/ domingo 18 de febrero de 2024

Entre piernas y telones / Diario de un loco

Hasta hace algunos ayeres hablar de “Diario de un loco” era pensar en Carlos Ancira, uno de los grandes actores que han pisado nuestros escenarios, y quien hizo más de dos mil representaciones de este monólogo, inicialmente en temporada continua y posteriormente sólo los lunes, lo cual se volvió una tradición, como hoy lo demuestra “Defendiendo al cavernícola”, con el que César Bono agota todas sus funciones cada lunes en el Nuevo Teatro Libanés.

Por eso no extraña que Mario Iván Martínez haya escogido ese día para volver al teatro Helénico con esta puesta en escena; menos aún extraña que la sala materialmente se llena en cada función; y por supuesto extraña todavía menos que el público se encuentra con un trabajo escénico maravilloso.

Escrita por el autor ruso Nikolái Gógol, “Diario de un loco” forma parte de una colección de breves relatos, publicados entre 1834 y 1842, ubicados en San Petersburgo. Estos textos (“La avenida Nevski”, “El capote”, “El retrato” y “La nariz”) presentan lo más característico del arte narrativo del autor, así como su combinación de denuncia con sátira social, fantasía, ternura y compasión.

Concretamente en “Diario de un loco”, Gógol plasma muchos de sus propios padecimientos, pues como se ha podido comprobar con el tiempo, él mismo presentaba un cuadro clínico que hoy sería diagnosticado como esquizofrenia.

La obra cuenta la historia de “Aksenti Ivanovich”, un burócrata que experimenta múltiples trastornos eróticos y demenciales. Sin embargo, este asunto --que podría parecer muy personal—Gógol lo crece y amplia a un tema que afecta a mucha gente, como bien se explica en el programa de mano, pues lo orienta “hacia la disección de una sociedad viciada y al maltrato e incomprensión que a menudo sufren aquellos afectados por trastornos mentales. Pero la obra ostenta una inteligente mezcla de humor, realismo social y elementos fantásticos que crean deliciosos y electrizantes universos paralelos”.

Aquella histórica versión interpretada por el maestro Ancira fue dirigida por el mítico Alejandro Jodorowsky, y recuerdo que era excesivamente oscura, desoladora. Hoy, la puesta en escena es responsabilidad de Luly Rede, quien ha dado al montaje un tono más ligero, incluso con momentos divertidos y entrañables.

Para lograrlo, cuenta con un notable equipo de creativos, sobre los cuales, Mario Iván Martínez, explica: “En cuestión de estética nuestros creativos Edyta Rzewuzka, en la escenografía y Matías Gorlero, en la iluminación, se inspiran en Escher y en sus perspectivas ilusorias. Pretendo con mi directora Luly Rede fluctuar escénicamente entre la realidad y la remembranza, entre el delirio y el erotismo, entre la sátira, el humor y la crítica social”.

Y evidentemente todo este trabajo al servicio del protagonista del montaje, Mario Iván Martínez, quien por casi dos horas mantiene al público en la palma de su mano, lo hace disfrutar, lo conmueve, lo divierte, lo impacta... Gran, gran trabajo del siempre talentoso y muy brillante actor.

“Diario de un loco” se presenta todos los lunes hasta abril, en la sala principal del teatro Helénico.


Hasta hace algunos ayeres hablar de “Diario de un loco” era pensar en Carlos Ancira, uno de los grandes actores que han pisado nuestros escenarios, y quien hizo más de dos mil representaciones de este monólogo, inicialmente en temporada continua y posteriormente sólo los lunes, lo cual se volvió una tradición, como hoy lo demuestra “Defendiendo al cavernícola”, con el que César Bono agota todas sus funciones cada lunes en el Nuevo Teatro Libanés.

Por eso no extraña que Mario Iván Martínez haya escogido ese día para volver al teatro Helénico con esta puesta en escena; menos aún extraña que la sala materialmente se llena en cada función; y por supuesto extraña todavía menos que el público se encuentra con un trabajo escénico maravilloso.

Escrita por el autor ruso Nikolái Gógol, “Diario de un loco” forma parte de una colección de breves relatos, publicados entre 1834 y 1842, ubicados en San Petersburgo. Estos textos (“La avenida Nevski”, “El capote”, “El retrato” y “La nariz”) presentan lo más característico del arte narrativo del autor, así como su combinación de denuncia con sátira social, fantasía, ternura y compasión.

Concretamente en “Diario de un loco”, Gógol plasma muchos de sus propios padecimientos, pues como se ha podido comprobar con el tiempo, él mismo presentaba un cuadro clínico que hoy sería diagnosticado como esquizofrenia.

La obra cuenta la historia de “Aksenti Ivanovich”, un burócrata que experimenta múltiples trastornos eróticos y demenciales. Sin embargo, este asunto --que podría parecer muy personal—Gógol lo crece y amplia a un tema que afecta a mucha gente, como bien se explica en el programa de mano, pues lo orienta “hacia la disección de una sociedad viciada y al maltrato e incomprensión que a menudo sufren aquellos afectados por trastornos mentales. Pero la obra ostenta una inteligente mezcla de humor, realismo social y elementos fantásticos que crean deliciosos y electrizantes universos paralelos”.

Aquella histórica versión interpretada por el maestro Ancira fue dirigida por el mítico Alejandro Jodorowsky, y recuerdo que era excesivamente oscura, desoladora. Hoy, la puesta en escena es responsabilidad de Luly Rede, quien ha dado al montaje un tono más ligero, incluso con momentos divertidos y entrañables.

Para lograrlo, cuenta con un notable equipo de creativos, sobre los cuales, Mario Iván Martínez, explica: “En cuestión de estética nuestros creativos Edyta Rzewuzka, en la escenografía y Matías Gorlero, en la iluminación, se inspiran en Escher y en sus perspectivas ilusorias. Pretendo con mi directora Luly Rede fluctuar escénicamente entre la realidad y la remembranza, entre el delirio y el erotismo, entre la sátira, el humor y la crítica social”.

Y evidentemente todo este trabajo al servicio del protagonista del montaje, Mario Iván Martínez, quien por casi dos horas mantiene al público en la palma de su mano, lo hace disfrutar, lo conmueve, lo divierte, lo impacta... Gran, gran trabajo del siempre talentoso y muy brillante actor.

“Diario de un loco” se presenta todos los lunes hasta abril, en la sala principal del teatro Helénico.