/ viernes 23 de febrero de 2024

AMLO, prioriza el petróleo sobre el agua

Este lunes nos enteramos de la lamentable muerte de Carlos Urzúa Macías, economista respetado por sus credenciales académicas y profesionales. Fue cercano colaborador de López Obrador en cargos muy sensibles como Secretario de Finanzas en el Gobierno de la CDMX y Secretario de Hacienda en el Gobierno Federal. Urzúa le renunció al Presidente a los dos años de gestión acusando la falta de gente capacitada y la imposición de decisiones sin sustento técnico por parte de éste. A partir de ese momento, fue muy crítico al Gobierno, pero con la característica de que sabía perfectamente cómo se encontraban las cosas en las entrañas de las finanzas obradoristas.

Entre sus últimas críticas está la relacionada con la propuesta de reformar el sistema de pensiones planteada por AMLO por carecer de financiamiento para ello, calificándola como una “trampa electoral” y el desfalco que está realizando este Gobierno con la prestación a los adultos mayores, denunciando la existencia de más de 600,000 personas “fantasmas” que no existen y sus nombres son usados para sustraer dinero público, calculando 50,000 millones de pesos hurtados por este mecanismo en el sexenio.

Las críticas del economista fueron también al campo de las políticas públicas y precisamente en su última columna denunció a López por preferir destinar dinero a PEMEX en subsidios y rescates de su deuda sin lograr incrementar la capacidad de producción, teniendo a la empresa al punto de la quiebra, en lugar de destinar recursos para fortalecer la red de abastecimiento de agua. Urzúa fue mordaz y expuso que AMLO actúa igual que Echeverría y López Portillo, además, sentenció: “siguiendo al pie de la letra lo que aprendió en los años setenta, el presidente López Obrador siempre privilegió el petróleo sobre el agua”.

En su artículo, Urzúa retrata a un Presidente que no es estadista, que no le interesan los problemas reales de la población, ni encontrar soluciones a largo plazo. Es un político estacionado en el pasado, obsesionado en las elecciones y en la fama fácil, por eso nunca se preocupó por ejecutar obras o acciones que no se vieran como la infraestructura hidráulica, porque lo importante para él son los votos más allá de cualquier consideración de responsabilidad o ética política.

Ahora que la crisis ocasionada por la sequía es inminente y millones de mexicanos se quedaran sin agua en los próximos meses, López se preocupa por enviar una iniciativa para reformar la Ley de Aguas Nacionales en la que no se observan medidas para mejorar la infraestructura hidráulica o establecer acciones para aumentar el abastecimiento del líquido vital. Por el contrario, se enfoca en prohibir el establecimiento de nuevas industrias que podrían generar recursos para el país aprovechando el fenómeno del nearshoring. Como de costumbre, antepone sus caprichos y prejuicios para solucionar los problemas. Si estudiara un poquito, se daría cuenta que el 77 % del agua que usamos en México se destina a la agricultura porque tenemos sistemas de riego por agua rodada. Ahí hay mucho qué hacer, como también en la construcción de presas y represas, en el tratamiento de agua en las ciudades o la reconstrucción de la red de distribución en la CDMX.

López Obrador y Martí Batres dicen que no habrá problemas en la CDMX, ya que está garantizado el servicio de agua potable en el corto, mediano y largo plazo porque hay muchos afluentes que abastecen a la Ciudad. No obstante, la realidad es otra, la CONAGUA indica que las presas del país se encuentran en su 50 % de capacidad, pero con tendencia a la baja, mientras que las que abastecen al Sistema Cutzamala cuentan con un almacenaje de 38 %, pero su límite crítico puede ser al 20 %. Ya hoy el 17 % de los hogares reciben el agua por tandeo (por horas o días) o con pipas. Son cada vez más frecuentes las quejas de falta total de agua o por consumir agua color chocolate como única alternativa.

López anunció que se extraerá agua en la zona de Tizayuca, cerca del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y Batres dice que se contemplará el saneamiento de pozos. En ningún caso se reconoce que han pasado 5 años de este gobierno y el asunto del agua fue totalmente relegado, que no se hicieron los trabajos necesarios y que se desperdició tiempo y dinero en políticas de corte populista. Hoy, que el destino parece alcanzarnos y que se aproxima el día cero como llaman muchos especialistas a ése donde la ciudad colapsaría por la falta total de agua, la prioridad para nuestros gobernantes es como eso no les afecte electoralmente y pierdan votos.

