/ domingo 23 de mayo de 2021

Entre piernas y telones | Ese Boker. El canto del dolor

Es un golpazo al cerebro, al estómago y al corazón. Se prolonga poco más de 90 minutos y atrapa la atención absoluta. No se puede ni parpadear. Es al mismo tiempo maravilloso y terrible.

Se trata de Ese Boker. El canto del dolor, un montaje de ésos que al instante impactan, y que a la larga dejan una honda huella en su público. Prueba contundente de ello fue el respetuoso silencio al final de la función que tuve el privilegio de ver, y que se quebró primero con un tímido aplauso y luego estalló en una ovación muy, muy, MUY merecida.

Escrita y dirigida por Víctor Hernández —cabeza de la compañía La Canavaty, oriunda de Monterrey—esta puesta en escena es una muestra contundente de los caminos nuevos que está abriendo el teatro mexicano.

Hace aproximadamente un siglo, el gran maestro Anton Chejov pronunció una sentencia que es una verdad indiscutible: “Si quieres ser universal, habla de tu pueblo… de tu aldea”.

Y es precisamente eso lo que hacen los integrantes de esta compañía regia (en ambos sentidos), y de quien vi hace algunos meses la maravilla escénica Radio Piporro y los hijos de don Eulalio. En ambas, y por lo que sé en sus otros montajes también, la materia prima es su entorno familiar, cercano, conocido, y que por lo tanto les permite diseccionarlo a fondo, y presentarlo con una minuciosidad admirable.

En Ese Boker. El canto del dolor se mezclan temas tan variados como la desaparición de las tribus urbanas, la fe en el Niño Fidencio, la vida cotidiana en los barrios de Nuevo León, festejos de XV años, masacres, baile, música, violencia, devoción…

Al brillante texto y dirección de Víctor Hernández, hay que agregarle el trabajo de un equipo creativo de primerísima, integrado por: Hiram Kat (diseño de audio, arte e iluminación); Nicho Colombia (asesor del Fenómeno social Colombia en NL); Ricardo Daniel (diseño de Movimiento); Miguel Pérez don Cañalero (asesor corporal); Teresa Arias (partitura musical y asesoría vocal); y Javier Serna (asesor de performance), entre otros.

Y por supuesto un gran aplauso, ovación de pie, para el elenco: Samantha Chavira, Jonathan Rodríguez (excelente actor), David Colorado, Abraham Tornero, Ricardo Daniel e Hiram Kat. ¡Qué fuerza, que entrega, que talento de todos!

Lastimosamente EEse Boker. El canto del dolor ofreció sólo dos funciones en la ciudad de México, pero habrá oportunidad de disfrutar de este genial trabajo gracias al streaming el próximo sábado 29 de mayo, a las 18:00 horas. Los accesos cuestan sólo 100 pesos, y se pueden adquirir en Boletopolis.

La fura des baus, Teatro de ciertos habitantes, Rajatabla, Ornitorrinco, Teatro sin paredes, grandes compañías teatrales vinieron a mi mente, mi estómago y mi corazón mientras disfrutaba y sufría con Ese Boker… ojalá haya oportunidad de seguir disfrutando de más propuestas de estos ARTISTAS, así, con mayúsculas.

Es un golpazo al cerebro, al estómago y al corazón. Se prolonga poco más de 90 minutos y atrapa la atención absoluta. No se puede ni parpadear. Es al mismo tiempo maravilloso y terrible.

Se trata de Ese Boker. El canto del dolor, un montaje de ésos que al instante impactan, y que a la larga dejan una honda huella en su público. Prueba contundente de ello fue el respetuoso silencio al final de la función que tuve el privilegio de ver, y que se quebró primero con un tímido aplauso y luego estalló en una ovación muy, muy, MUY merecida.

Escrita y dirigida por Víctor Hernández —cabeza de la compañía La Canavaty, oriunda de Monterrey—esta puesta en escena es una muestra contundente de los caminos nuevos que está abriendo el teatro mexicano.

Hace aproximadamente un siglo, el gran maestro Anton Chejov pronunció una sentencia que es una verdad indiscutible: “Si quieres ser universal, habla de tu pueblo… de tu aldea”.

Y es precisamente eso lo que hacen los integrantes de esta compañía regia (en ambos sentidos), y de quien vi hace algunos meses la maravilla escénica Radio Piporro y los hijos de don Eulalio. En ambas, y por lo que sé en sus otros montajes también, la materia prima es su entorno familiar, cercano, conocido, y que por lo tanto les permite diseccionarlo a fondo, y presentarlo con una minuciosidad admirable.

En Ese Boker. El canto del dolor se mezclan temas tan variados como la desaparición de las tribus urbanas, la fe en el Niño Fidencio, la vida cotidiana en los barrios de Nuevo León, festejos de XV años, masacres, baile, música, violencia, devoción…

Al brillante texto y dirección de Víctor Hernández, hay que agregarle el trabajo de un equipo creativo de primerísima, integrado por: Hiram Kat (diseño de audio, arte e iluminación); Nicho Colombia (asesor del Fenómeno social Colombia en NL); Ricardo Daniel (diseño de Movimiento); Miguel Pérez don Cañalero (asesor corporal); Teresa Arias (partitura musical y asesoría vocal); y Javier Serna (asesor de performance), entre otros.

Y por supuesto un gran aplauso, ovación de pie, para el elenco: Samantha Chavira, Jonathan Rodríguez (excelente actor), David Colorado, Abraham Tornero, Ricardo Daniel e Hiram Kat. ¡Qué fuerza, que entrega, que talento de todos!

Lastimosamente EEse Boker. El canto del dolor ofreció sólo dos funciones en la ciudad de México, pero habrá oportunidad de disfrutar de este genial trabajo gracias al streaming el próximo sábado 29 de mayo, a las 18:00 horas. Los accesos cuestan sólo 100 pesos, y se pueden adquirir en Boletopolis.

La fura des baus, Teatro de ciertos habitantes, Rajatabla, Ornitorrinco, Teatro sin paredes, grandes compañías teatrales vinieron a mi mente, mi estómago y mi corazón mientras disfrutaba y sufría con Ese Boker… ojalá haya oportunidad de seguir disfrutando de más propuestas de estos ARTISTAS, así, con mayúsculas.