/ domingo 24 de enero de 2021

Ecos lejanos | El que sabe ser pobre, lo sabe todo

Tremenda crisis se vive al interior del Arzobispado de México en manos de arzobispo Carlos Aguiar Retes: el saldo al momento de escribir estas líneas son siete sacerdotes y un obispo auxiliar fallecidos, además del internamiento del cardenal Norberto Rivera Carrera.

Con lo anterior al parecer se han destapado una serie de irregularidades y omisiones que podrían revelar el caótico estado en que se encuentra el arzobispado que ha dejado a la deriva el cuidado de la salud y la vida de cientos de sacerdotes, prácticamente en condiciones catastróficas.

Desde que inició la pandemia, los sacerdotes del Arzobispado que han sufrido el Covid-19 han padecido también la carencia de garantías de un seguro de gastos médicos al cual han realizado aportaciones que ¿sabrá Dios dónde quedaron? Sin saber en dónde han quedado, los fondos del seguro para atender su salud y de pensiones que Aguiar Retes recibió de la administración del arzobispado anterior, el sistema financiero que brindaba estabilidad y paulatinamente se fue consolidando, fue desmantelado por el actual gobierno sacerdotal que actualmente da muestras de una economía manejada en la opacidad.

Así las cosas, luego de haberse hecho pública la hospitalización del arzobispo emérito monseñor Norberto Rivera, el comunicado emitido levantó sospechas sobre la atención y el estado real de salud del ex arzobispo Rivera, tal como sucedió con el auxiliar Francisco Daniel Rivera Sánchez, de quien prácticamente se ignora la situación que lo llevó a su lamentable deceso.

Pese a los intentos por distraer la atención de la sociedad, sabemos que el pasado 12 de enero Norberto Rivera ingresó a un hospital privado para su atención a causa del Covid-19; sin embargo, la decisión no provino del arzobispo Aguiar Retes, sino del propio Rivera Carrera, en afán de salir adelante ante las complicaciones que se le iban generando.

Evidentemente, a su ingreso, el hospital requirió de las garantías para el ingreso del paciente cuyo monto ascendía a cerca de 80 mil pesos, para lo cual el ex arzobispo, aun en condiciones de solicitarlo, acudió a la economía arquidiocesana quienes respondieron que “el arzobispado de México no podía absorber los gastos médicos”.

Ante la descompuesta salud del cardenal, fue necesario trasladarlo a lo que ha redundado en un evidente incremento en los gastos, por lo que al contactar nuevamente a las autoridades de la Arquidiócesis de México para deslindar la cobertura de las cuentas hospitalarias, encontrando la misma respuesta: no hay dinero para cubrir la seguridad y salud del cardenal, por lo que los gastos deben correr por su cuenta… actualmente, se busca a los familiares cercanos del ex arzobispo Rivera Carrera en busca de que absorban las cuentas cada vez más altas dada la gravedad en que se encuentra.

Un detalle más: conforme a las leyes canónicas y el Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos del 22 de febrero de 2004, el obispo emérito "tiene el derecho de recibir el sostenimiento de la diócesis en la que ha prestado el servicio episcopal" ,lo que habría de incluir una pensión y la seguridad relativa a su salud; legalmente, esto implica una obligación y responsabilidad del obispo titular ante la Santa Sede, no es concesión ni canonjía, es un derecho que otorga la Santa Sede a quien se debe rendir cuentas por el bienestar de los clérigos.

Para concluir, tampoco parece haber un responsable del cuidado y atención espiritual del cardenal Rivera, lo cual impide conocer -mediante un contacto directo-, noticias al día sobre su situación, la cual, debido al padecimiento, puede cambiar las cosas de un momento a otro.

En bien de la Iglesia católica, el cardenal Carlos Aguiar Retes habrá de demostrar la forma en que se ha cumplido el mandato canónico respecto a la atención de su sucesor; de lo contrario, tendrá que sujetarse a la atención de la Santa Sede.

El ex vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero, comentó: “Ahora los hospitales quieren cobrarle todos estos gastos a la familia del cardenal, sobre todo a su hermano Javier. Pero éste vive en Monterrey y también tiene Covid-19, por lo que está confinado… En fin, es muy dramática la situación de la familia del cardenal”.

