/ sábado 18 de mayo de 2024

Las elecciones generales de Panamá

Dip. Sofía Carvajal Isunza*


La semana pasada tuve el honor de encabezar la Misión de Observación Electoral del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe (COPPPAL) en las elecciones generales de Panamá, en las cuales se eligieron a un Presidente y a un Vicepresidente; a 71 diputados de la Asamblea Nacional, a 20 diputados del Parlamento Centroamericano, a 81 alcaldes de distrito, a 701 representantes de corregimiento y a 11 concejales. Sin duda, una elección de la más alta relevancia para el país y, por supuesto, para nuestra región, por su particular lugar tanto en el mapa geográfico como en el geopolítico.

El clima preelectoral durante estas elecciones si bien, transcurría en paz, como ocurrió en general, la jornada electoral, era un clima de total incertidumbre, pues a solo unos días de la elección la Corte Suprema de Justicia de Panamá tenía pendiente emitir decisión sobre la constitucionalidad de la candidatura presidencial de José Raúl Mulino, lo que tenía en ascuas a los ciudadanos panameños.

José Raúl Mulino era ministro de Gobierno y Justicia y de Seguridad Pública durante el mandato de Ricardo Martinelli, expresidente de Panamá. Posteriormente, asumió la candidatura presidencial como sustituto cuando el Tribunal Electoral de Panamá inhabilitó al entonces Presidente Martinelli por lavado de dinero.

El problema con Mulino es que se encontraba fuertemente vinculado con el expresidente Ricardo Martinelli, quien ahora como asilado político en la embajada de Nicaragua, abiertamente ejercía su poder e influencia a través de la candidatura de José Raúl Mulino. La total influencia de Martinelli en Mulino hizo que su candidatura fuera impugnada y llevada ante los tribunales, pues la autoridad electoral había condicionado la participación de Mulino a la no injerencia de Ricardo Martinelli en el proceso. Sin embargo, pese a dicho condicionamiento, Martinelli, el expresidente, participó en el cierre de campaña de José Raúl Mulino vía zoom.

A pesar de esta situación y a apenas a dos días de las elecciones, la Corte Suprema de Justicia de Panamá terminó por declarar la constitucionalidad de la candidatura de José Raúl Mulino, quien posteriormente ganaría la elección con el 34% de los votos.

Con una participación digna de reconocerse en la región del 77,58%, las y los panameños eligieron a su Presidente de la República. El segundo lugar lo obtuvo Ricardo Lombana de Movimiento Otro Camino con un 25,04%, posteriormente, Martín Torrijos del Partido Popular obtuvo el 16% de los votos, conservando el tercer lugar.

Personalmente, pienso que las elecciones generales de Panamá nos arrojan dos lecciones importantes. La primera de ellas, que sí es posible que casi 8 de cada 10 ciudadanos salgan a votar, México necesita trabajar para fortalecer su participación ciudadana. Necesitamos trabajar para incentivar el voto y fortalecer la participación ciudadana.

La segunda lección es paradójica, pues me llama la atención que, siendo la corrupción una de las principales preocupaciones de las y los panameños, hayan elegido a un Presidente abiertamente vinculado con un proyecto que terminó en escándalos de corrupción. Podemos decir que el voto popular avaló la impunidad. Me parece que la lección es que debemos trabajar porque no haya siquiera la posibilidad de que personas con antecedentes de corrupción se postulen a cargos de elección popular, pues los discursos populistas, llegan a invisibilizar incluso los oscuros antecedentes de los candidatos.

Deseo que el nuevo gobierno de Panamá sea benéfico para las y los panameños y que José Raúl Mulino tenga una gran gestión, por el bien de la ciudadanía panameña.


*Sofía Carvajal Isunza es abogada por la UNAM, Secretaría de Asuntos Internacionales del CEN del PRI; Secretaría Ejecutiva de la COPPPAL; Diputada Federal del PRI y Presidenta del Grupo Geopolítico de América Latina y del Caribe de la Unión Interparlamentaria.


