/ viernes 12 de enero de 2024

Diagnóstico arbitrario, soluciones extraviadas

Hace cuatro años escribí un artículo, en estas mismas páginas, titulado Desabasto Sexenal en el que explicaba las razones por las cuales este sexenio iba a estar marcado por un desabasto de medicamentos en los hospitales públicos durante toda la administración. No me equivoqué, el desabasto ha sido brutal y lo han pagado en su salud y en sus vidas cientos de miles de mexicanos.

Explicaba en ese entonces que el Gobierno había partido de un prejuicio para diseñar su política de abasto, pensaron que en la compra de medicamentos todo era corrupción y que resolviendo ese aspecto iba a existir un abasto oportuno y suficiente. Comente los riesgos de partir de una premisa ideologizada, siendo en sí mismo un sistema muy complejo.

Este gobierno inició con la centralización de las compras en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda. Evidentemente, la sola centralización no iba a generar un mejor abasto, tal vez aprovechar la sinergia de compras consolidadas, pero no fue así, el sistema fracasó. Luego tuvieron que convocar a un grupo de expertos de la ONU para que se encargara de las compras, un organismo externo que no conocía las condiciones de salubridad de la población mexicana ni los sistemas de adquisiciones del sector público que también fracasó estrepitosamente. Otro intento fallido fue encargar a BIRMEX, empresa paraestatal responsable de fabricar vacunas, el proceso de adquisiciones de los medicamentos. Mientras todas estas ocurrencias se han tratado de instrumentar, cientos de miles de mexicanos han visto agravada su salud por la ausencia de fármacos. Por ejemplo, los enfermos de Cáncer han interpuesto más de 200 amparos por no poder llevar a cabo sus tratamientos. El gobierno vetó a las cuatro empresas más grandes de distribución de medicamentos sin tener claro quién iba a atender ese hueco, pero los que sí han aprovechado algunas adquisiciones son los amigos del hijo del Presidente, como ya ha sido consignado en diversos medios.

En aquel entonces, el problema partía de considerar que con un buen procedimiento de adquisiciones resolverían el tema de abasto de medicamentos, cuando no es así. Evidentemente, la compra de fármacos es solo una parte de la cadena de múltiples e intrincados procedimientos en los que debe existir una excelente coordinación entre todos los involucrados. Ahora nos enteramos de que el Presidente amaneció con una brillante idea, crear una superfarmacia que tuviera todos los medicamentos del mundo, con eso se va a evitar el desabasto, porque cualquier ciudadano que no tenga su medicamento, puede solicitarlo directamente a la superfarmacia para que le llegue en un plazo de 48 horas. Este es otro absurdo monumental, así como contemplar exclusivamente el procedimiento de compra para atender el abasto nacional es erróneo, lo es también pensando que con un buen almacenamiento el asunto se va a resolver. Nuevamente, y contra mis pronósticos, un absoluto fracaso.

El gobierno que nos ofreció un sistema de salud como Dinamarca, se quiere lavar la cara obteniendo un buen abasto de fármacos, cosa que con su estrategia no logrará. Me explico, la compra de medicinas debe fundamentarse en un riguroso proceso de planeación, en donde se tengan contempladas las distintas epidemiologías por región, grupos de edad y estacionalidades que se dan en distintas partes del país. Se debe pactar con los proveedores un máximo y un mínimo de entregas de un pedido para tener un margen de maniobra, en caso de que las condiciones de un año en particular hagan variar la planeación realizada. Por ejemplo, se puede hacer un pedido de 100 U de algún medicamento a un precio X, pero el comprador puede solicitar solo el 80 %, en caso de que no necesite más o irse hasta el 120 si las condiciones así lo requieren, esto evita sobre costos, mermas y garantiza un suministro oportuno. Al mismo tiempo, se acuerda un procedimiento de devolución de medicamentos cuando se identifique que no se usarán, antes de su periodo de vencimiento.

Un almacén central grande no va a incidir en la disminución del problema de abasto, ya que lo que se necesita es un SISTEMA DE ALMACENES; central, regionales, estatales y una conexión automatizada con las farmacias de clínicas, hospitales e incluso de los consultorios médicos. De esta forma se puede llevar un control de la existencia del medicamento ordenado por los médicos, para que en su caso se reaccione con oportunidad. También es importante saber que es indispensable un buen sistema de control de claves que podrá ser utilizado en el sector salud, éstas deben estar racionalizadas para evitar que se compren medicamentos onerosos sin que se haya probado su eficiencia terapéutica. Aunado a esto, una capacitación permanente y constante a los médicos para que conozcan el Cuadro Básico de claves médicas del sector y sepan cómo utilizarlo. La preparación de guías terapéuticas puede ser muy útil en muchos casos. Como vemos es un absurdo pensar que con la existencia de un almacén central el problema se va a resolver, esta es una medida demagógica que implicará más sufrimiento para los mexicanos enfermos.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación

Hace cuatro años escribí un artículo, en estas mismas páginas, titulado Desabasto Sexenal en el que explicaba las razones por las cuales este sexenio iba a estar marcado por un desabasto de medicamentos en los hospitales públicos durante toda la administración. No me equivoqué, el desabasto ha sido brutal y lo han pagado en su salud y en sus vidas cientos de miles de mexicanos.

