que me interesaba eran los libros. En mi casa había muchos libros de ciencia ficción, porque a mi papá le gustaba eso, además de los temas de cosas paranormales o relacionadas con ovnis. También había una revista que se llamaba Duda, que era como un cómic en el que cada semana había un tema distinto acerca de ovnis o de extraterrestres, así que como te dije, desde los 10 años me volví muy fanático de la ciencia ficción, una afición que conservo hasta la fecha. Y ya de adolescente empiezo a leer más literatura universal, contemporánea, mucha literatura mexicana o latinoamericana, pero al final siempre regresaba o más bien siempre regreso a la ciencia ficción, aunque a veces me cansa, sobre todo cuando me encuentro con escritores que tienen muy buenas ideas pero la historias no me gusta cómo están contadas.

Entonces, ¿cuándo te diste cuenta de que querías ser escritor?

Bueno, cuando termino un libro me pasa que, en vez de sentirme satisfecho, a veces lo que me genera es un sentimiento de pensar que quiero escribir algo similar o quizá algo mejor… Y esas dos sensaciones son las que me llevaron a escribir mis propios textos... Mucha gente me dice cosas como: “Estás en un grupo, eres famoso, compones canciones, has tenido mucho éxito, ¿por qué esa necesidad de ser escritor? Y la respuesta es muy sencilla: es por el amor que le tengo a los libros y a las historias desde muy pequeño, las ganas de siempre estar presente de alguna forma en el mundo de la literatura y bueno, al final también mis canciones son pequeñas historias o cuentos.

Muchas gracias Joselo. Quedamos pendientes para platicar de tú próximo libro.

Gracias ti y saludos a todos los lectores de Normal.

***

JOSELO HABLA DE SUS PROPIOS LIBROS:

Crócknicas marcianas. Editorial Universitaria, 2011


Después de casi 5 años escribiendo mi columna semanal para el periódico Excélsior, se acercó mi amigo y socio Álvaro Abitia para decirme que la Universidad de Guadalajara quería sacar una colección de libros de músicos que también escribieran. Le dije que me encantaría, pero que yo no tenía ningún libro publicado. Y con lo que yo no contaba era con que él ya tenía la idea de hacer un libro con todas mis columnas del diario, que eran como doscientas. En resumen, así fue como surgió ese primer libro. Álvaro siempre me insistió mucho en que si mi intención era ser escritor, lo importante era no dejar de escribir y que bueno que lo hizo, porque al final yo me quede con la sensación de que ese libro se escribió solo.

One Hit Wonder. Almadía, 2015


Este libro surgió en un momento en el que me empezaba a cuestionar que más que hacer crónica o ser una especie de periodista, a mí lo que más me interesaba o me interesa hacer es la ficción, y fue por eso que decidí ponerme a trabajar en ese género, un poco pensando en que sólo con disciplina y escribiendo mucho lo iba a lograr… Ya teniendo la experiencia de publicar una columna semanal en un periódico, se me ocurrió hacer un blog (Textos Mutantes), donde me puse como objetivo publicar un cuento cada semana, así que al cabo de un año de haber abierto el blog ya tenía 52 cuentos publicados ahí, que al final son casi todos los que conforman el libro, y es que siempre he pensado que para hacer cualquier cosa, como tocar un instrumento, andar en patineta, jugar videojuegos o jugar scrabble (risas) necesitas oficio, necesitas invertir muchas horas y adquirir una disciplina, y lo comprobé con este libro que además me dio la certeza de ya estar en el camino de ser escritor.

Cuba Stone. Tusquets, 2016.