Inevitablemente la falta de previsión y las ambiciones quizá, han derivado en un complicado tema al que o hemos de estar atentos dado el alto costo que puede generar en el catolicismo de por si en crisis; se trata de un evidente caso de negligencia. Veremos…


gamogui@hotmail.com

Tremenda crisis se vive al interior del Arzobispado de México en manos de arzobispo Carlos Aguiar Retes: el saldo al momento de escribir estas líneas son siete sacerdotes y un obispo auxiliar fallecidos, además del internamiento del cardenal Norberto Rivera Carrera.

Con lo anterior al parecer se han destapado una serie de irregularidades y omisiones que podrían revelar el caótico estado en que se encuentra el arzobispado que ha dejado a la deriva el cuidado de la salud y la vida de cientos de sacerdotes, prácticamente en condiciones catastróficas.

Desde que inició la pandemia, los sacerdotes del Arzobispado que han sufrido el Covid-19 han padecido también la carencia de garantías de un seguro de gastos médicos al cual han realizado aportaciones que ¿sabrá Dios dónde quedaron? Sin saber en dónde han quedado, los fondos del seguro para atender su salud y de pensiones que Aguiar Retes recibió de la administración del arzobispado anterior, el sistema financiero que brindaba estabilidad y paulatinamente se fue consolidando, fue desmantelado por el actual gobierno sacerdotal que actualmente da muestras de una economía manejada en la opacidad.

Así las cosas, luego de haberse hecho pública la hospitalización del arzobispo emérito monseñor Norberto Rivera, el comunicado emitido levantó sospechas sobre la atención y el estado real de salud del ex arzobispo Rivera, tal como sucedió con el auxiliar Francisco Daniel Rivera Sánchez, de quien prácticamente se ignora la situación que lo llevó a su lamentable deceso.

Pese a los intentos por distraer la atención de la sociedad, sabemos que el pasado 12 de enero Norberto Rivera ingresó a un hospital privado para su atención a causa del Covid-19; sin embargo, la decisión no provino del arzobispo Aguiar Retes, sino del propio Rivera Carrera, en afán de salir adelante ante las complicaciones que se le iban generando.

Evidentemente, a su ingreso, el hospital requirió de las garantías para el ingreso del paciente cuyo monto ascendía a cerca de 80 mil pesos, para lo cual el ex arzobispo, aun en condiciones de solicitarlo, acudió a la economía arquidiocesana quienes respondieron que “el arzobispado de México no podía absorber los gastos médicos”.

Ante la descompuesta salud del cardenal, fue necesario trasladarlo a lo que ha redundado en un evidente incremento en los gastos, por lo que al contactar nuevamente a las autoridades de la Arquidiócesis de México para deslindar la cobertura de las cuentas hospitalarias, encontrando la misma respuesta: no hay dinero para cubrir la seguridad y salud del cardenal, por lo que los gastos deben correr por su cuenta… actualmente, se busca a los familiares cercanos del ex arzobispo Rivera Carrera en busca de que absorban las cuentas cada vez más altas dada la gravedad en que se encuentra.

Un detalle más: conforme a las leyes canónicas y el Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos del 22 de febrero de 2004, el obispo emérito "tiene el derecho de recibir el sostenimiento de la diócesis en la que ha prestado el servicio episcopal" ,lo que habría de incluir una pensión y la seguridad relativa a su salud; legalmente, esto implica una obligación y responsabilidad del obispo titular ante la Santa Sede, no es concesión ni canonjía, es un derecho que otorga la Santa Sede a quien se debe rendir cuentas por el bienestar de los clérigos.

Para concluir, tampoco parece haber un responsable del cuidado y atención espiritual del cardenal Rivera, lo cual impide conocer -mediante un contacto directo-, noticias al día sobre su situación, la cual, debido al padecimiento, puede cambiar las cosas de un momento a otro.

En bien de la Iglesia católica, el cardenal Carlos Aguiar Retes habrá de demostrar la forma en que se ha cumplido el mandato canónico respecto a la atención de su sucesor; de lo contrario, tendrá que sujetarse a la atención de la Santa Sede.

El ex vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero, comentó: “Ahora los hospitales quieren cobrarle todos estos gastos a la familia del cardenal, sobre todo a su hermano Javier. Pero éste vive en Monterrey y también tiene Covid-19, por lo que está confinado… En fin, es muy dramática la situación de la familia del cardenal”.

Inevitablemente la falta de previsión y las ambiciones quizá, han derivado en un complicado tema al que o hemos de estar atentos dado el alto costo que puede generar en el catolicismo de por si en crisis; se trata de un evidente caso de negligencia. Veremos…


gamogui@hotmail.com

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