Explicaba en ese entonces que el Gobierno había partido de un prejuicio para diseñar su política de abasto, pensaron que en la compra de medicamentos todo era corrupción y que resolviendo ese aspecto iba a existir un abasto oportuno y suficiente. Comente los riesgos de partir de una premisa ideologizada, siendo en sí mismo un sistema muy complejo.

Este gobierno inició con la centralización de las compras en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda. Evidentemente, la sola centralización no iba a generar un mejor abasto, tal vez aprovechar la sinergia de compras consolidadas, pero no fue así, el sistema fracasó. Luego tuvieron que convocar a un grupo de expertos de la ONU para que se encargara de las compras, un organismo externo que no conocía las condiciones de salubridad de la población mexicana ni los sistemas de adquisiciones del sector público que también fracasó estrepitosamente. Otro intento fallido fue encargar a BIRMEX, empresa paraestatal responsable de fabricar vacunas, el proceso de adquisiciones de los medicamentos. Mientras todas estas ocurrencias se han tratado de instrumentar, cientos de miles de mexicanos han visto agravada su salud por la ausencia de fármacos. Por ejemplo, los enfermos de Cáncer han interpuesto más de 200 amparos por no poder llevar a cabo sus tratamientos. El gobierno vetó a las cuatro empresas más grandes de distribución de medicamentos sin tener claro quién iba a atender ese hueco, pero los que sí han aprovechado algunas adquisiciones son los amigos del hijo del Presidente, como ya ha sido consignado en diversos medios.

En aquel entonces, el problema partía de considerar que con un buen procedimiento de adquisiciones resolverían el tema de abasto de medicamentos, cuando no es así. Evidentemente, la compra de fármacos es solo una parte de la cadena de múltiples e intrincados procedimientos en los que debe existir una excelente coordinación entre todos los involucrados. Ahora nos enteramos de que el Presidente amaneció con una brillante idea, crear una superfarmacia que tuviera todos los medicamentos del mundo, con eso se va a evitar el desabasto, porque cualquier ciudadano que no tenga su medicamento, puede solicitarlo directamente a la superfarmacia para que le llegue en un plazo de 48 horas. Este es otro absurdo monumental, así como contemplar exclusivamente el procedimiento de compra para atender el abasto nacional es erróneo, lo es también pensando que con un buen almacenamiento el asunto se va a resolver. Nuevamente, y contra mis pronósticos, un absoluto fracaso.

El gobierno que nos ofreció un sistema de salud como Dinamarca, se quiere lavar la cara obteniendo un buen abasto de fármacos, cosa que con su estrategia no logrará. Me explico, la compra de medicinas debe fundamentarse en un riguroso proceso de planeación, en donde se tengan contempladas las distintas epidemiologías por región, grupos de edad y estacionalidades que se dan en distintas partes del país. Se debe pactar con los proveedores un máximo y un mínimo de entregas de un pedido para tener un margen de maniobra, en caso de que las condiciones de un año en particular hagan variar la planeación realizada. Por ejemplo, se puede hacer un pedido de 100 U de algún medicamento a un precio X, pero el comprador puede solicitar solo el 80 %, en caso de que no necesite más o irse hasta el 120 si las condiciones así lo requieren, esto evita sobre costos, mermas y garantiza un suministro oportuno. Al mismo tiempo, se acuerda un procedimiento de devolución de medicamentos cuando se identifique que no se usarán, antes de su periodo de vencimiento.

Un almacén central grande no va a incidir en la disminución del problema de abasto, ya que lo que se necesita es un SISTEMA DE ALMACENES; central, regionales, estatales y una conexión automatizada con las farmacias de clínicas, hospitales e incluso de los consultorios médicos. De esta forma se puede llevar un control de la existencia del medicamento ordenado por los médicos, para que en su caso se reaccione con oportunidad. También es importante saber que es indispensable un buen sistema de control de claves que podrá ser utilizado en el sector salud, éstas deben estar racionalizadas para evitar que se compren medicamentos onerosos sin que se haya probado su eficiencia terapéutica. Aunado a esto, una capacitación permanente y constante a los médicos para que conozcan el Cuadro Básico de claves médicas del sector y sepan cómo utilizarlo. La preparación de guías terapéuticas puede ser muy útil en muchos casos. Como vemos es un absurdo pensar que con la existencia de un almacén central el problema se va a resolver, esta es una medida demagógica que implicará más sufrimiento para los mexicanos enfermos.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación