La Conferencia del Episcopado Mexicano pidió evitar las conjeturas y especulaciones sobre la breve desaparición del obispo emérito de la diócesis de Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, quien fue encontrado el pasado 29 de abril en un hospital de Cuernavaca Morelos.
La iglesia remarcó su confianza en las instituciones como autoridades responsables de llevar a cabo la investigación correspondiente, por lo que pidió evitar “conjeturas y especulaciones que enrarecen el caso de forma innecesaria”.
El obispo emérito Salvador Rangel se ausentó desde el sábado 27 de marzo, y el lunes 29 la Conferencia del Episcopado lo reportó como desaparecido. Sin embargo, horas después se reportó su localización en el hospital Dr. José G. Parres, en Cuernavaca.
En dicho centro de salud se le practicó un examen toxicológico que arrojó el consumo de cocaína y benzodiacepina. Posteriormente fue llevado a un hospital privado.
Este jueves, el comisionado de Seguridad Pública de Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros informó que los dos días que el obispo estuvo presuntamente desaparecido permaneció en el motel Real Ocotepec, al cual entró por su propia voluntad.
“Hasta donde sabemos –el Obispo– entró voluntariamente al hotel con una persona que después se retiró, pero es todo lo que sabemos”, dijo el comisionado.
Con antelación el fiscal de Morelos, Uriel Carmona sugirió que la desaparición del obispo emérito pudo haber sido causa de un secuestro exprés, puesto que se realizaron transacciones en sus cuentas bancarias.
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La Conferencia del Episcopado agradeció la estabilidad del monseñor Rangel Mendoza quien mantiene un estado de salud “reservado”. Asimismo, adelantó que en cuanto el obispo se encuentre estable de salud “rendirá su declaración e informará oportunamente”.