Este es un proyecto que me propuso Editorial Planeta. Su director me preguntó si me interesaba ir a Cuba para, a partir de ese viaje hacer una crónica del concierto de los Rolling Stones en la Habana, en abril del 2015. Obviamente, mi respuesta inmediata fue: ¡Claro que sí! Lo primero que me aclaró fue que no había un pase especial, ni pase de backstage ni nada de esas cosas, que tendría que ir como cualquier asistente al concierto y la verdad es que no me importó… Sólo tenía que checar que no hubiera una fecha con Café Tacvba que se empalmara; era viernes santo y aunque por lo regular nunca tocamos en esos días, tenía que checarlo. He de confesar que sí extrañé un poco no tener un pase especial de backstage, porque estar parado todo el día fue muy cansado, pero valió la pena y la experiencia estuvo increíble. Lo complicado fue que al regresar y tenerme que poner a escribir la reseña pensaba, ¡en que me metí!, no soy cronista y mucho menos periodista… Pero estuvo muy bien, porque tuve que aprender mucho de cómo escribir en esos géneros para poder hacer mi reseña en el tercio del libro que me correspondía, ya que está dividido en tres partes: una escrita por Javier Sinay, que es un escritor argentino, y la otra por Jeremías Gamboa, un escritor peruano, a los que curiosamente no conocí en el concierto en La Habana, sino hasta tiempo después.


Los Desesperados. Planeta, 2018


Como platiqué, en 2014 publicaba un cuento semanal en mi blog Textos Mutantes, pero con la llegada del 2015 me di cuenta de que por la carga de trabajo se me iba a complicar seguir haciéndolo semanal y en ese momento decidí empezar a publicar sólo quincenalmente. También decidí que seguiría trabajando en uno de los cuentos que había escrito en el 2014, que era sobre una banda de rock que va a un table dance, donde descubren que una de las bailarinas se parece a la novia del vocalista, así que para seguir con esa historia lo primero que hice fue inventarme una banda de rock con la alineación de un : vocalista-guitarrista, bajista y baterista, banda que necesitaba un nombre que se me ocurrió al pensar en cómo nos sentimos todas las bandas al comienzo de nuestras carreras, así que ese nombre terminó siendo “Los Desesperados”, mucho por esa necesidad que tenemos los músicos de conectar, que más que éxito lo que quieres es tener un público al que le gusten y que amen tus canciones. Conforme avanzaba con el desarrollo de la historia, sentía que esta daba para mucho más, así que termine haciendo un cuento por cada uno de los integrantes… Y casi sin proponérmelo siguieron apareciendo más personajes: fans de la banda, secres, etcétera. También me di cuenta de que la historia avanzaba cronológicamente y de que ya tenía muchos elementos de una novela, y que lo que yo consideraba cuentos eran capítulos de la misma, con un capitulo final que es una cosa muy fuera de la realidad… Digamos que es mi homenaje en la novela a la ciencia ficción.

La niña aburrida. Planeta Junior, 2020


Mucha gente me pregunta por qué decidí hacer un cuento infantil —aunque álbum ilustrado es el nombre correcto- y es que en realidad no es que yo decida lo que voy a escribir… Sí tengo un plan de lo que me gustaría escribir, siempre cargo con una libreta y ahí voy escribiendo lo que se me ocurre o las ideas que me van surgiendo, pero en realidad no es que esas ideas o eso planes siempre se cumplan… Llegue a ese cuento infantil porque tengo dos hijas: Luciana y Úrsula, a las que siempre a la hora de ir a dormir les leía o inventaba un cuento. Llegado el momento de empezar con la historia, les preguntaba si querían que les leyera un cuento o que se los inventara, la mayoría de las veces me pedían que inventara la historia, y casi siempre tomaba como referencia cosas que les hubieran pasado ese día en la casa o en la escuela. Una de esas noches, lo que se me ocurrió para inventarles la historia fue que en la tarde Úrusla -la más pequeña, que en ese entonces tenía 4 años y medio- me preguntó sí quería jugar con ella.

- “No puedo, estoy trabajando, juega con tú hermana” le contesté.

- “Luciana no quiere jugar” fue su respuesta.

- “Juega tú sola”. Le dije

- “No me gusta jugar sola”.

- “Pues entonces ve al espejo mírate y ya tendrás compañía”, le dije ya en tono de broma.

