Aberrante que haya humanos legales e ilegales: Rigoberta Menchú

Avalan el programa propuesto por la Cepal para que México apoye económicamente a países de Centroamérica

Rafael Martínez, corresponsal | El Sol de México

  · sábado 21 de septiembre de 2019

Rigoberta Menchú.

Mérida.- La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, consideró “aberrante pensar que en este mundo haya humanos legales y humanos ilegales.

En el marco de la 17 Cumbre de los Premios Nobel de la Paz, la guatemalteca señaló que, de una manera u otra, todos somos migrantes y es una condición que debemos hacer respetar a través de una revolución educativa”.

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Además, se pronunció a favor del apoyo del gobierno mexicano a los países centroamericanos.

Avaló el programa propuesto por la Cepal para que México apoye económicamente a países de Centroamérica hasta por un monto de 90 millones de dólares, generando desarrollo para hacer frente a problemas como la migración hacia el norte del continente.

La guatemalteca laureada con el

Nobel en 1992 consideró necesario “realizar una lucha seria contra los muros que generan discriminación, esclavitud, racismo y muchos otros males”.

“Es necesario buscar nuevas políticas que reconozcan los motivos de la migración en la zona como pueden ser el crimen organizado, la falta de oportunidades y hasta de comida, por lo que la gente se ve en la necesidad de buscar otros horizontes”, explicó.

Pero lamentablemente -dijo- ya no se encuentran refugios, se topan con muros y más muros, por lo que es necesario encontrar fórmulas como privilegiar la microeconomía a favor de las familias, de la gente necesitada.

Menchú dijo que es momento de atacar la criminalización de la sociedad civil, motivando la lucha a favor de los derechos humanos, con investigaciones en donde intervenga incluso la academia, generando una mayor cultura de la denuncia, con expedientes.

En ocasiones, abundó, tenemos la impresión de que todo va bien, que avanzamos, pero de pronto nos damos cuenta de graves retrocesos como la criminalización de los activistas de derechos humanos, de las mujeres, de los defensores de la tierra, de periodistas, “lo cual ya resulta cotidiano”.