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Los bicitaxis, con una regulación adecuada y el establecimiento de bases, pueden ser una buena opción de movilidad en el Centro Histórico, opinó Orlando Isaac Piña, catedrático de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero advirtió que las ciclovías que hay en esa zona no están diseñadas para ellos, porque son mucho más amplios y bloquean sus carriles.
El especialista en temas urbanos presentó su ponencia “La Movilidad Urbana en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Transporte y Espacio Público Durante el Confinamiento de la Pandemia de Covid-19”, como parte de un seminario del Programa de Estudios Universitarios sobre la Ciudad.
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Recordó que el Centro Histórico capitalino es el lugar más importante del país con una afluencia diaria de dos millones de personas aproximadamente, sus comercios dan empleo a 170 mil personas, sin contar a los vendedores semifijos de sus calles, que calculó suman dos millones, aunque las autoridades tienen registrados solamente a un 109 mil 186.
Afirmó que esos vehículos tolerados, conocidos como “mosquitos”, adquirieron relevancia en el tiempo en que empezó a reactivarse la movilidad en el Centro Histórico y ahora prevalecen, pero el problema es cómo regularlos porque hay algunas unidades con una mejor estructura y otras no tanto.
“A lo mejor, si empezamos a generar algunas estrategias y algunas normas y, generar puntos donde sepa la gente donde lo puede abordar, los bicitaxis pueden ser una alternativa bastante viable en lugar de entrar con automóvil al Centro Histórico, si empezamos a franquear el uso del automóvil y utilizar esta alternativa de movilidad, pues creo que puede ser mucho más viable, o sea, que ese transporte nos sirva para llevar a puntos estratégicos, estaciones del Metro o Metrobús, estacionamientos periféricos, esto ayudaría mucho a la movilidad de personas y mercancías en el interior”, recomendó el especialista del IPN.
En otro tema, afirmó que ambulantes, personas en situación de calle, trabajadores sexuales, músicos, artesanos indígenas y artistas urbanos del Centro Histórico fueron los grupos más afectados por el confinamiento en esa zona derivado de la pandemia de Covid-19.
Y es que la entrada en vigor del Semáforo Rojo epidemiológico en marzo de 2020 llevó al cierre total de los negocios establecidos en la zona, lo que llevó al despido de personal y eso provocó un aumento en el comercio informal dentro del Primer Cuadro y en general en las colonias de la ciudad, porque muchos capitalinos salieron a las calles a vender para sobrevivir por la carencia de protección social.
En cuanto a los indigentes, el estudio del especialista mostró que ante los pocos transeúntes ese grupo social no tuvo a quien solicitar una limosna, los comedores sociales dejaron de funcionar, debido a lo anterior ellos fueron reagrupándose y terminaron por concentrarse en sitios con cierta afluencia de personas, como La Merced, Tepito y La Candelaria, a fin de sobrevivir.
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