/ domingo 19 de enero de 2020

¿Cómo dijo? 

La imaginación de un niño


Hay quien no tiene problemas con los números y los usa como si nada, como si fuera lo más sencillo del mundo. A estos —yo los llamo genios— matemáticos les encanta estudiar a los números, juntar muchos de ellos y hacerlos crecer a longitudes que son absurdas, al menos para mí que no soy fan de ellos. En la escuela nunca me fue muy bien en matemáticas.

Pues al que sí le gustaban mucho los números es al matemático estadounidense Edward Kasner. Este hombre estaba escribiendo un libro sobre las matemáticas y la imaginación —de hecho, así se llama el libro— porque es cierto que hay que usar mucho la imaginación para entender a las matemáticas. Un buen día, Don Edward andaba paseando por Nueva Jersey con sus dos sobrinos y se le ocurrió preguntarles qué nombre le pondrían a un número que fuera muy, pero muy grande. A su sobrino Milton —que era el más “chispa”— se le ocurrió el nombre de gúgol, que en inglés se escribe googol. Al otro niño parece que no se le ocurrió nada.

Googol es entonces el nombre que le dieron a un número muy grande pero que no es infinito, específicamente el número 1 seguido de cien ceros. Luego, a Don Edward se le ocurrió hacer un googolplex —o en español: gúgolplex—que es un número 1 seguido por un googol de ceros. ¿Y qué utilidad han tenido estos enormes números en las matemáticas? En realidad, ninguna. La intención era nada más imaginarse un número muy grande, que no fuera infinito y que fuera difícil de contar para ese tiempo, pero ahora, con los procesadores de las computadoras, es rápido y fácil hacer el conteo de un gúgol o incluso de un gúgolplex.

Para lo que sí sirvió todo este rollo fue para darle el nombre a una de las compañías más grandes que existen hoy en día y que es dueña de una herramienta que prácticamente todos usamos a diario: Google. Fíjese, yo siempre había pensado que el nombre del buscador más famoso de internet, Google, era por esos lentes que usa uno para ver adentro del agua, los famosos goggles pero ahora sí que, ¡nada qué ver! porque Google y goggles son palabras que se escriben diferente y se pronuncian distinto. En mi imaginación el buscador estaba representado por unos lentes con los que uno podía ver dentro de ese mar de información que es el internet.

A lo mejor sí tiene algo de relación, pero la versión oficial es que, por un error a la hora de escribir googol para hacer la propuesta del nombre, pusieron Google y así se quedó. La idea era que el buscador, al usarlo, te ofrecería un número grandísimo de resultados, tan grande que no podrías contarlo. Así nació entonces el nombre de Google y las oficinas principales de esta compañía se llaman Googleplex, en referencia al otro numerote que se le ocurrió a Don Edward.

Lo que tampoco es infinito es este espacio, querido lector, así que debo ahora despedirme de usted.

Consultorio Verbal

comodijo2@hotmail.com

Twitter: @comodijo

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Ana Margarita Sánchez comenta: “Un tío mío padece isosmia pero nunca le he preguntado qué es eso, porque me da pena. Yo lo veo muy bien.”

RESPUESTA: Pues lo ve bien porque no es nada grave. La isosmia es la incapacidad de no poder distinguir los olores, o sea que quien la padece todo le parece que huele igual.

AHORA PREGUNTO: Si le digo que practico la topiaria, seguramente trabajo:

a.- Con los árboles.

b.- Con ciertos animales como topos.

c.- Con materiales de construcción.

d.- Con pacientes depresivos.

RESPUESTA: a. La topiaria es el arte de podar los árboles y las plantas para darles formas determinadas.

Para terminar, le dejo una frase que dijo Larry Page, cofundador de Google: “Debes hacer cosas que realmente sean importantes, pero también debes divertirte, porque si no, no tendrás éxito”. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.

La imaginación de un niño


Hay quien no tiene problemas con los números y los usa como si nada, como si fuera lo más sencillo del mundo. A estos —yo los llamo genios— matemáticos les encanta estudiar a los números, juntar muchos de ellos y hacerlos crecer a longitudes que son absurdas, al menos para mí que no soy fan de ellos. En la escuela nunca me fue muy bien en matemáticas.

Pues al que sí le gustaban mucho los números es al matemático estadounidense Edward Kasner. Este hombre estaba escribiendo un libro sobre las matemáticas y la imaginación —de hecho, así se llama el libro— porque es cierto que hay que usar mucho la imaginación para entender a las matemáticas. Un buen día, Don Edward andaba paseando por Nueva Jersey con sus dos sobrinos y se le ocurrió preguntarles qué nombre le pondrían a un número que fuera muy, pero muy grande. A su sobrino Milton —que era el más “chispa”— se le ocurrió el nombre de gúgol, que en inglés se escribe googol. Al otro niño parece que no se le ocurrió nada.

Googol es entonces el nombre que le dieron a un número muy grande pero que no es infinito, específicamente el número 1 seguido de cien ceros. Luego, a Don Edward se le ocurrió hacer un googolplex —o en español: gúgolplex—que es un número 1 seguido por un googol de ceros. ¿Y qué utilidad han tenido estos enormes números en las matemáticas? En realidad, ninguna. La intención era nada más imaginarse un número muy grande, que no fuera infinito y que fuera difícil de contar para ese tiempo, pero ahora, con los procesadores de las computadoras, es rápido y fácil hacer el conteo de un gúgol o incluso de un gúgolplex.

Para lo que sí sirvió todo este rollo fue para darle el nombre a una de las compañías más grandes que existen hoy en día y que es dueña de una herramienta que prácticamente todos usamos a diario: Google. Fíjese, yo siempre había pensado que el nombre del buscador más famoso de internet, Google, era por esos lentes que usa uno para ver adentro del agua, los famosos goggles pero ahora sí que, ¡nada qué ver! porque Google y goggles son palabras que se escriben diferente y se pronuncian distinto. En mi imaginación el buscador estaba representado por unos lentes con los que uno podía ver dentro de ese mar de información que es el internet.

A lo mejor sí tiene algo de relación, pero la versión oficial es que, por un error a la hora de escribir googol para hacer la propuesta del nombre, pusieron Google y así se quedó. La idea era que el buscador, al usarlo, te ofrecería un número grandísimo de resultados, tan grande que no podrías contarlo. Así nació entonces el nombre de Google y las oficinas principales de esta compañía se llaman Googleplex, en referencia al otro numerote que se le ocurrió a Don Edward.

Lo que tampoco es infinito es este espacio, querido lector, así que debo ahora despedirme de usted.

Consultorio Verbal

comodijo2@hotmail.com

Twitter: @comodijo

PREGUNTA DEL PÚBLICO: Ana Margarita Sánchez comenta: “Un tío mío padece isosmia pero nunca le he preguntado qué es eso, porque me da pena. Yo lo veo muy bien.”

RESPUESTA: Pues lo ve bien porque no es nada grave. La isosmia es la incapacidad de no poder distinguir los olores, o sea que quien la padece todo le parece que huele igual.

AHORA PREGUNTO: Si le digo que practico la topiaria, seguramente trabajo:

a.- Con los árboles.

b.- Con ciertos animales como topos.

c.- Con materiales de construcción.

d.- Con pacientes depresivos.

RESPUESTA: a. La topiaria es el arte de podar los árboles y las plantas para darles formas determinadas.

Para terminar, le dejo una frase que dijo Larry Page, cofundador de Google: “Debes hacer cosas que realmente sean importantes, pero también debes divertirte, porque si no, no tendrás éxito”. ¿Cómo dijo? Hasta la próxima.