Sin proponérselo, Carlos Urzúa nos dejó en su última colaboración periodística una denuncia contundente que desnuda la personalidad de un Presidente que nunca entendió cuáles eran los problemas reales del país. Un Presidente que invirtió las prioridades de gasto quitando dinero a lo fundamental y vital para llevarlo a sus caprichosos proyectos. En los siguientes meses, por favor recuerden estas palabras de Urzúa: “Andrés Manuel López Obrador nunca supo apreciar la enorme importancia que tiene el agua para todos los mexicanos, pobres o ricos, morenistas o no”.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación

Este lunes nos enteramos de la lamentable muerte de Carlos Urzúa Macías, economista respetado por sus credenciales académicas y profesionales. Fue cercano colaborador de López Obrador en cargos muy sensibles como Secretario de Finanzas en el Gobierno de la CDMX y Secretario de Hacienda en el Gobierno Federal. Urzúa le renunció al Presidente a los dos años de gestión acusando la falta de gente capacitada y la imposición de decisiones sin sustento técnico por parte de éste. A partir de ese momento, fue muy crítico al Gobierno, pero con la característica de que sabía perfectamente cómo se encontraban las cosas en las entrañas de las finanzas obradoristas.

Entre sus últimas críticas está la relacionada con la propuesta de reformar el sistema de pensiones planteada por AMLO por carecer de financiamiento para ello, calificándola como una “trampa electoral” y el desfalco que está realizando este Gobierno con la prestación a los adultos mayores, denunciando la existencia de más de 600,000 personas “fantasmas” que no existen y sus nombres son usados para sustraer dinero público, calculando 50,000 millones de pesos hurtados por este mecanismo en el sexenio.

Las críticas del economista fueron también al campo de las políticas públicas y precisamente en su última columna denunció a López por preferir destinar dinero a PEMEX en subsidios y rescates de su deuda sin lograr incrementar la capacidad de producción, teniendo a la empresa al punto de la quiebra, en lugar de destinar recursos para fortalecer la red de abastecimiento de agua. Urzúa fue mordaz y expuso que AMLO actúa igual que Echeverría y López Portillo, además, sentenció: “siguiendo al pie de la letra lo que aprendió en los años setenta, el presidente López Obrador siempre privilegió el petróleo sobre el agua”.

En su artículo, Urzúa retrata a un Presidente que no es estadista, que no le interesan los problemas reales de la población, ni encontrar soluciones a largo plazo. Es un político estacionado en el pasado, obsesionado en las elecciones y en la fama fácil, por eso nunca se preocupó por ejecutar obras o acciones que no se vieran como la infraestructura hidráulica, porque lo importante para él son los votos más allá de cualquier consideración de responsabilidad o ética política.

Ahora que la crisis ocasionada por la sequía es inminente y millones de mexicanos se quedaran sin agua en los próximos meses, López se preocupa por enviar una iniciativa para reformar la Ley de Aguas Nacionales en la que no se observan medidas para mejorar la infraestructura hidráulica o establecer acciones para aumentar el abastecimiento del líquido vital. Por el contrario, se enfoca en prohibir el establecimiento de nuevas industrias que podrían generar recursos para el país aprovechando el fenómeno del nearshoring. Como de costumbre, antepone sus caprichos y prejuicios para solucionar los problemas. Si estudiara un poquito, se daría cuenta que el 77 % del agua que usamos en México se destina a la agricultura porque tenemos sistemas de riego por agua rodada. Ahí hay mucho qué hacer, como también en la construcción de presas y represas, en el tratamiento de agua en las ciudades o la reconstrucción de la red de distribución en la CDMX.

López Obrador y Martí Batres dicen que no habrá problemas en la CDMX, ya que está garantizado el servicio de agua potable en el corto, mediano y largo plazo porque hay muchos afluentes que abastecen a la Ciudad. No obstante, la realidad es otra, la CONAGUA indica que las presas del país se encuentran en su 50 % de capacidad, pero con tendencia a la baja, mientras que las que abastecen al Sistema Cutzamala cuentan con un almacenaje de 38 %, pero su límite crítico puede ser al 20 %. Ya hoy el 17 % de los hogares reciben el agua por tandeo (por horas o días) o con pipas. Son cada vez más frecuentes las quejas de falta total de agua o por consumir agua color chocolate como única alternativa.

López anunció que se extraerá agua en la zona de Tizayuca, cerca del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y Batres dice que se contemplará el saneamiento de pozos. En ningún caso se reconoce que han pasado 5 años de este gobierno y el asunto del agua fue totalmente relegado, que no se hicieron los trabajos necesarios y que se desperdició tiempo y dinero en políticas de corte populista. Hoy, que el destino parece alcanzarnos y que se aproxima el día cero como llaman muchos especialistas a ése donde la ciudad colapsaría por la falta total de agua, la prioridad para nuestros gobernantes es como eso no les afecte electoralmente y pierdan votos.

Sin proponérselo, Carlos Urzúa nos dejó en su última colaboración periodística una denuncia contundente que desnuda la personalidad de un Presidente que nunca entendió cuáles eran los problemas reales del país. Un Presidente que invirtió las prioridades de gasto quitando dinero a lo fundamental y vital para llevarlo a sus caprichosos proyectos. En los siguientes meses, por favor recuerden estas palabras de Urzúa: “Andrés Manuel López Obrador nunca supo apreciar la enorme importancia que tiene el agua para todos los mexicanos, pobres o ricos, morenistas o no”.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación