“Rento recámaras amuebladas a cinco minutos de Ciudad Universitaria”, “Rento habitación amueblada con baño para estudiantes”, son algunos de los mensajes de decenas de folletos que tapizan la estructura del pumabús, donde los estudiantes de Ciudad Universitaria, de la UNAM, esperan el transporte hacia sus facultades.
Este mes ingresa una nueva generación de estudiantes a la Universidad Nacional Autónoma de México y al Instituto Politécnico Nacional (IPN), por lo que los estudiantes foráneos y extranjeros aceptados en las escuelas y facultades buscan un sitio para vivir cerca de ellas.
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De acuerdo con una experta en vivienda, esos estudiantes se enfrentan a altos costos y poca oferta. También a hogares que rayan en el límite del espacio vital para vivir, según la ONU.
El alquiler de un departamento con dos cuartos, baño, cocina y sala en las inmediaciones de Ciudad Universitaria, en las colonias Pedregal de Santo Domingo y Copilco Universidad, en Coyoacán, cuesta entre siete mil y 11 mil 500 pesos. Los alumnos que llegan a estudiar a la UNAM optan por rentar un cuarto, ya sea individual o compartido, por un tercio de ese precio.
Los folletos con información sobre cuartos amueblados tapizan la estructura del Pumabús y en las colonias cercanas hay lonas de gran tamaño colgadas afuera de edificios que anuncian las renta de habitaciones, como la de la calle de Odontología 1, en Copilco Universidad. Ahí un cuarto cuesta cuatro mil 900 pesos al mes con servicios compartidos: baño, cocina y cuarto de lavado.
La alta demanda de vivienda universitaria ha hecho que negocios que antes era cibercafés o escuelas se transformaran en edificios con cuartos de renta, como el de Filosofía número 35, en donde los salones de clases se convirtieron en habitaciones de aproximadamente 10 por cinco metros que llegan a albergar hasta tres estudiantes. Ahí el precio de la habitación compartida es de dos mil 700 pesos y por el cuarto individual tres mil 700 pesos.
En la habitación hay tres camas individuales con un buró y un espacio de aproximadamente un metro las separa. Frente a la cama hay tres escritorios y sobre las cabeceras cuelga un pizarrón blanco. “La mayoría de los que rentan son estudiantes foráneos, y por lo regular los cuartos compartidos son rentados por mujeres para sentirse más seguras”, relató Yailín, encargada del edificio de Filosofía 35.
En entrevista con El Sol de México, la experta en vivienda y maestra en Desarrollo Urbano, Rosalba González, señaló que los espacios no cuentan con las medidas mínimas de habitabilidad, como luz y ventilación, y son reducidos, pero se rentan porque son más económicos que un departamento y están a cuadras de las universidades.
Además, subrayó, los propietarios dan “facilidades” de alquiler, pues sólo solicitan una copia de la credencial de elector del padre o madre, firmar un contrato de mínimo un año y pagar un depósito de determinada cantidad.
“En la colonia Pedregal de Santo Domingo y Los Reyes, frente a CU, hay mucha renta de cuartos. Ellos les llaman departamentos, pero son cuartos construidos en viviendas de familias que están asentadas ahí y que representa un ingreso para las familias de esa zona, y que no tiene las condiciones de habitabilidad”, indicó Rosalba González.
De acuerdo con el estudio Migración interna y movilidad para trabajar y estudiar en cuatro megápolis de América Latina 2020, realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en la Zona Metropolitana y Valle de México se desplazan un millón 146 mil 429 estudiantes, de los cuales 31 mil 576 estudian en la Zona Metropolitana pero viven fuera de ella.
Rosalba González explicó que el acceso a la vivienda y educación es aún más limitado para los estudiantes que llegan a estudiar a la ciudad y señaló que hay una falta de legislación para este tipo de vivienda, pues regula sólo departamentos.
En las inmediaciones del campus Zacatenco, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en la alcaldía Gustavo A. Madero, el precio es más bajo. En las colonias como Lindavista y San Pedro Zacatenco, cerca de las escuelas, los departamentos de dos recámaras oscilan entre nueve mil y 13 mil pesos mensuales y los cuartos compartidos cuestan tres mil pesos mensuales.
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“Los cuartos son compartidos, están en dos mil 500 y tres mil pesos al mes y es sólo para mujeres estudiantes. El cuarto tiene su baño propio, cuenta con áreas comunes que son cocina, cuarto de lavado y la casa está completamente amueblada”, mencionó Arturo, dueño del edificio ubicado en Acueducto Puente 800, en la colonia San Pedro Zacatenco, cerca del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del (Cinvestav).
“Es caro si consideramos el precio por metro cuadrado en renta, y estamos hablando de un espacio compartido”, agregó González, quien recordó que en ciudades como Santiago de Chile las inmobiliarias trabajan en “viviendas estudiantiles” ante las necesidades del estudiante para optimizar espacios.
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