- Pide el presidente del Tribunal Superior de Justiciacapitalino que la independencia judicial se plasme en la CartaMagna local
Por Manuel Cosme / El Sol de México
Ciudad de México.- Edgar Elías Azar, presidente del TribunalSuperior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), sepronunció en contra de más “ocurrencias legislativas”traducidas en reformas que no se acompañan de presupuesto y queafectan no solamente al Poder Judicial de la Federación, sinotambién a los de los Estados.
Durante la conferencia magistral “¿Para qué unaConstitución en la Ciudad de México”, agregó que laimplementación de las modificaciones legales cuesta caro y lospoderes Judiciales “ya no lo podemos resistir”.
En un comunicado, se informó ayer que el magistrado se refirióa temas a considerar en la elaboración de la nueva Constitucióncapitalina, y pidió que se entienda que la permanencia en loscargos de magistrados y jueces no debe ser confundida con loscargos de representación popular.
“En los cargos de la carrera judicial, se requiere experienciay largo aliento, y capacitación y experiencia para laconsolidación de proyectos”, argumentó Elías Azar.
El presidente del TSJCDMX urgió a que “la independenciajudicial” quede plasmada en la Constitución de la Ciudad deMéxico, y que la misma se “positivice” con los presupuestoscorrespondientes, al recordar que durante 154 años de vidainstitucional eso solo ha sido un anhelo.
Expresó que la transformación política de la Ciudad deMéxico hace posible que los habitantes de la misma ya no tenganque pedir permiso a los legisladores de otras latitudes sobre cómogobernar la vida interna.
“Ya no tendremos que preguntarle a las entidades federativas,como ellos tampoco lo hacen, cómo seleccionar magistrados y juecescomo hoy lo estamos haciendo, y cuánto deben durar en suencargo”, comentó Elías Azar.
El magistrado aseguró que el trabajo del próximo Constituyentees una oportunidad de oro para seguir construyendo la ciudad quetodos los habitantes de la misma anhelan, y que es una oportunidadde cohesión para impulsar muchas otras tareas que precisan delconcurso de la sociedad.
Finalmente, reconoció que dicha Constitución no será unremedio mágico para la solución de todos los problemas queaquejan a la ciudadanía. Pero sí será el medio, enfatizó, porel cual se deberá recuperar la confianza en la capacidad colectivapara construir y transformar.