/ sábado 1 de abril de 2023

La moviola | Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones

@lamoviola

Toma todo y con mucha ventaja Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones (Jonathan Goldstein, John Francis Daley, 2022). Una película de aventuras ligera pero bien armada, con una historia fiel al mito que le sigue al juego de mesa y rol, surgido en los años 70 y sobre todo, protagonistas en pleno ritmo y entendimiento con la cámara. Son simpáticos, dicen bien sus chistes y eso sin pretensiones ni hipocresías hace que uno pase un buen rato.

Bueno, perdón por la frase inicial, pero es una que se utiliza en el juego, y en fin. Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones, con todo y su ligereza tiene varios puntos a destacar ¿o avanzar? Primero es que es el primer filme basado en tal asunto que aparece con algo más que dignidad si recordamos las adaptaciones anteriores; dos películas que pasaron sin pena ni gloria. La primera en cines, la segunda su secuela hecha para TV. Ahorremos espacio.

Mención aparte merece, claro, la mítica caricatura, referente de chavorrucos en pleno uso de sus cuatro décadas y caso curioso un telefilme protagonizado por Tom Hanks, por 1984, sobre un chavo que se vuelve loco por jugar el juego. ¿Esa no se la sabían, verdad? Bueno, x.

La película de Goldstein y Delay, recuerda un poco en su ritmo al cine clásico de aventuras en el tono de Richard Lester y sus Tres Mosqueteros en 1973, e incluso decanta por un aire a largometrajes clásicos a la Errol Flyn con todo y Chris Pine en pos de su arquetipo y un irresistible Hugo Grant siguiéndole el ritmo como villano de la época dorada hollywoodense.

Hay un punto incluso que juega de forma leve pero presente a nivel narrativo al género de ladrones, compadres, o cuates a la Ocean11 pero infantilizada sin que esto sea peyorativo.

Es verdad que como se acostumbra ahora, la película está cargada de chistes en cada escena, pero son los tiempos y la obra no pierde dignidad y ritmo. Eso sí, no se puede hablar de una pareja entre Pine y Michelle Rodríguez, porque su relación es más bien casta y cándida, lo cual también por supuesto es signo de los tiempos.

Edgin Darvis (Chris Pine), es un bardo que se la pasa bien y no lo atormentan unas cuantas crónicas de falsas verdades, ¿o cómo era? Hace las veces de aventurero con un grupo de claro, fieles amigos, hasta que se mete con quien no debe. Su esposa muere y el hombre queda a cargo de su pequeña hija, la remolona Kira (Chloe Coleman), y tiene un problema con Forge (Hugh Grant), quien rápidamente saca el cobre y si se convierte en el villano.

Edgin deberá recuperar una reliquia perdida (no, no es la carrera de Grant), para poder retomar el rumbo de su vida. Lo hace en compañía de un grupo de canchanchanes: un adolescente más chambón en la magia que Beto el Boticario, Simon (Justice Smith), Doric (Sophia Lillis) y ahí aparece Holga (Michelle Rodríguez), dolida y empoderada como socia de aventuras del bardo de marras. Les ayuda Xenk Yandar cuando está de buenas, un hechicero, interpretado por Regé –Jean Pague, uno de los imanes publicitarios para la película.

Curioso asunto, es conocido que las películas basadas en videojuegos no tiene mucha suerte al llegar a la pantalla. Pues Calabozos y Dragones, basado en un juego de roles y mesa, desarrolla bien un guion, lo hace sin pretensiones hipócritas, la corrección política es moderada y pues si me lo permite y para ubicarla en su justa medida, ta’buena en general.

@lamoviola

Toma todo y con mucha ventaja Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones (Jonathan Goldstein, John Francis Daley, 2022). Una película de aventuras ligera pero bien armada, con una historia fiel al mito que le sigue al juego de mesa y rol, surgido en los años 70 y sobre todo, protagonistas en pleno ritmo y entendimiento con la cámara. Son simpáticos, dicen bien sus chistes y eso sin pretensiones ni hipocresías hace que uno pase un buen rato.

Bueno, perdón por la frase inicial, pero es una que se utiliza en el juego, y en fin. Calabozos y Dragones: Honor entre ladrones, con todo y su ligereza tiene varios puntos a destacar ¿o avanzar? Primero es que es el primer filme basado en tal asunto que aparece con algo más que dignidad si recordamos las adaptaciones anteriores; dos películas que pasaron sin pena ni gloria. La primera en cines, la segunda su secuela hecha para TV. Ahorremos espacio.

Mención aparte merece, claro, la mítica caricatura, referente de chavorrucos en pleno uso de sus cuatro décadas y caso curioso un telefilme protagonizado por Tom Hanks, por 1984, sobre un chavo que se vuelve loco por jugar el juego. ¿Esa no se la sabían, verdad? Bueno, x.

La película de Goldstein y Delay, recuerda un poco en su ritmo al cine clásico de aventuras en el tono de Richard Lester y sus Tres Mosqueteros en 1973, e incluso decanta por un aire a largometrajes clásicos a la Errol Flyn con todo y Chris Pine en pos de su arquetipo y un irresistible Hugo Grant siguiéndole el ritmo como villano de la época dorada hollywoodense.

Hay un punto incluso que juega de forma leve pero presente a nivel narrativo al género de ladrones, compadres, o cuates a la Ocean11 pero infantilizada sin que esto sea peyorativo.

Es verdad que como se acostumbra ahora, la película está cargada de chistes en cada escena, pero son los tiempos y la obra no pierde dignidad y ritmo. Eso sí, no se puede hablar de una pareja entre Pine y Michelle Rodríguez, porque su relación es más bien casta y cándida, lo cual también por supuesto es signo de los tiempos.

Edgin Darvis (Chris Pine), es un bardo que se la pasa bien y no lo atormentan unas cuantas crónicas de falsas verdades, ¿o cómo era? Hace las veces de aventurero con un grupo de claro, fieles amigos, hasta que se mete con quien no debe. Su esposa muere y el hombre queda a cargo de su pequeña hija, la remolona Kira (Chloe Coleman), y tiene un problema con Forge (Hugh Grant), quien rápidamente saca el cobre y si se convierte en el villano.

Edgin deberá recuperar una reliquia perdida (no, no es la carrera de Grant), para poder retomar el rumbo de su vida. Lo hace en compañía de un grupo de canchanchanes: un adolescente más chambón en la magia que Beto el Boticario, Simon (Justice Smith), Doric (Sophia Lillis) y ahí aparece Holga (Michelle Rodríguez), dolida y empoderada como socia de aventuras del bardo de marras. Les ayuda Xenk Yandar cuando está de buenas, un hechicero, interpretado por Regé –Jean Pague, uno de los imanes publicitarios para la película.

Curioso asunto, es conocido que las películas basadas en videojuegos no tiene mucha suerte al llegar a la pantalla. Pues Calabozos y Dragones, basado en un juego de roles y mesa, desarrolla bien un guion, lo hace sin pretensiones hipócritas, la corrección política es moderada y pues si me lo permite y para ubicarla en su justa medida, ta’buena en general.