/ domingo 9 de diciembre de 2018

Inversión enterrada

“Más vale pájaro en mano que ciento volando…”

Refrán popular



Para la cancelación de un proyecto de la envergadura del aeropuerto en Texcoco, debieron respetarse los pasos básicos del proceso administrativo que se pueden resumir de la siguiente manera: Planificación, Organización, Ejecución y Control.

Es elemental haber pensado que la decisión política de la Consulta para la cancelación del NAIM, iba a mover un sin número de factores sobre todo, el económico, tanto interno como externo del país.

A través de un análisis financiero se determinó que la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA), cantidad que pagan todos los que viajan, y que asciende a 18 mil MDP anuales aproximadamente proyectada en el tiempo, podría ser suficiente para cubrir una gran parte de la construcción del nuevo aeropuerto, fue así que en un inicio, se constituyó el fideicomiso “MEXCAT” al cual va a parar la TUA, siguiente paso, se determina emitir 4 series de bonos hasta por 6 mil millones de dólares y ponerlos a la venta en los mercados de capitales a nivel internacional, así mismo, se contrata la Fibra E colocada por 30 mil millones de pesos a fin de apalancar el fideicomiso.

Como resultado de la cancelación de la construcción del NAIM, a la fecha, se han invertido 60 mil millones de pesos en la obra (prácticamente enterrados) y hay recursos comprometidos para el pago de recesión de contratos y pago por inversiones no recuperables de alrededor de 40 mdp, que dan como resultado un total de más de 100 millones de pesos.

Parece que la planeación de la cancelación no siguió los protocolos básicos, o que la comunicación no ha sido la adecuada, teniendo impactos negativos en los mercados bursátiles, presiones en las inversiones de PEMEX, así como en el valor del peso. Sin olvidar las pérdidas económicas que han tenido trabajadores y pensionados del programa de AFORE PENSIONISSSTE, al invertir en el proyecto, toda vez que las AFORES suman 2 meses de pérdidas, según la comisión nacional de sistema de ahorro para el retiro (CONSAR); es decir, esas pérdidas se comen los ahorros de los trabajadores de México. Hasta ahora la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no ha entregado un informe sobre el estado en el que se encuentra la deuda pública que se contrajo por dicha cancelación.

Es momento de echar mano de los mejores especialistas mexicanos, en este tipo de asuntos tanto nacionales como internacionales, para que analicen a detalle y determinen el curso a seguir, ya que existe una cláusula de aceleración de recuperación, que consiste en la obligación de destinar el 80% de la captación de la TUA para pagar los Bonos con rendimiento garantizado de 6000 mdd. El problema surge debido a que sin el NAIM en Texcoco, los ingresos que se captan por la TUA, serán menores porque no se atenderá el volumen esperado de pasajeros que se tenía contemplado, que alcanzaría hasta 70 millones de pasajeros al año.

Es importante contar con un plan financiero de urgencia, por ser un tema que maneja las finanzas públicas, ya que la deuda compromete recursos presupuestales del país.

El NAIM está muerto, pero necesitamos saber de una vez por todas, las deudas del difunto, deudas que pagará el pueblo de México.


“Más vale pájaro en mano que ciento volando…”

Refrán popular



Para la cancelación de un proyecto de la envergadura del aeropuerto en Texcoco, debieron respetarse los pasos básicos del proceso administrativo que se pueden resumir de la siguiente manera: Planificación, Organización, Ejecución y Control.

Es elemental haber pensado que la decisión política de la Consulta para la cancelación del NAIM, iba a mover un sin número de factores sobre todo, el económico, tanto interno como externo del país.

A través de un análisis financiero se determinó que la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA), cantidad que pagan todos los que viajan, y que asciende a 18 mil MDP anuales aproximadamente proyectada en el tiempo, podría ser suficiente para cubrir una gran parte de la construcción del nuevo aeropuerto, fue así que en un inicio, se constituyó el fideicomiso “MEXCAT” al cual va a parar la TUA, siguiente paso, se determina emitir 4 series de bonos hasta por 6 mil millones de dólares y ponerlos a la venta en los mercados de capitales a nivel internacional, así mismo, se contrata la Fibra E colocada por 30 mil millones de pesos a fin de apalancar el fideicomiso.

Como resultado de la cancelación de la construcción del NAIM, a la fecha, se han invertido 60 mil millones de pesos en la obra (prácticamente enterrados) y hay recursos comprometidos para el pago de recesión de contratos y pago por inversiones no recuperables de alrededor de 40 mdp, que dan como resultado un total de más de 100 millones de pesos.

Parece que la planeación de la cancelación no siguió los protocolos básicos, o que la comunicación no ha sido la adecuada, teniendo impactos negativos en los mercados bursátiles, presiones en las inversiones de PEMEX, así como en el valor del peso. Sin olvidar las pérdidas económicas que han tenido trabajadores y pensionados del programa de AFORE PENSIONISSSTE, al invertir en el proyecto, toda vez que las AFORES suman 2 meses de pérdidas, según la comisión nacional de sistema de ahorro para el retiro (CONSAR); es decir, esas pérdidas se comen los ahorros de los trabajadores de México. Hasta ahora la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no ha entregado un informe sobre el estado en el que se encuentra la deuda pública que se contrajo por dicha cancelación.

Es momento de echar mano de los mejores especialistas mexicanos, en este tipo de asuntos tanto nacionales como internacionales, para que analicen a detalle y determinen el curso a seguir, ya que existe una cláusula de aceleración de recuperación, que consiste en la obligación de destinar el 80% de la captación de la TUA para pagar los Bonos con rendimiento garantizado de 6000 mdd. El problema surge debido a que sin el NAIM en Texcoco, los ingresos que se captan por la TUA, serán menores porque no se atenderá el volumen esperado de pasajeros que se tenía contemplado, que alcanzaría hasta 70 millones de pasajeros al año.

Es importante contar con un plan financiero de urgencia, por ser un tema que maneja las finanzas públicas, ya que la deuda compromete recursos presupuestales del país.

El NAIM está muerto, pero necesitamos saber de una vez por todas, las deudas del difunto, deudas que pagará el pueblo de México.


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