Colectivos feministas han tomado varias estaciones del Metro y lo han convertido en un mercado ambulante, con puestos de diversas mercancías que incluye ropa nueva y de segunda mano, artesanías, productos de belleza, bisutería, dulces típicos, golosinas, inciensos, cubre bocas. Pero con diversas cartulinas aclaran: “No somos ambulantes, somos mujeres en protesta”. “No es un tianguis es una protesta”, “es una protesta pacífica económica”.
Pero a partir de la irrupción de feministas, que llegaron con el pretexto del trueque, muchos otros grupos se quieren meter a vender al Metro, entre ellos, colectivos de la diversidad, indígenas y más ambulantes, los cuales están muy molestos con las mujeres que han venido a competir con ellos de manera desleal; incluso, se han suscitado conatos de violencia con “las vagoneras”.
En un recorrido que realizó La Prensa, por las estaciones de gran afluencia como Centro Médico, Chabacano, Pino Suárez y Tacubaya, feministas no aceptaron entrevistas, y justifican su lucha, para invadir ese medio de transporte que mueve a millones de personas diariamente.
Ellas tampoco aceptan fotos ni videos y ya colocaron cartones con esa prohibición. “No fotos, no grabar, respeta mi intimidad”.
Sobre el tema, Comunicación Social del Metro informó que se están realizando reuniones entre representantes de algunos colectivos feministas con funcionarios de la Secretaría de Gobierno del gobierno capitalino y el Sistema de Transporte Colectivo para buscar alternativas.
A su vez, un policía en la estación Centro Médico platicó que no las quitan porque son muy agresivas, y si “lo intentamos destruyen el Metro”.
Las feministas han invadido tramos vitales de ese medio de transporte, limitando el espacio para los usuarios, que a las horas pico se complica el avance rápido.
Como se sabe, indicó el policía Pérez, no tienen permiso para vender ni invadir el Metro… “pero como usted sabe me dijo: “ya han destruido el mobiliario del Metro si las quitamos… son muy violentas”.
La dirección del Metro recalcó que están en pláticas con las activistas representantes de algunos colectivos para buscar alternativas económicas, becas de estudio, empleo temporal para que de manera paulatina desalojen las estaciones ocupadas.
Para usuarios entrevistados por La Prensa en Centro Médico y Chabacano, ese tipo de acciones confunde los movimientos, “está muy bien que luche por sus derechos y exijan que se detenga la violencia machista contra las mujeres, pero no les da derecho de invadir el Metro, ya que es muy peligroso y no hay avance libre”, dijo Juan Moreno.
Los que también están molestos son los comerciantes establecidos, pues dicen que ese tianguis de feministas, representa una competencia desleal, para ellos.
Comentaron que son varias las estaciones invadidas y cada día se extienden más con el pretexto de la causa feminista; sin embargo, hombres empiezan a instalarse también, así como los vagoneros, indígenas, y otros comerciantes.
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En Pino Suárez, Centro Médico, Chabacano y otras, cada día son más las mujeres que llegan a vender, además, que en los pasillos se generan aglomeraciones de personas que se detienen a ver o comprar diversos artículos, lo que impide el libre tránsito de los miles de usuarios.
En Chabacano los pasamanos de los puentes peatonales que conectan con otras líneas los utilizan de exhibidores, tendederos, así como los de los transbordos y en los accesos a las escaleras.
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