/ sábado 10 de noviembre de 2018

Aporofobia

“La pobreza extrema en cualquier lugar,

es una amenaza a la seguridad humana en todos lados”

Kofi Annan


La filosofa española Adela Cortina, acuñó la palabra aporofobia como un equivalente al concepto “miedo a los pobres”, y eso precisamente es lo que está aconteciendo en algunos sectores de nuestro país y en los EEUU. ante las caravanas migratorias procedentes de Sudamérica que han ingresado a México de manera irregular y por la fuerza.

Múltiples organizaciones gubernamentales, congresos estatales, personalidades políticas de uno u otro signo, se han pronunciado por el apoyo irrestricto a los derechos humanos de todos ellos, aún más, incluso se han generado apoyos económicos de servidores públicos, empresas, gobiernos estatales y municipales, iglesias y pueblo en general.

Estas migraciones están llegando a ser verdaderas oleadas de personas que vienen huyendo de la pobreza extrema, buscando expectativas nuevas que se resumen en el sueño americano, y son impelidos por la eterna búsqueda de condiciones más promisorias de salud, educación y trabajo para sus hijos y descendientes.

Definitivamente no hay un plan de gobierno federal claro que dé salida, ni si quiera una solución lógica a la crisis humanitaria en estas migraciones, que son las más grandes de la historia del país y del continente americano en su conjunto; si las oleadas de migrantes cumplen su pretensión de llegar a la frontera e intentan introducirse a los Estados Unidos de América, habrá violencia y enfrentamientos por la radical postura del presidente norteamericano que utiliza un nacionalismo a ultranza y decimonónico para justificar su presencia como presidente ante los sectores más reaccionarios de aquel país.

Si se aproximan los suficiente a la frontera para ocasionar algún riesgo de enfrentamiento, el gobierno de la nación a través de la policía federal, deberá poner un cordón de protección y seguridad para evitar ese riesgo, no se podría cometer la imprudencia que dejar a su suerte a los hondureños y compañía, ante la guardia nacional norteamericana (military forces), que ya tiene órdenes de utilizar armamento sofisticado, para evitar a toda costa que un solo migrante ingrese al territorio yanqui.

Luego entonces, el pueblo mexicano apoya con víveres, medicinas y recursos para que lo más pronto posible,nuestros huéspedes que componen un verdadero éxodo, lleguen a su destino, y ya ahí, se encontrarán con un muro físico y humano, que parará de manera violenta su peregrinaje, “y llegarán a ninguna parte“, entonces, estarán en una encrucijada, regresar a su patria más empobrecidos y cansados, o aceptar las migajas que les pueda ofrecer el destino; y si es pan y no migajas, será para unos cuantos y no para unos cientos de miles que seguramente llegarán por las expectativas generadas por los buenos apoyos entregados.

Lo que hagan nuestros gobernantes presentes y futuros, será parte de la historiamoderna de Iberoamérica, ojalá no se equivoquen ni unos y otros; tienen hombres y mujeres, niños y ancianos en sus manos, y eso no es poca cosa.


“La pobreza extrema en cualquier lugar,

es una amenaza a la seguridad humana en todos lados”

Kofi Annan


La filosofa española Adela Cortina, acuñó la palabra aporofobia como un equivalente al concepto “miedo a los pobres”, y eso precisamente es lo que está aconteciendo en algunos sectores de nuestro país y en los EEUU. ante las caravanas migratorias procedentes de Sudamérica que han ingresado a México de manera irregular y por la fuerza.

Múltiples organizaciones gubernamentales, congresos estatales, personalidades políticas de uno u otro signo, se han pronunciado por el apoyo irrestricto a los derechos humanos de todos ellos, aún más, incluso se han generado apoyos económicos de servidores públicos, empresas, gobiernos estatales y municipales, iglesias y pueblo en general.

Estas migraciones están llegando a ser verdaderas oleadas de personas que vienen huyendo de la pobreza extrema, buscando expectativas nuevas que se resumen en el sueño americano, y son impelidos por la eterna búsqueda de condiciones más promisorias de salud, educación y trabajo para sus hijos y descendientes.

Definitivamente no hay un plan de gobierno federal claro que dé salida, ni si quiera una solución lógica a la crisis humanitaria en estas migraciones, que son las más grandes de la historia del país y del continente americano en su conjunto; si las oleadas de migrantes cumplen su pretensión de llegar a la frontera e intentan introducirse a los Estados Unidos de América, habrá violencia y enfrentamientos por la radical postura del presidente norteamericano que utiliza un nacionalismo a ultranza y decimonónico para justificar su presencia como presidente ante los sectores más reaccionarios de aquel país.

Si se aproximan los suficiente a la frontera para ocasionar algún riesgo de enfrentamiento, el gobierno de la nación a través de la policía federal, deberá poner un cordón de protección y seguridad para evitar ese riesgo, no se podría cometer la imprudencia que dejar a su suerte a los hondureños y compañía, ante la guardia nacional norteamericana (military forces), que ya tiene órdenes de utilizar armamento sofisticado, para evitar a toda costa que un solo migrante ingrese al territorio yanqui.

Luego entonces, el pueblo mexicano apoya con víveres, medicinas y recursos para que lo más pronto posible,nuestros huéspedes que componen un verdadero éxodo, lleguen a su destino, y ya ahí, se encontrarán con un muro físico y humano, que parará de manera violenta su peregrinaje, “y llegarán a ninguna parte“, entonces, estarán en una encrucijada, regresar a su patria más empobrecidos y cansados, o aceptar las migajas que les pueda ofrecer el destino; y si es pan y no migajas, será para unos cuantos y no para unos cientos de miles que seguramente llegarán por las expectativas generadas por los buenos apoyos entregados.

Lo que hagan nuestros gobernantes presentes y futuros, será parte de la historiamoderna de Iberoamérica, ojalá no se equivoquen ni unos y otros; tienen hombres y mujeres, niños y ancianos en sus manos, y eso no es poca cosa.


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