La llamada Compañía de Jesús, como se reconoce a la comunidad jesuita en Jalisco, se encuentra representada en dicha entiedad por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso), desde donde salen las principales brigadas de sacerdotes y estudiantes para apoyar a grupos marginados en la entidad, actividad que sin embargo se ha visto mermada a partir de los hechos de inseguridad, a un año de los lamentables hechos, aquí también han sido objeto de agresiones, intentos de privación de la libertad y hasta de extorsiones.
Tras los lamentables hechos del 21 de junio del 2022 en donde fueron asesinados dos jesuitas, también en Jalisco la Universidad Jesuita del Iteso denunció a la par la interrupción de su programa de voluntariado en el norte del Estado de Jalisco (la zona de Colotlán limítrofe con Zacatecas) justo debido a la inseguridad en la región.
Te podría interesar: A un año del baño de sangre en Cerocahui; Gallo y Morita, la huella jesuita en cada habitante
En aquél entonces, mediante un comunicado se dio a conocer que “las condiciones de inseguridad actuales obligaron a interrumpir el trabajo presencial que algunos de nuestros estudiantes realizaban en dichas comunidades”.
Se dijo además que dos de sus estudiantes tuvieron que ser sacados en helicóptero de la Policía estatal, ambos de la comunidad de San Andrés Cohamiata, debido a la inseguridad y que estaban corriendo un alto riesgo.
Desde entonces, ya no ha sido igual y no han podido volver de lleno a la comunidad, mantienen el apoyo de manera virtual y a distancia, reconoce un estudiante en entrevista con El Occidental. Asegura que hay contacto y logística con las empresas que llevan los apoyos hasta allá, pero ha sido complicado volver como antes a ese sitio.
Hay que recordar que luego de esto, sucedieron varios hechos violentos en los límites con Zacatecas, el asesinato de un pasante de medicina junto con el chofer de una ambulancia, la desaparición de casi dos decenas de personas e incluyendo la de cuatro jóvenes -un varón y tres mujeres- en el mes de diciembre, que luego fueron localizados sin vida.
La comunidad jesuita tiene más de 30 años colaborando con comunidades de pueblos originarios a través de diferentes proyectos en los que participan estudiantes y profesores mediante una dinámica de diálogo y aprendizaje. Esto lo hacen en diversas zonas rurales de Jalisco, Nayarit, la sierra Tarahumara, la Sierra Mixe y el Área Metropolitana de Guadalajara.
El sacerdote Hernán Quezadal denunció este mismo 2023 un intento de extorsión y cobro de piso cuando en una camioneta de la Compañía de Jesús se presentó al aeropuerto para recoger a otros jesuitas.
Amagaron con detenerlo y le exigieron cobro, al confundirlo con el chofer de un vehículo de plataforma. La encargada del estacionamiento y dos elementos de Protección Federal, que parecían estar a sus órdenes, le exigían 450 pesos a cambio de no detenerlo. Entonces les dijo que no pagaría y que lo llevaran ante un agente del Ministerio Público.
Entonces les pidieron sus credenciales y solo así optaron por dejar que se retiraran en el transporte.
Recientemente el rector del ITESO, Alexander Zatyrka, pidió a las autoridades federales justicia en el caso del asesinato de los dos jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como el guía de turistas Pedro Palma, en Cerocahui, Chihuahua, y “para las miles y miles de personas asesinadas y desaparecidas en México. También para sus familias”.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
“La violencia no es sólo física, comienza en los procesos de polarización que se agudizan y nos dividen. La verdad, la congruencia y la buena fe son valores que van perdiendo relevancia en las interacciones sociales y, especialmente, en las políticas. Estamos en riesgo de perder la capacidad de resolver nuestras diferencias de manera civilizada y productiva”, dijo.
Publicado originalmente en El Occidental