Dip. Sofía Carvajal Isunza*


La semana pasada tuve el honor de encabezar la Misión de Observación Electoral del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe (COPPPAL) en las elecciones generales de Panamá, en las cuales se eligieron a un Presidente y a un Vicepresidente; a 71 diputados de la Asamblea Nacional, a 20 diputados del Parlamento Centroamericano, a 81 alcaldes de distrito, a 701 representantes de corregimiento y a 11 concejales. Sin duda, una elección de la más alta relevancia para el país y, por supuesto, para nuestra región, por su particular lugar tanto en el mapa geográfico como en el geopolítico.

El clima preelectoral durante estas elecciones si bien, transcurría en paz, como ocurrió en general, la jornada electoral, era un clima de total incertidumbre, pues a solo unos días de la elección la Corte Suprema de Justicia de Panamá tenía pendiente emitir decisión sobre la constitucionalidad de la candidatura presidencial de José Raúl Mulino, lo que tenía en ascuas a los ciudadanos panameños.

José Raúl Mulino era ministro de Gobierno y Justicia y de Seguridad Pública durante el mandato de Ricardo Martinelli, expresidente de Panamá. Posteriormente, asumió la candidatura presidencial como sustituto cuando el Tribunal Electoral de Panamá inhabilitó al entonces Presidente Martinelli por lavado de dinero.

El problema con Mulino es que se encontraba fuertemente vinculado con el expresidente Ricardo Martinelli, quien ahora como asilado político en la embajada de Nicaragua, abiertamente ejercía su poder e influencia a través de la candidatura de José Raúl Mulino. La total influencia de Martinelli en Mulino hizo que su candidatura fuera impugnada y llevada ante los tribunales, pues la autoridad electoral había condicionado la participación de Mulino a la no injerencia de Ricardo Martinelli en el proceso. Sin embargo, pese a dicho condicionamiento, Martinelli, el expresidente, participó en el cierre de campaña de José Raúl Mulino vía zoom.

A pesar de esta situación y a apenas a dos días de las elecciones, la Corte Suprema de Justicia de Panamá terminó por declarar la constitucionalidad de la candidatura de José Raúl Mulino, quien posteriormente ganaría la elección con el 34% de los votos.

Con una participación digna de reconocerse en la región del 77,58%, las y los panameños eligieron a su Presidente de la República. El segundo lugar lo obtuvo Ricardo Lombana de Movimiento Otro Camino con un 25,04%, posteriormente, Martín Torrijos del Partido Popular obtuvo el 16% de los votos, conservando el tercer lugar.

Personalmente, pienso que las elecciones generales de Panamá nos arrojan dos lecciones importantes. La primera de ellas, que sí es posible que casi 8 de cada 10 ciudadanos salgan a votar, México necesita trabajar para fortalecer su participación ciudadana. Necesitamos trabajar para incentivar el voto y fortalecer la participación ciudadana.

La segunda lección es paradójica, pues me llama la atención que, siendo la corrupción una de las principales preocupaciones de las y los panameños, hayan elegido a un Presidente abiertamente vinculado con un proyecto que terminó en escándalos de corrupción. Podemos decir que el voto popular avaló la impunidad. Me parece que la lección es que debemos trabajar porque no haya siquiera la posibilidad de que personas con antecedentes de corrupción se postulen a cargos de elección popular, pues los discursos populistas, llegan a invisibilizar incluso los oscuros antecedentes de los candidatos.

Deseo que el nuevo gobierno de Panamá sea benéfico para las y los panameños y que José Raúl Mulino tenga una gran gestión, por el bien de la ciudadanía panameña.


*Sofía Carvajal Isunza es abogada por la UNAM, Secretaría de Asuntos Internacionales del CEN del PRI; Secretaría Ejecutiva de la COPPPAL; Diputada Federal del PRI y Presidenta del Grupo Geopolítico de América Latina y del Caribe de la Unión Interparlamentaria.