Por Dr. Zaira Romero López
Jefa del Servicio de Neumología Adultos, de la UMAE Hospital General, CMN La Raza
Una de las patologías que abarca la especialidad en Neumología es la hipertensión pulmonar, considerada un desorden fisiopatológico que involucra a múltiples entidades clínicas y puede estar asociada a enfermedades cardiacas, pulmonares o sistémicas.
Se trata de un trastorno complejo que requiere un abordaje multidisciplinario para diagnosticar, diferenciar los diversos tipos y establecer el tratamiento más adecuado para cada paciente.
Se caracteriza por ser una condición hemodinámica, pues es común que el paciente sufra de progresión de la enfermedad primaria o de las comorbilidades asociadas.
En ésta, existe un aumento de la presión media de la arteria pulmonar de acuerdo a otros parámetros como: las resistencias vasculares pulmonares, la presión de enclavamiento pulmonar y el gasto cardiaco, con los que se pueden obtener distintos perfiles hemodinámicos que presentan cada uno de los diversos grupos de esta patología.
Anteriormente se consideraba una enfermedad rara, pero hoy en día se sabe que su incidencia y prevalencia van en aumento y se estima que afecta aproximadamente a 1% de la población mundial, por lo que se podría deducir que en México 1.2 millones de pacientes la padecen.
El Servicio de Neumología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza” del Centro Médico Nacional La Raza, cuenta con todos los recursos necesarios para resolver los escenarios clínicos relacionados a la hipertensión pulmonar, gracias al personal médico capacitado para realizar el abordaje inicial y determinar en cuál de los grupos de hipertensión pulmonar se encuentra el paciente.
También para realizar cateterismos cardiacos, la estadificación de la gravedad de la enfermedad y el ajuste dinámico de mantenimiento.
Este Servicio tiene además una sala de Hemodinamia con recurso humano especializado, camas específicas para estos pacientes y vigilancia posterior al procedimiento.
Una de las principales fortalezas es la disponibilidad para el tratamiento en el Instituto Mexicano del Seguro Social, basado en las diferentes vías que regulan el tono y la expresión de factores genéticos que culminan en cambios fisiológicos y morfológicos.
Dentro del tratamiento médico se utilizan fármacos que mejoran muchos aspectos de la enfermedad como algunos vasodilatadores que ayudan a mejorar la capacidad para el ejercicio, así como síntomas y variables hemodinámicas.
También existen medicamentos como las prostagladinas que son sustancias versátiles, es decir, que se pueden utilizar en distintos escenarios clínicos ya que controlan la presión arterial lo que permite realizar la prueba de vasoreactividad, que sirve para determinar el beneficio del tratamiento a base de medicinas que disminuyen el calcio.
