La comunidad de indígenas triquis fue trasladada de un lugar insalubre, el cruce de Avenida Juárez y Eje Central donde mantenían un plantón, a un sitio donde hoy tienen mejores condiciones de vida, garantizó Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
A su vez, Martí Batres, secretario de gobierno local, informó que se realizó una labor de convencimiento hasta que los integrantes del campamento, originarios de Tierra Blanca, Oaxaca, aceptaron ser llevados a un albergue, sin que se registraran roces con la fuerza pública.
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Los dos funcionarios hablaron en conferencia de prensa sobre la decisión de transportar a los indígenas de Oaxaca, quienes desde hace casi año y medio protestaban en ese cruce del Centro Histórico.
Los integrantes de la comunidad triqui está ahora en un refugio ubicado en la esquina de calle Rayas y Circuito Interior, colonia Valle Gómez, que tiene dormitorio equipado con catres y cobijas, baño, una carpa de servicios médicos y otra donde se dará atención especial a los infantes.
La decisión de trasladarlos, informó la jefa de gobierno, se tomó tras recibir un oficio de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), en el que mostró su preocupación por la situación de las niñas y niños que estaban en ese campamento.
Agregó que el personal a su cargo no se limitó a quitar el plantón y no saber dónde quedaron sus integrantes, “la decisión que tomamos fue por los niñas, niños y sus derechos humanos, se les trasladó a un albergue para que tengan todas las condiciones, eso fue lo que hicimos”, recalcó Sheinbaum Pardo.
Por su parte, Martí Batres afirmó que sostuvieron varias reuniones con el grupo de indígenas oaxaqueños y en la última, que se efectuó hace ocho días, fue para presentarles el oficio enviado por la CDHCM, se les planteó buscar alternativas, a fin de ser reubicados.
En la madrugada, se pudieron dos unidades al servicio de los integrantes del plantón para transportar a 16 mujeres, 12 niños y dos hombres que permanecían en el lugar al albergue.
Insistió en afirmar que el traslado se hizo tranquila y pacíficamente, y, aunque querían permanecer en el sitio, ya no había condiciones para ello.
El oficio enviado por la Comisión de Derechos Humanos capitalina tiene fecha del 12 de abril, en él observó que niñas, niños y adolescentes del campamento no acuden a la escuela, que se alejan del campamento sin supervisión de los adultos y que eso había generado que los más pequeños lloraran al sentirse extraviados entre la multitud de personas que diariamente transitan por esa zona, frente al Palacio de Bellas Artes.
Asimismo, señaló las condiciones de insalubridad imperantes y que los menores de edad hacían sus necesidades fuera de los baños portátiles instalados, sin que los adultos implementaran alguna medida al respecto.
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“Dicha situación pone en riesgo la salud, no solo de quienes transitan en dicha calle, sino también de las propias personas del campamento, en particular de las niñas y niños que ahí se encuentran, pues los desechos están expuestos a la intemperie”, advirtió el organismo.
Finalmente, recomendó a la Secretaría de Gobierno tomar las medidas necesarias, a fin de garantizar el interés superior de los menores de edad de ese campamento.