Y fue de esa anécdota de donde salió la historia de este libro, que está ilustrado por Nori Kobayashi, que es una chica ilustradora peruana de ascendencia japonesa. Ella es muy fan de Café Tacvba y en un viaje a Perú nos esperaba con otros fans en el aeropuerto de Lima. Ella llevaba unos dibujos de cada uno de los integrantes de Café Tacvba que nos regaló, y el mío, que me gustó mucho, era un Oso con lentes sentado en un sillón, leyendo, y pues al verlo lo primero que pensé es que quería trabajar con ella de alguna forma. No recuerdo sí de inmediato pensé en la historia de La niña aburrida, pero sí tuve un impulso de que hiciéramos algo juntos, así que la busqué y fue chistoso, porque al principio ella, al ser tan fan del grupo, no me creía que quisiera que trabajáramos juntos en este libro, cuyo resultado final me encantó.

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Nuestro encuentro se lleva a cabo una lluviosa tarde de viernes en Tepoztlán Morelos. Como preludio, Joselo y un grupo de amigos en común jugamos una partida de Scrabble, en la que dada mi casi nula habilidad requiero de la ayuda de mi entrevistado, quien demuestra ya una amplia experiencia en el arte de armar palabras sobre un tablero, la cual supongo ha desarrollado en paralelo con la de contar historias y que es precisamente el tema que tocamos en esta conversación.

¿Cómo definirías a Joselo Rangel, el escritor?

Para empezar, te diría que soy un escritor al que sobre todo le interesan las historias. Más que la forma o el cómo están contadas, lo que más me interesa es el resultado final de esa historia y que esa historia te transporte o te lleve hacia un lugar diferente al que te encontrabas. Como lector me interesan mucho las novelas, pero cuando comencé a escribir ya más formalmente me di cuenta de que lo que se me daba de forma más natural eran los cuentos, y aunque siempre hay elementos fantásticos en mis historias no es precisamente fantasía lo que escribo; me gusta agregar algún elemento fantástico que le de sentido a la historia. También tengo una tendencia hacia el humor, no es precisamente un humor que yo este buscando, sino un humor que va surgiendo en el momento, pro es hasta que tengo la retroalimentación de los lectores cuando me dicen que se rieron mucho con mis historias, que me doy cuenta de ese humor. También, para mí es súper importante conectar con otras personas en cualquier actividad, ya sea escribiendo una canción o un cuento, o ahora que me estoy iniciando en la pintura, siempre conectar con los demás es muy importante para mí.

¿Dirías entonces que para ti no hay libros buenos o malos, ni música buena o mala, sino que simplemente libros y música con los que conectas o no?

Sí, definitivamente. Hay autores con los que conecto y autores con los que no. Para mí es muy importante cuando empiezo a leer un libro que al terminarlo no siga yo siendo la misma persona que empezó ese libro. A lo mejor suena como algo muy arrogante o ambicioso, pero ese cambio puede ser algo tan simple como aprender una palabra o tener una sensación o algún sentimiento que no había experimentado antes. Soy muy fan de los memes y lo que más me gusta es que es un lenguaje que conecta de manera inmediata. Te pueden causar una carcajada, te pueden dar tristeza o hacer reflexionar sobre algo que no habías pensado. Y también me gusta mucho que los memes son cultura popular, algo que ahorita están muy de moda y que seguramente por eso mucha gente menosprecia o dice que son irrelevantes o sin importancia, pero yo creo que sí son importantes… ¡Me encantaría que todo mi trabajo pudiera conectar con la gente de la misma forma que lo hacen los memes!

Foto: Roberto Hernández

¿En qué momento el niño o el joven Joselo Rangel se da cuenta de que quiere escribir?

Empecé a leer cuentos o historias desde muy chico, pero realmente empecé a tener claro que quería escribir cuando empiezo a leer ciencia ficción, como a los 10 años. Veo en el cine La Guerra de las Galaxias y me empieza a interesar todo lo que tiene que ver con la ciencia ficción pero a diferencia de otros niños que tenían acceso a los juguetes más modernos, a mí lo que me interesaba eran los libros. En mi casa había muchos libros de ciencia ficción, porque a mi papá le gustaba eso, además de los temas de cosas paranormales o relacionadas con ovnis. También había una revista que se llamaba Duda, que era como un cómic en el que cada semana había un tema distinto acerca de ovnis o de extraterrestres, así que como te dije, desde los 10 años me volví muy fanático de la ciencia ficción, una afición que conservo hasta la fecha. Y ya de adolescente empiezo a leer más literatura universal, contemporánea, mucha literatura mexicana o latinoamericana, pero al final siempre regresaba o más bien siempre regreso a la ciencia ficción, aunque a veces me cansa, sobre todo cuando me encuentro con escritores que tienen muy buenas ideas pero la historias no me gusta cómo están contadas.

