/ jueves 21 de julio de 2022

El precio de Caro Quintero

La gran diferencia entre un gato y un mentiroso es que el gato tiene apenas nueve vidas.

Mark Twain


Primer acto. El antiguo narcotraficante es detenido cuando “se escondía en unos arbustos” del municipio de Choix, en Sinaloa. La protagonista del hallazgo fue Max, una binomio canino, audaz y eficaz, que alcanzó la fama mediática. La vestimenta del detenido no era de un fugitivo en la montaña. Las imágenes difundidas inicialmente son amables y tranquilas, un marino ofreciéndole agua. Sin ningún otro detenido. ¡Caramba!

Segundo Acto. La directora de la DEA declara que la agencia contribuyó en la captura. De acuerdo a Proceso (2385) se informa que dicha corporación norteamericana, “en coordinación con la Marina de México comenzó a diseñar operativos muy específicos para que no se escapara o se filtrara la información”. La revista continúa su versión: “agentes estadounidenses viajaban con frecuencia a México […] para llevar a cabo el operativo de captura. Antes hubo 13 oportunidades de capturar a Quintero y no se hizo”. La nota no señala el porqué fue hasta ahora la aprehensión. ¿La reciente reunión con Biden? Que vuele la imaginación.

Tercer acto. El señor de Palacio sale a decir que únicamente la Marina planeó y ejecutó el operativo. Trastabillante habla de cooperación con EU, pero no dice de qué manera. Su preclaro nacionalismo lo obliga. No hay informes acerca de la muerte de 14 marinos de élite por el desplome de un helicóptero.

Cuarto acto. La DEA no contradice a su embajador ni al tabasqueño. No tiene sentido abrir un debate innecesario. Lo importante es tenerlo allá en su casa y ahí sí sacar el expediente completo y festinar la venganza por el asesinato del exagente Camarena. Sólo Caro paga y todos los cómplices tranquilos.

Quinto acto. La detención de Caro Quintero poco le sirve al gobierno de AMLO. Su influencia era mínima en la geografía del narcotráfico. Le es útil para su propaganda, aunque contradice la cantaleta de que su prioridad es “atacar las causas”. Esa insulsa demagogia.

La pregunta clave es: ¿por qué no detienen a los “Chapitos” y al “Mayo” Zambada? ¿No son prioritarios para el gobierno de EU? Hasta tienen recompensa. Por supuesto que sí lo son, pero no para el gobierno mexicano. ¿El próximo tributo será seguramente el “Mencho” Oceguera, líder del CJNG?

Hipótesis. Todo indica que fue una detención negociada con los jefes de una parte del Cártel de Sinaloa. Con ello satisficieron la dilatada venganza de EU y dejarán en paz, por el momento, a los aliados del gobierno de la 4T. Ese fue el precio.

pedropenaloz@yahoo.com/Twitter:@pedro_peanaloz

La gran diferencia entre un gato y un mentiroso es que el gato tiene apenas nueve vidas.

Mark Twain


Primer acto. El antiguo narcotraficante es detenido cuando “se escondía en unos arbustos” del municipio de Choix, en Sinaloa. La protagonista del hallazgo fue Max, una binomio canino, audaz y eficaz, que alcanzó la fama mediática. La vestimenta del detenido no era de un fugitivo en la montaña. Las imágenes difundidas inicialmente son amables y tranquilas, un marino ofreciéndole agua. Sin ningún otro detenido. ¡Caramba!

Segundo Acto. La directora de la DEA declara que la agencia contribuyó en la captura. De acuerdo a Proceso (2385) se informa que dicha corporación norteamericana, “en coordinación con la Marina de México comenzó a diseñar operativos muy específicos para que no se escapara o se filtrara la información”. La revista continúa su versión: “agentes estadounidenses viajaban con frecuencia a México […] para llevar a cabo el operativo de captura. Antes hubo 13 oportunidades de capturar a Quintero y no se hizo”. La nota no señala el porqué fue hasta ahora la aprehensión. ¿La reciente reunión con Biden? Que vuele la imaginación.

Tercer acto. El señor de Palacio sale a decir que únicamente la Marina planeó y ejecutó el operativo. Trastabillante habla de cooperación con EU, pero no dice de qué manera. Su preclaro nacionalismo lo obliga. No hay informes acerca de la muerte de 14 marinos de élite por el desplome de un helicóptero.

Cuarto acto. La DEA no contradice a su embajador ni al tabasqueño. No tiene sentido abrir un debate innecesario. Lo importante es tenerlo allá en su casa y ahí sí sacar el expediente completo y festinar la venganza por el asesinato del exagente Camarena. Sólo Caro paga y todos los cómplices tranquilos.

Quinto acto. La detención de Caro Quintero poco le sirve al gobierno de AMLO. Su influencia era mínima en la geografía del narcotráfico. Le es útil para su propaganda, aunque contradice la cantaleta de que su prioridad es “atacar las causas”. Esa insulsa demagogia.

La pregunta clave es: ¿por qué no detienen a los “Chapitos” y al “Mayo” Zambada? ¿No son prioritarios para el gobierno de EU? Hasta tienen recompensa. Por supuesto que sí lo son, pero no para el gobierno mexicano. ¿El próximo tributo será seguramente el “Mencho” Oceguera, líder del CJNG?

Hipótesis. Todo indica que fue una detención negociada con los jefes de una parte del Cártel de Sinaloa. Con ello satisficieron la dilatada venganza de EU y dejarán en paz, por el momento, a los aliados del gobierno de la 4T. Ese fue el precio.

pedropenaloz@yahoo.com/Twitter:@pedro_peanaloz

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