Por Ricardo Gallegos
Hace un par de semanas ratificamos la calificación de Estados Unidos de América en HR AAA, en escala global, la cual es la máxima calificación posible en términos de calidad crediticia. Esta ratificación se basa en varios aspectos: en particular, el comportamiento del balance financiero, la trayectoria del nivel de endeudamiento relativo y el desempeño de la economía en general. Sin embargo, también vale la pena plantear algunos de los riesgos que identificamos en el corto y mediano plazo.
A nivel general, la economía americana mostró una gran resiliencia, con un crecimiento en 2023 de 2.5%. Este fue uno de los mejores resultados posibles, ya que entre finales de 2022 e inicios del 2023 se planteaba seriamente la posibilidad de que la economía más grande del mundo entrara en una recesión, lo cual prendió las alertas en muchas economías del mundo, incluyendo la mexicana.
Este crecimiento se logró a pesar de la política monetaria restrictiva de la FED, la cual, hasta la fecha, no ha realizado recortes a la tasa de referencia. Quizás dicho proceso inicie durante este mismo año, pero dependerá del comportamiento de la inflación, la cual ha mostrado una fuerte resistencia a decrecer.
El déficit en el año fiscal 2022 fue de 3.6% del PIB, lo cual fue un buen resultado, e inferior a lo mostrado en los dos últimos años fiscales, cuando se alcanzaron niveles deficitarios promedio por arriba del 10%, lo que estuvo fuertemente motivado por la política anticíclica derivado de la pandemia.
El costo de la deuda se incrementó un 33%, luego del alza en las tasas, lo cual es un fenómeno que ha impactado globalmente. En el año fiscal 2023 el déficit fue 5.1% del PIB, pero proyectamos que éste se reduzca para 2024 a alrededor del 3%. Lo anterior, por una combinación de la fortaleza de los ingresos federales y una reducción en los gastos, particularmente del componente discrecional.
No obstante, vale la pena mencionar algunos de los riesgos de corto y mediano plazo que enfrenta este soberano. Desde el punto de vista de calidad crediticia, uno de los temas más importantes es la rigidez institucional que padece para la autorización del techo de endeudamiento. Si bien es una condición inherente a su estructura de pesos y contrapesos, no debería ser un factor que, llevado al extremo, peligre la operación del gobierno y que, por baja que sea la probabilidad, provoque que se discutan temas de incumplimiento de pagos.
Otro aspecto que tendrá una incidencia global será el resultado de las elecciones para presidente de este año. Este proceso electoral, como muchos otros, se encuentra inmerso en una tensa polarización de la sociedad americana. Una vez pasada la elección, dependiendo de si gana el candidato republicano o el demócrata, seguramente existirá una repercusión directa en las políticas públicas.
Los conflictos geopolíticos también constituyen un factor de riesgo importante. Además de los relacionados a la guerra entre Rusia y Ucrania, también se incluyen otros, como la tensión de las relaciones diplomáticas con China por Taiwán o las asociadas al conflicto entre Israel y Palestina.
Estados Unidos sigue siendo la economía mas grande a nivel mundial, y cuenta con la moneda de reserva por definición. Sin embargo, efectos adversos tanto de índole económica como política tienen una incidencia inmediata y de características globales. Al tiempo.
*Director General Adjunto de Análisis Económico.
El reporte completo de calificación de EU puede ser consultado en: https://www.hrratings.com/html/Reporte/20240315/United_States_Sovereign_Debt_Rating_Report_2024.html