Entonces, ¿cuándo te diste cuenta de que querías ser escritor?

Bueno, cuando termino un libro me pasa que, en vez de sentirme satisfecho, a veces lo que me genera es un sentimiento de pensar que quiero escribir algo similar o quizá algo mejor… Y esas dos sensaciones son las que me llevaron a escribir mis propios textos... Mucha gente me dice cosas como: “Estás en un grupo, eres famoso, compones canciones, has tenido mucho éxito, ¿por qué esa necesidad de ser escritor? Y la respuesta es muy sencilla: es por el amor que le tengo a los libros y a las historias desde muy pequeño, las ganas de siempre estar presente de alguna forma en el mundo de la literatura y bueno, al final también mis canciones son pequeñas historias o cuentos.

Muchas gracias Joselo. Quedamos pendientes para platicar de tú próximo libro.

Gracias ti y saludos a todos los lectores de Normal.

***

JOSELO HABLA DE SUS PROPIOS LIBROS:

Crócknicas marcianas. Editorial Universitaria, 2011


Después de casi 5 años escribiendo mi columna semanal para el periódico Excélsior, se acercó mi amigo y socio Álvaro Abitia para decirme que la Universidad de Guadalajara quería sacar una colección de libros de músicos que también escribieran. Le dije que me encantaría, pero que yo no tenía ningún libro publicado. Y con lo que yo no contaba era con que él ya tenía la idea de hacer un libro con todas mis columnas del diario, que eran como doscientas. En resumen, así fue como surgió ese primer libro. Álvaro siempre me insistió mucho en que si mi intención era ser escritor, lo importante era no dejar de escribir y que bueno que lo hizo, porque al final yo me quede con la sensación de que ese libro se escribió solo.

One Hit Wonder. Almadía, 2015


Este libro surgió en un momento en el que me empezaba a cuestionar que más que hacer crónica o ser una especie de periodista, a mí lo que más me interesaba o me interesa hacer es la ficción, y fue por eso que decidí ponerme a trabajar en ese género, un poco pensando en que sólo con disciplina y escribiendo mucho lo iba a lograr… Ya teniendo la experiencia de publicar una columna semanal en un periódico, se me ocurrió hacer un blog (Textos Mutantes), donde me puse como objetivo publicar un cuento cada semana, así que al cabo de un año de haber abierto el blog ya tenía 52 cuentos publicados ahí, que al final son casi todos los que conforman el libro, y es que siempre he pensado que para hacer cualquier cosa, como tocar un instrumento, andar en patineta, jugar videojuegos o jugar scrabble (risas) necesitas oficio, necesitas invertir muchas horas y adquirir una disciplina, y lo comprobé con este libro que además me dio la certeza de ya estar en el camino de ser escritor.

Cuba Stone. Tusquets, 2016.


Este es un proyecto que me propuso Editorial Planeta. Su director me preguntó si me interesaba ir a Cuba para, a partir de ese viaje hacer una crónica del concierto de los Rolling Stones en la Habana, en abril del 2015. Obviamente, mi respuesta inmediata fue: ¡Claro que sí! Lo primero que me aclaró fue que no había un pase especial, ni pase de backstage ni nada de esas cosas, que tendría que ir como cualquier asistente al concierto y la verdad es que no me importó… Sólo tenía que checar que no hubiera una fecha con Café Tacvba que se empalmara; era viernes santo y aunque por lo regular nunca tocamos en esos días, tenía que checarlo. He de confesar que sí extrañé un poco no tener un pase especial de backstage, porque estar parado todo el día fue muy cansado, pero valió la pena y la experiencia estuvo increíble. Lo complicado fue que al regresar y tenerme que poner a escribir la reseña pensaba, ¡en que me metí!, no soy cronista y mucho menos periodista… Pero estuvo muy bien, porque tuve que aprender mucho de cómo escribir en esos géneros para poder hacer mi reseña en el tercio del libro que me correspondía, ya que está dividido en tres partes: una escrita por Javier Sinay, que es un escritor argentino, y la otra por Jeremías Gamboa, un escritor peruano, a los que curiosamente no conocí en el concierto en La Habana, sino hasta tiempo después.


