/ viernes 26 de enero de 2024

Las deudas históricas de Zedillo.

Nuestros hermanos argentinos se encuentran en una condición histórica que de llevarse a cabo los llevará a la más atroz de las condiciones económicas por las que hayan pasado, Javier Milei, “el loco”, hace honor a su apelativo pues desde campaña anunció la privatización masiva de las empresas de gobierno, convertir las deudas privadas en públicas; eliminar todos los derechos sociales en contra de las millones de personas más desfavorecidas en ese país.

Hace 34 años se creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), que con el tiempo generó una de las deudas públicas más grandes de la historia mundial, que a la fecha las y los mexicanos seguimos y seguiremos pagando por generaciones. Al día de hoy, la deuda contraída por Zedillo, y que es pagada por las y los mexicanos, asciende a la cantidad de 1 billón 40 mil 700 millones de pesos, pagándose anualmente poco más de 40 mil millones de pesos.

Su trágica ascensión al poder, por el asesinato de Luis Donaldo Colosio, lo tuvo siempre como un Presidente ilegítimo en el imaginario nacional, ya que nunca fue visto como un líder o político sobresaliente. De personalidad gris, nada carismática, y sí entregado a los intereses menos identificados con los ideales posrevolucionarios, encabezó una generación de tecnócratas prototipos del neoliberalismo, donde la visión de gobierno coincidió con el cambio de estafeta al Partido Acción Nacional, entregándosela al peor Presidente de la historia de México, Vicente Fox Quesada.

El Banco Mundial ha señalado que México requiere un crecimiento del 4% anual para que en 70 años se pudiera pagar esta deuda que tiene hipotecado a México por parte de Ernesto Zedillo. El promedio del crecimiento del país no ha sido superior al 2.3% anual, por lo que tardaríamos siglo y medio en pagar la totalidad de la deuda.

La Revolución Mexicana, en gran medida, cumplió su propósito gracias al incipiente sistema ferroviario del país. Lázaro Cárdenas nacionalizó los ferrocarriles extranjeros en 1936 y Ernesto Zedillo desapareció la empresa Ferrocarriles Nacionales de México en 1995. Decidió mantener la tendencia privatizadora de empresas nacionales como Teléfonos de México, mineras, seguros, fábricas, supuestamente para que con aquellos recursos se realizaran pagos a la deuda pública.

El rescate bancario atrajo a los bancos extranjeros, quienes tuvieron todas las facilidades para expandirse en el territorio nacional, condición que incluso venía dentro de los textos del Tratado de Libre Comercio suscrito con los Estados Unidos y Canadá, la inversión extranjera a los bancos puso el 80% del sistema bancario en capitales no nacionales.

Los procesos de privatización comenzaron hace 40 años con Miguel De la Madrid, y Ernesto Zedillo continuó con dicha tendencia, siendo una de las primordiales causas del crecimiento desmedido de la pobreza, desigualdades, inseguridad y falta de oportunidades en el acceso a los derechos básicos de nuestro país.

Los últimos presidentes de México residen en el extranjero, es cuando menos vergonzoso, la suma de agravios, actos delincuenciales, pero principalmente de corte apátrida, les han hecho empleados de paraestatales que beneficiaron en contra de las y los mexicanos que alguna vez gobernaron, por ello son denostados popularmente en México, porque lo único que representan es traición a la Patria.


Nuestros hermanos argentinos se encuentran en una condición histórica que de llevarse a cabo los llevará a la más atroz de las condiciones económicas por las que hayan pasado, Javier Milei, “el loco”, hace honor a su apelativo pues desde campaña anunció la privatización masiva de las empresas de gobierno, convertir las deudas privadas en públicas; eliminar todos los derechos sociales en contra de las millones de personas más desfavorecidas en ese país.

Hace 34 años se creó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), que con el tiempo generó una de las deudas públicas más grandes de la historia mundial, que a la fecha las y los mexicanos seguimos y seguiremos pagando por generaciones. Al día de hoy, la deuda contraída por Zedillo, y que es pagada por las y los mexicanos, asciende a la cantidad de 1 billón 40 mil 700 millones de pesos, pagándose anualmente poco más de 40 mil millones de pesos.

Su trágica ascensión al poder, por el asesinato de Luis Donaldo Colosio, lo tuvo siempre como un Presidente ilegítimo en el imaginario nacional, ya que nunca fue visto como un líder o político sobresaliente. De personalidad gris, nada carismática, y sí entregado a los intereses menos identificados con los ideales posrevolucionarios, encabezó una generación de tecnócratas prototipos del neoliberalismo, donde la visión de gobierno coincidió con el cambio de estafeta al Partido Acción Nacional, entregándosela al peor Presidente de la historia de México, Vicente Fox Quesada.

El Banco Mundial ha señalado que México requiere un crecimiento del 4% anual para que en 70 años se pudiera pagar esta deuda que tiene hipotecado a México por parte de Ernesto Zedillo. El promedio del crecimiento del país no ha sido superior al 2.3% anual, por lo que tardaríamos siglo y medio en pagar la totalidad de la deuda.

La Revolución Mexicana, en gran medida, cumplió su propósito gracias al incipiente sistema ferroviario del país. Lázaro Cárdenas nacionalizó los ferrocarriles extranjeros en 1936 y Ernesto Zedillo desapareció la empresa Ferrocarriles Nacionales de México en 1995. Decidió mantener la tendencia privatizadora de empresas nacionales como Teléfonos de México, mineras, seguros, fábricas, supuestamente para que con aquellos recursos se realizaran pagos a la deuda pública.

El rescate bancario atrajo a los bancos extranjeros, quienes tuvieron todas las facilidades para expandirse en el territorio nacional, condición que incluso venía dentro de los textos del Tratado de Libre Comercio suscrito con los Estados Unidos y Canadá, la inversión extranjera a los bancos puso el 80% del sistema bancario en capitales no nacionales.

Los procesos de privatización comenzaron hace 40 años con Miguel De la Madrid, y Ernesto Zedillo continuó con dicha tendencia, siendo una de las primordiales causas del crecimiento desmedido de la pobreza, desigualdades, inseguridad y falta de oportunidades en el acceso a los derechos básicos de nuestro país.

Los últimos presidentes de México residen en el extranjero, es cuando menos vergonzoso, la suma de agravios, actos delincuenciales, pero principalmente de corte apátrida, les han hecho empleados de paraestatales que beneficiaron en contra de las y los mexicanos que alguna vez gobernaron, por ello son denostados popularmente en México, porque lo único que representan es traición a la Patria.