Apareció Juan Diego y…su ayate.
No hay duda de que la nota de mucho tiempo acá es la aparición de Xochitl Galvez en las ligas mayores de la política mexicana, pues sin traerla ella en la brújula se encontró con la posibilidad real de ser la abanderada de la corriente opositora en la contienda por la Presidencia de la República en las elecciones del próximo año.
Digo que se la encontró, ya que su mirada inicial estaba puesta en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, pero una acusación falsa mencionada en la mañanera y el posterior desaire presidencial al negarle su derecho de réplica la ubicó en el aparador de las redes sociales que en forma multitudinaria la convencieron para cambiar de opinión y subir a la máxima categoría de la lucha por el poder. Espacio en el que cuando menos en este momento, en el ánimo de los sectores populares de la oposición formal no tiene contendiente que le haga siquiera sombra.
Parecería chiste, pero el primer problema que se avizora surge de los propios partidos de la alianza, en virtud de que cada uno cuenta con sus particulares intereses, de acuerdo con ello a sus precandidatos preferidos y tampoco la traían en la mira al no ser partidista, por lo que se encuentran tan sorprendidos y apabullados por la situación como en palacio nacional; con lo que es difícil que valoren en su magnitud, el fenómeno social que ha surgido alrededor de la persona de la senadora hidalguense. Además del afortunado incidente con el habitante de palacio nacional, las características de Xochitl, en cuanto su origen, desarrollo de vida y honorabilidad, hacen de ella un adversario de respeto no solo para la designación en el ala opositora sino también para el que resulte campeón del lado oficialista, sobre todo cuando estos se la pasan presumiendo relojes caros, comiendo garnachas, pintando bardas por todo el país y ofreciendo altos cargos a los parientes cercanos de su líder.
En opinión de quienes apoyan a la senadora, si Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano fueran honestos con sus probables votantes, dejarían de imitar a MORENA con sus “campañas que no son campañas” y violan la ley y se pronunciarían a favor de la candidatura de Xochitl como representante única de la oposición al lopezobradorismo.
Habrá muchas interpretaciones sobre lo que realmente hay detrás de las palabras del presidente al destapar a la senadora como la candidata opositora, lo cierto es que él mismo se vio rebasado por las expectativas causadas socialmente con el surgimiento de una figura tan suigéneris y alejada de las cúpulas opositoras, pero más cercana a su clientela electoral que todas sus “corcholatas”, muy ocupadas en ganarse el favor presidencial.
Como era de esperarse, ya empiezan a inundar las redes sociales las voces incondicionales al discurso oficial, tratando de desacreditar los méritos de la precandidata, la mayoría con un pésimo gusto como son las caricaturas, pero que al momento solo contribuyen a centrar la atención del posible elector en la figura opositora emergente, por lo que se espera busquen hasta por debajo de las piedras, además de su relación con el expresidente Vicente Fox y en su desempeño como jefa delegacional, hechos que bien explotados desde su óptica, opaquen sus posibilidades con vistas a la “madre de todas las batallas” en el cada día más cercano 2024, en tanto eso sucede Xochitl está en el aparador principal y
Por lo pronto…ya hay tiro.
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