Los Desesperados. Planeta, 2018


Como platiqué, en 2014 publicaba un cuento semanal en mi blog Textos Mutantes, pero con la llegada del 2015 me di cuenta de que por la carga de trabajo se me iba a complicar seguir haciéndolo semanal y en ese momento decidí empezar a publicar sólo quincenalmente. También decidí que seguiría trabajando en uno de los cuentos que había escrito en el 2014, que era sobre una banda de rock que va a un table dance, donde descubren que una de las bailarinas se parece a la novia del vocalista, así que para seguir con esa historia lo primero que hice fue inventarme una banda de rock con la alineación de un : vocalista-guitarrista, bajista y baterista, banda que necesitaba un nombre que se me ocurrió al pensar en cómo nos sentimos todas las bandas al comienzo de nuestras carreras, así que ese nombre terminó siendo “Los Desesperados”, mucho por esa necesidad que tenemos los músicos de conectar, que más que éxito lo que quieres es tener un público al que le gusten y que amen tus canciones. Conforme avanzaba con el desarrollo de la historia, sentía que esta daba para mucho más, así que termine haciendo un cuento por cada uno de los integrantes… Y casi sin proponérmelo siguieron apareciendo más personajes: fans de la banda, secres, etcétera. También me di cuenta de que la historia avanzaba cronológicamente y de que ya tenía muchos elementos de una novela, y que lo que yo consideraba cuentos eran capítulos de la misma, con un capitulo final que es una cosa muy fuera de la realidad… Digamos que es mi homenaje en la novela a la ciencia ficción.

La niña aburrida. Planeta Junior, 2020


Mucha gente me pregunta por qué decidí hacer un cuento infantil —aunque álbum ilustrado es el nombre correcto- y es que en realidad no es que yo decida lo que voy a escribir… Sí tengo un plan de lo que me gustaría escribir, siempre cargo con una libreta y ahí voy escribiendo lo que se me ocurre o las ideas que me van surgiendo, pero en realidad no es que esas ideas o eso planes siempre se cumplan… Llegue a ese cuento infantil porque tengo dos hijas: Luciana y Úrsula, a las que siempre a la hora de ir a dormir les leía o inventaba un cuento. Llegado el momento de empezar con la historia, les preguntaba si querían que les leyera un cuento o que se los inventara, la mayoría de las veces me pedían que inventara la historia, y casi siempre tomaba como referencia cosas que les hubieran pasado ese día en la casa o en la escuela. Una de esas noches, lo que se me ocurrió para inventarles la historia fue que en la tarde Úrusla -la más pequeña, que en ese entonces tenía 4 años y medio- me preguntó sí quería jugar con ella.

- “No puedo, estoy trabajando, juega con tú hermana” le contesté.

- “Luciana no quiere jugar” fue su respuesta.

- “Juega tú sola”. Le dije

- “No me gusta jugar sola”.

- “Pues entonces ve al espejo mírate y ya tendrás compañía”, le dije ya en tono de broma.

Y fue de esa anécdota de donde salió la historia de este libro, que está ilustrado por Nori Kobayashi, que es una chica ilustradora peruana de ascendencia japonesa. Ella es muy fan de Café Tacvba y en un viaje a Perú nos esperaba con otros fans en el aeropuerto de Lima. Ella llevaba unos dibujos de cada uno de los integrantes de Café Tacvba que nos regaló, y el mío, que me gustó mucho, era un Oso con lentes sentado en un sillón, leyendo, y pues al verlo lo primero que pensé es que quería trabajar con ella de alguna forma. No recuerdo sí de inmediato pensé en la historia de La niña aburrida, pero sí tuve un impulso de que hiciéramos algo juntos, así que la busqué y fue chistoso, porque al principio ella, al ser tan fan del grupo, no me creía que quisiera que trabajáramos juntos en este libro, cuyo resultado final me encantó.

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