Por Juan Luis Tron *
Establecer sistemas sólidos, asegurar la paz y garantizar que los gobiernos operen en beneficio de toda la población son algunos de los desafíos más destacados en la actualidad. El ejercicio del voto constituye una vía efectiva para responder ante estos desafíos, ya que posibilita que los deseos de las personas se traduzcan en acción gubernamental, tal como lo destaca la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su vigesimoprimer artículo.
En África, el ejercicio del derecho humano a la participación política se presenta como un desafío más aspiracional que real. Entre los 55 países del continente, 23 están bajo regímenes autoritarios, 22 en un gobierno mixto y sólo 10 son democracias sólidas. En este contexto, el miércoles 20 de diciembre, la población de la República Democrática del Congo (RDC) asistirá a las urnas dentro de un contexto político complejo y una situación humanitaria desafiante.
La RDC se enfrenta a elecciones generales. Es el país más extenso de África subsahariana, principal productor de cobalto y con una de las crisis humanitarias más intensas del mundo (exacerbada por una prolongada guerra civil con el grupo rebelde M23, que le genera tensiones con su vecina Ruanda).
Se estima que, de los casi 100 millones de habitantes, menos de 40 podrán ejercer su derecho al voto. La limitación, en gran medida, se atribuye a la crisis humanitaria, la guerrilla contra el grupo rebelde M23 y la desactualización del padrón electoral.
En estos comicios, más de 20 candidatos competirán por la presidencia, aunque solo cuatro de ellos tienen posibilidades reales de ganar. El oficialismo presenta a Felix Tshisekedi, actual presidente en busca de la reelección. La oposición, por su parte, se encuentra dividida entre tres principales candidatos: Martin Fayulu, ex candidato en 2018 que busca la revancha contra Tshisekedi y que algunos medios indican como ganador hace cuatro años; Moise Katumbi, ex gobernador de Katanga, empresario y dueño de un equipo de fútbol y; Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz en 2018 y destacado líder de la oposición en la asediada región oriental de la RDC.
Con la oposición fragmentada entre tres candidatos, es muy probable que Tshisekedi salga victorioso en las elecciones. El presidente electo, enfrentará desafíos significativos: combatir la pobreza que afecta a más del 60% de la población; abordar la creciente inflación que impacta los bolsillos congoleños; reducir las tensiones con la vecina Ruanda y estabilizar la región oriental del país, mitigando la amenaza a la seguridad que representa el M23.
Si bien, no todos los ciudadanos tendrán la oportunidad de ejercer su derecho al voto, y aquellos que lo hagan enfrentarán condiciones que podrían mejorarse, estos comicios representan un avance significativo para que la RDC se distancie del autoritarismo y emprenda el camino hacia una democracia sólida.
La participación efectiva en este proceso electoral es un paso esencial para la consolidación de instituciones democráticas en ese país, que gradualmente propicien un gobierno que refleje las aspiraciones y voluntades de la población congoleña.
* Estudiante de la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Anáhuac México.
