Termina una administración complicada y muy polémica, pero comienza esta nueva con grandes expectativas: la mayoría de los mexicanos decidieron dar finalmente la oportunidad a un hombre que, pese a sus hierros, defectos y hasta ambición de poder –luego de buscarlo tenazmente durante 18 años y haber recorrido TODO el territorio nacional-, el día llegó y Andrés Manuel López Obrador es Presidente de la República Mexicana.
Quizá sería adecuado realizar un recuento de los eventos más significativos respecto al sexenio que termina, no obstante, siendo honestos, la administración de Enrique Peña Nieto hace meses que concluyó, y el gobierno de López Obrador inició cuando menos desde el 1 de julio cuando resultó electo.
Lo cierto es que cuando Peña Nieto tomó posesión se vislumbraba la promesa de reformas estructurales que habrían de aportar estabilidad y crecimiento; pero una vez más termina en ruinas, entre escándalos de corrupción y dispendio, además de dejar al país con los más altos índices de violencia; adicionalmente, se presume con moderación tasas crecimiento económico, aunque pierden importancia ante los índices de población en pobreza, y la realidad es que los precios de productos clave como tortilla, huevo y gasolina son más altos, al igual que el tipo de cambio del peso frente al dólar.
Los actores de la administración Peñista dirán que “no todo fue malo”, pero los resultados se reflejaron en las urnas el pasado 1 de julio: la derrota se ganó a pulso.
Hoy, las expectativas son muy altas, irrealizables quizá. La voluntad del primer mandatario es pasar a la historia como “un buen Presidente”; sin embargo, pocos políticos tienen la capacidad de ejercer un buen gobierno por mutuo propio, la sociedad y las fuerzas opositoras cuentan con la fuerza y los recursos para exigir resultados y eso empieza a partir del día de hoy.
Y nada más por no permitir que esto se vaya al borde a partir de este día, traigamos a manera de ejemplo el caso de Paco Ignacio Taibo II, aparentemente próximo director del Fondo de Cultura Económica: una constante de Morena, si las leyes no se acoplan a sus intereses, que cambien las leyes… y para dirigir el FCE es requisito ser mexicano, Taibo II es español.
Hace unos días en la FIL –Feria Internacional del Libro-, el español dijo que si para mañana lunes no se ha eliminado esa condición, su nombramiento se hará por edicto…“Sea como sea, se las metimos doblada, camaradas… perdón, no lo puedo evitar, yo sé que me paso de lépero…” declaró Paco Ignacio.
La indignación y repugnancia que sus palabras causaron no se hicieron esperar entre la sociedad mexicana, máxime tratándose de una institución –el Fondo de Cultura Económico-, creada por Daniel Cosío Villegas con los escritores del exilio español, tal como recordó el historiador Enrique Krauze: la sociedad mexicana opina que México no merece este tipo de personas en ningún puesto público, y cuestiona si esta es la Cuarta Transformación…
Y así las cosas, ha llegado el momento. Independientemente de filias y fobias, mucho éxito al Presidente de México , Andrés Manuel López Obrador. Si cumple su principal promesa, la de ser “un buen Presidente”, nos va bien a todos. ¡Así sea!
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