Han pasado tres semanas desde que el Talibán tomó Kabul, el pasado 15 de agosto, y varias organizaciones por los derechos humanos advierten ya este domingo sobre la crisis humanitaria que se vive en Afganistán, agravada por la demora en el establecimiento de un nuevo Estado en el país.
"Tras tres semanas, todo el sistema en Afganistán está paralizado. Los talibanes carecen de capacidad y conocimientos para dirigir un país. Pensaron que Afganistán es la misma de 1996, cuando asumieron el poder. No lo es", denunció en su cuenta de Twitter la directora adjunta regional de Amnistía Internacional (AI), Samira Hamidi.
La activista advirtió sobre la grave crisis humanitaria que se vive en el país, donde las personas no tienen trabajo ni salario y deben vender sus pertenencias para comprar alimentos, que pronto escasearán.
"Los bancos abren con un flujo de crédito limitado", hay "decenas de colas" pero solo se pueden retirar 100 dólares, aseguró Hamidi, y anotó que pese a la reapertura de las casas de cambio, como Western Union o Money Gram, "los bancos no disponen de efectivo" para llevar a cabo las transacciones.
Hamidi señaló que, como resultado de la retirada de las tropas estadounidenses el pasado lunes, " [hay] defensores de derechos humanos, mujeres activistas, periodistas y otras personas en situación de riesgo enfrentadas y temiendo las represalias de los talibanes".
Asimismo, apuntó que a esto se suma que la comunidad internacional aún no ha confirmado una posible evacuación segura para las personas que se encuentran en situación de riesgo en el país.
Mientras tanto, "continúan los allanamientos de casas y las ejecuciones extrajudiciales" por parte de los talibanes.
Según Hamidi, la falta de un gobierno establecido dificulta las labores humanitarias, ya que "las oficinas gubernamentales, las oenegés y organizaciones de mujeres siguen cerradas".
Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) informó hoy en su cuenta de Twitter que "los mercados, los sistemas de transporte local y muchas clínicas privadas no son completamente funcionales" en la provincia de Khost, situada en el este de Afganistán.
"Algunas pacientes han dado a luz en casa durante la última semana porque no estaban seguras de si los centros de salud seguían abiertos", advirtió MSF.
Mientras la incertidumbre invade el país, "los talibanes ya han impuesto una educación segregada por género en escuelas y universidades", en donde, según la activista de AI, se sugiere a las mujeres llevar el Hijab negro, un pañuelo que cubre toda la cabeza salvo el rostro.
"Las mujeres están perdiendo la libertad y los derechos muy rápidamente", lamentó. "No hay noticias sobre quién hará qué. No hay noticias sobre una Constitución, leyes, o estructuras (...) la gente quiere normalidad", sentenció Hamidi.