/ lunes 14 de junio de 2021

Contra viento y marea

Contra viento y marea se realizó la elección del 6 de junio. Pese al ataque frontal contra su autonomía, el INE organizó y computó con la mayor transparencia los resultados de la elección más grande de nuestra historia. El extraordinario desempeño de la autoridad electoral y la gran participación ciudadana anularon la intención de MORENA de denunciar fraude, desconocer los resultados y movilizar brigadas de choques para tronar la elección.


Las brigadas morenistas de servidores de la nación (operadores electorales disfrazados de funcionarios públicos) estuvieron presentes en los barrios y comunidades más desfavorecidos “sugiriendo” que si votaban por la oposición perderían los recursos que les envían desde Palacio Nacional. Afortunadamente el chantaje no funcionó y en la ciudad de México, MORENA recibió una contundente derrota.


Estuvieron presentes también las brigadas delincuencia organizada. Este proceso electoral va a pasar a la historia como el más violento del que tengamos memoria. Alrededor de 30 candidatos y candidatas fueron privados de la vida y varias decenas tuvieron que retirarse de la contienda, por presión y miedo. No hubo protección y seguridad como corresponde desde el ámbito federal. Si no se modifica el resultado electoral, en un estado incluso ganaron la gubernatura. Interesante será ver cómo se comporta la relación entre el gobierno federal y el cártel del partido verde. Nadie puede ignorar la trascendencia de los mensajes directos y subliminales enviados desde la cúspide del poder, donde es claro que el presidente ha decidido ser condescendiente con las mafias y grupos delincuenciales dejándolos ser y hacer, sin ningún disimulo. La máxima “abrazos, no balazos” parece haber rendido frutos en términos de votos, se portaron bien (la DO) dijo AMLO.


En este contexto, hay que reconocer que en la alianza Va por México logramos que MORENA y aliados no tengan mayoría calificada. Aún así, se impusieron las artimañas en las contiendas estatales. Adelanto reflexiones al respecto: a) Los partidos PAN, PRI y PRD no pudieron resolver sus propias divisiones, en especial la articulación de sus acuerdos hacia los estados y municipios. b) Hubo Gobernadores que se entendieron más con el enemigo de enfrente. c) No pudimos contrarrestar el uso electoral de los programas sociales. d) Nos faltó claridad y contundencia para anular el discurso del miedo y explicar nuestra propuesta basada en un enfoque de derechos humanos, reactivación económica, desarrollo sostenible, legalidad y reconstrucción del presupuesto de egresos.


Los partidos deben liberarse de sus élites y recuperar la cercanía con la sociedad civil. En la ciudad de México avanzamos gracias a candidaturas frescas, equipos con experiencia, cercanía con la gente y estructura electoral.


En lo que respecta al PRD, apunto dos cuestiones para iniciar el debate interno: en primer lugar la confianza del voto duro y la vigencia de nuestro registro. En segundo plano, debemos resolver ya, lo que siempre ha estado en debate: o somos un partido cuyo origen en su momento, nos ligó al nacionalismo revolucionario, o enfatizamos nuestra identidad como partido socialdemócrata, verde, con una agenda de izquierda verdadera sustentada en los derechos humanos y la igualdad sustantiva, que promueve el respeto irrestricto de la LEY: donde quepamos todas y todos. A pensar lo que sigue

Defensora de derechos humanos

Contra viento y marea se realizó la elección del 6 de junio. Pese al ataque frontal contra su autonomía, el INE organizó y computó con la mayor transparencia los resultados de la elección más grande de nuestra historia. El extraordinario desempeño de la autoridad electoral y la gran participación ciudadana anularon la intención de MORENA de denunciar fraude, desconocer los resultados y movilizar brigadas de choques para tronar la elección.


Las brigadas morenistas de servidores de la nación (operadores electorales disfrazados de funcionarios públicos) estuvieron presentes en los barrios y comunidades más desfavorecidos “sugiriendo” que si votaban por la oposición perderían los recursos que les envían desde Palacio Nacional. Afortunadamente el chantaje no funcionó y en la ciudad de México, MORENA recibió una contundente derrota.


Estuvieron presentes también las brigadas delincuencia organizada. Este proceso electoral va a pasar a la historia como el más violento del que tengamos memoria. Alrededor de 30 candidatos y candidatas fueron privados de la vida y varias decenas tuvieron que retirarse de la contienda, por presión y miedo. No hubo protección y seguridad como corresponde desde el ámbito federal. Si no se modifica el resultado electoral, en un estado incluso ganaron la gubernatura. Interesante será ver cómo se comporta la relación entre el gobierno federal y el cártel del partido verde. Nadie puede ignorar la trascendencia de los mensajes directos y subliminales enviados desde la cúspide del poder, donde es claro que el presidente ha decidido ser condescendiente con las mafias y grupos delincuenciales dejándolos ser y hacer, sin ningún disimulo. La máxima “abrazos, no balazos” parece haber rendido frutos en términos de votos, se portaron bien (la DO) dijo AMLO.


En este contexto, hay que reconocer que en la alianza Va por México logramos que MORENA y aliados no tengan mayoría calificada. Aún así, se impusieron las artimañas en las contiendas estatales. Adelanto reflexiones al respecto: a) Los partidos PAN, PRI y PRD no pudieron resolver sus propias divisiones, en especial la articulación de sus acuerdos hacia los estados y municipios. b) Hubo Gobernadores que se entendieron más con el enemigo de enfrente. c) No pudimos contrarrestar el uso electoral de los programas sociales. d) Nos faltó claridad y contundencia para anular el discurso del miedo y explicar nuestra propuesta basada en un enfoque de derechos humanos, reactivación económica, desarrollo sostenible, legalidad y reconstrucción del presupuesto de egresos.


Los partidos deben liberarse de sus élites y recuperar la cercanía con la sociedad civil. En la ciudad de México avanzamos gracias a candidaturas frescas, equipos con experiencia, cercanía con la gente y estructura electoral.


En lo que respecta al PRD, apunto dos cuestiones para iniciar el debate interno: en primer lugar la confianza del voto duro y la vigencia de nuestro registro. En segundo plano, debemos resolver ya, lo que siempre ha estado en debate: o somos un partido cuyo origen en su momento, nos ligó al nacionalismo revolucionario, o enfatizamos nuestra identidad como partido socialdemócrata, verde, con una agenda de izquierda verdadera sustentada en los derechos humanos y la igualdad sustantiva, que promueve el respeto irrestricto de la LEY: donde quepamos todas y todos. A pensar lo que sigue

Defensora de derechos humanos