Autoridades disuaden movilizaciones de Chalecos Amarillos

El gobierno dispuso de un imponente dispositivo de seguridad para reprimir la cuarta jornada de manifestaciones contra el presidente Macron

Carlos Siula | Corresponsal

  · domingo 9 de diciembre de 2018

Foto: EFE

PARIS, Francia. – Con un dispositivo sin precedentes que movilizó más de 90 mil efectivos en todo el país, las fuerzas de seguridad francesas lograron ayer evitar que la cuarta jornada de protesta de los “chalecos amarillos” provocara una nueva orgía de violencia, como en los sábados anteriores.

La jornada, relativamente calma, concluyó con un saldo de 118 heridos —entre ellos cinco graves—, y mil 385 personas demoradas para ser interrogadas, de las cuales 974 quedaron detenidas, según informaciones oficiales.

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El ministerio del Interior estimó anoche que 125 mil personas habían manifestado en todo el país, de las cuales 10 mil en París. Esas cifras representan una disminución con respecto a las protestas anteriores. La primera jornada de acción, el 17 de noviembre, había reunido 282 mil personas, la segunda 106 mil —de las cuales ocho mil manifestaron en París—, y la tercera, el sábado pasado, 75 mil más cinco mil 500 “chalecos amarillos” en París.

La policía concluyó las operaciones de mantenimiento del orden a las 7 de la tarde en los Campos Elíseos de París tras varias horas de choques esporádicos entre manifestantes y fuerzas del orden en las inmediaciones del Arco de Triunfo y en varios barrios adyacentes.

También hubo disturbios, incendios de vehículos y enfrentamientos en otros sectores de la capital, como las avenidas donde se encuentran los grandes almacenes, los grandes bulevares y las plazas de la Bastilla y de la República, donde también se realizó una concentración del movimiento internacional “De pie por el clima”.

Foto: EFE


El resto de París tenía el aspecto de una ciudad abandonada con los comercios cerrados, con las salas de espectáculos cerradas, sin transportes públicos y escasos vehículos en las calles, mientras que la mayoría de la población optó por permanecer en sus domicilios.

En varios puntos de la capital se registraron incidentes, incendios de vehículos y agresiones contra comercios, pero ninguno de ellos tuvo la gravedad de los desmanes registrados en los últimos dos sábados. En algunos casos intervinieron los vehículos blindados VBRG de 30 toneladas que permiten desmontar barricadas en llamas.

En el Boulevard Periférico que rodea la capital se registraron cortes de la circulación, mientras que en el interior del país se produjeron cortes de carreteras y autopistas, pero también sin incidentes llamativos.

Los últimos focos de violencia persistieron hasta avanzada la noche en la Plaza de la República y zonas adyacentes.

También hubo manifestaciones e incidentes en las grandes ciudades del interior, como Saint-Etienne, Burdeos y Toulouse.

La gran mayoría de los “chalecos amarillos” manifestaron en forma pacífica, pero fueron desbordados por agitadores infiltrados. Los incidentes fueron provocados por grupos de ultra derecha y extrema izquierda, que al parecer contaron con el apoyo de militantes de los movimientos de “black bloc” de diversos países europeos. También actuaron numerosos vándalos y jóvenes de los suburbios de París, únicamente interesados en enfrentarse con las fuerzas del orden, causar destrozos y realizar pillajes.

En comparación con los sábados anteriores, la reducción de violencia fue posible, en parte, gracias a los controles policiales en los accesos a las zonas de manifestación que procedieron a verificaciones de mochilas y sacos. En los cinco mil registros realizados por las fuerzas del orden, según un tweet de la gendarmería, se incautaron enorme cantidad de objetos contundentes, bates de béisbol, martillos, masas, una hoz, armas blancas y bolas metálicas para el juego de petanca.

El otro factor determinante fue el enorme dispositivo “disuasivo” que desplegó la policía en París con ocho mil 900 efectivos y la adopción de un nuevo dispositivo estratégico de intervención para reprimir los actos de violencia apenas comenzaban, seguidos de un nutrido empleo de cañones de agua, gases lacrimógenos y granadas de dispersión.

El resultado de la jornada fue evaluado en términos positivos por el primer ministro Edouard Philippe. Tras el primer encuentro establecido el viernes por la noche con una delegación de los “chalecos amarillosa”, hora se abre la etapa del diálogo, estimó el jefe del gobierno. La primera fase de ese proceso será una intervención televisada del presidente Emmanuel Macron, prevista para lunes o martes, en la cual formulará “anuncios de gran importancia”, según fuentes del Palacio del Elíseo.