/ miércoles 24 de agosto de 2022

México en España y España en México, como nunca

por Luis Alberto Celis


Las relaciones económicas y de negocios entre México y España han seguido su propia agenda; su propia ruta. Esto puede atribuirse a la propia dinámica económica global, o bien a la madurez de la economía mexicana que cada vez encuentra en los mercados internacionales un escaparate para los negocios de México -y que no se limitan únicamente a las multinacionales mexicanas que tradicionalmente se han posicionado globalmente- sino que se extiende a empresas de distintos sectores entre los que destacan el inmobiliario, construcción, hotelería y restauración, servicios informáticos, entre otros.

Todo ello ha derivado en que México sea uno de los diez mayores inversionistas del mundo en España y el primero de América Latina. Después de Estados Unidos y Chile, España es el tercer destino de inversión de las empresas mexicanas, generando así una importante derrama económica y fuentes de empleo en ese país. España, por su parte, es el segundo mayor inversionista en México a nivel mundial y el primero entre los países miembros de la Unión Europea: Los sectores de la banca, transportes, turismo, inmobiliario y energético son los que han concentrado los mayores flujos de inversión. El stock de inversión española acumulada en México a la fecha asciende a los 77,000 millones de euros, mientras que el stock de inversión mexicana en España es de 38,000 millones de dólares (casi la mitad de la inversión española en México).

Si bien las relaciones económicas entre México y España son históricas, desde hace más de 7 años se han vuelto sumamente dinámicas. Muestran un crecimiento insólito y sostenido: cerca de 7 mil empresas españolas se encuentran presentes en México, mientras que más de 500 empresas de capital mexicano lo hacen en España, generando alrededor de 50 mil empleos.

No obstante, esta vertiginosa relación puede incrementarse aún más, por ejemplo: nuestro actual volumen de exportaciones a España es del 1.2% de nuestras exportaciones globales, pero bien podría elevarse hasta el 1.6%, lo cual representaría un 40% de incremento, aunque lo ideal es que este incremento fuera producto de la actividad exportadora de PyMEs y MiPyMEs. Importante señalar que, después de Alemania, España es el segundo socio comercial de la Unión Europa para México. Sin embargo, a diferencia de Alemania, México mantiene una balanza comercial equilibrada con España.

En materia de Inversión Extranjera Directa, sería deseable conseguir que España invierta en México 5 mil millones de euros frente a los 4 mil millones que actualmente invierte (un 25% más) en los sectores de infraestructura carretera y ferroviaria, construcción, hotelería, comunicaciones, aeroespacial y automotriz y otros en los que tradicionalmente ha invertido el país europeo en nuestro país, así como priorizar la inversión en proyectos estratégicos de México con componentes de inversión española: Tren Maya; tramos de infraestructura carretera, y; Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

En materia de apoyo a la implantación de empresas mexicanas, seguirán llegando los capitales mexicanos a España, por lo que es importante continuar identificando oportunidades para la internacionalización de las empresas mexicanas con énfasis en las PyMEs y MiPyMEs, y continuar apoyando a los empresarios que ya están en ese país.

En materia turística, sería ideal pasar de los 348 mil turistas españoles que viajaron a México en 2020, a 400 mil (es decir, un incremento del 15%) así como propiciar una mayor derrama económica mediante estrategias de diversificación, segmentación de mercados y posicionamiento de destinos turísticos distintivos como turismo de romance, de reuniones, LGBT, urbano y ecoturismo.

Hay que aprovechar también que México y España mantienen la conectividad aérea más fluida entre Europa y América Latina, con un total de 118 vuelos semanales (ida y vuelta) entre España y México con las 6 aerolíneas que ahora operan entre cinco ciudades mexicanas (Cancún, CDMX Guadalajara, Los Cabos y Monterrey) y dos ciudades españolas (Barcelona y Madrid).

Para detonar este gran potencial, la actividad de la Embajada de México seguirá siendo clave. Desde que en 2019 la Secretaría de Relaciones Exteriores asumió las tareas de promoción económica y turística de México en el extranjero, la Representación diplomática en ese país ha apoyado cerca de un centenar de proyectos comerciales, varios proyectos de inversión extranjera y ha brindado orientación y acompañamiento a empresas mexicanas que buscan abrir brecha en ese país. Recientemente inauguró su Ventanilla de Atención al Empresario Mexicano en España, de tal suerte que la promoción económica y turística seguirá siendo uno de los pilares de su actividad.


Asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI)


por Luis Alberto Celis


Las relaciones económicas y de negocios entre México y España han seguido su propia agenda; su propia ruta. Esto puede atribuirse a la propia dinámica económica global, o bien a la madurez de la economía mexicana que cada vez encuentra en los mercados internacionales un escaparate para los negocios de México -y que no se limitan únicamente a las multinacionales mexicanas que tradicionalmente se han posicionado globalmente- sino que se extiende a empresas de distintos sectores entre los que destacan el inmobiliario, construcción, hotelería y restauración, servicios informáticos, entre otros.

Todo ello ha derivado en que México sea uno de los diez mayores inversionistas del mundo en España y el primero de América Latina. Después de Estados Unidos y Chile, España es el tercer destino de inversión de las empresas mexicanas, generando así una importante derrama económica y fuentes de empleo en ese país. España, por su parte, es el segundo mayor inversionista en México a nivel mundial y el primero entre los países miembros de la Unión Europea: Los sectores de la banca, transportes, turismo, inmobiliario y energético son los que han concentrado los mayores flujos de inversión. El stock de inversión española acumulada en México a la fecha asciende a los 77,000 millones de euros, mientras que el stock de inversión mexicana en España es de 38,000 millones de dólares (casi la mitad de la inversión española en México).

Si bien las relaciones económicas entre México y España son históricas, desde hace más de 7 años se han vuelto sumamente dinámicas. Muestran un crecimiento insólito y sostenido: cerca de 7 mil empresas españolas se encuentran presentes en México, mientras que más de 500 empresas de capital mexicano lo hacen en España, generando alrededor de 50 mil empleos.

No obstante, esta vertiginosa relación puede incrementarse aún más, por ejemplo: nuestro actual volumen de exportaciones a España es del 1.2% de nuestras exportaciones globales, pero bien podría elevarse hasta el 1.6%, lo cual representaría un 40% de incremento, aunque lo ideal es que este incremento fuera producto de la actividad exportadora de PyMEs y MiPyMEs. Importante señalar que, después de Alemania, España es el segundo socio comercial de la Unión Europa para México. Sin embargo, a diferencia de Alemania, México mantiene una balanza comercial equilibrada con España.

En materia de Inversión Extranjera Directa, sería deseable conseguir que España invierta en México 5 mil millones de euros frente a los 4 mil millones que actualmente invierte (un 25% más) en los sectores de infraestructura carretera y ferroviaria, construcción, hotelería, comunicaciones, aeroespacial y automotriz y otros en los que tradicionalmente ha invertido el país europeo en nuestro país, así como priorizar la inversión en proyectos estratégicos de México con componentes de inversión española: Tren Maya; tramos de infraestructura carretera, y; Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

En materia de apoyo a la implantación de empresas mexicanas, seguirán llegando los capitales mexicanos a España, por lo que es importante continuar identificando oportunidades para la internacionalización de las empresas mexicanas con énfasis en las PyMEs y MiPyMEs, y continuar apoyando a los empresarios que ya están en ese país.

En materia turística, sería ideal pasar de los 348 mil turistas españoles que viajaron a México en 2020, a 400 mil (es decir, un incremento del 15%) así como propiciar una mayor derrama económica mediante estrategias de diversificación, segmentación de mercados y posicionamiento de destinos turísticos distintivos como turismo de romance, de reuniones, LGBT, urbano y ecoturismo.

Hay que aprovechar también que México y España mantienen la conectividad aérea más fluida entre Europa y América Latina, con un total de 118 vuelos semanales (ida y vuelta) entre España y México con las 6 aerolíneas que ahora operan entre cinco ciudades mexicanas (Cancún, CDMX Guadalajara, Los Cabos y Monterrey) y dos ciudades españolas (Barcelona y Madrid).

Para detonar este gran potencial, la actividad de la Embajada de México seguirá siendo clave. Desde que en 2019 la Secretaría de Relaciones Exteriores asumió las tareas de promoción económica y turística de México en el extranjero, la Representación diplomática en ese país ha apoyado cerca de un centenar de proyectos comerciales, varios proyectos de inversión extranjera y ha brindado orientación y acompañamiento a empresas mexicanas que buscan abrir brecha en ese país. Recientemente inauguró su Ventanilla de Atención al Empresario Mexicano en España, de tal suerte que la promoción económica y turística seguirá siendo uno de los pilares de su actividad.


Asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI)