/ jueves 10 de junio de 2021

Pandemia global, respuesta global

Por Cristóbal Thompson.


Entre el 24 y el 31 de mayo se llevó a cabo la Asamblea Mundial de la Salud que tuvo lugar de forma virtual. Ver a los representantes más importantes de la salud global conectados en un Zoom fue un doloroso, pero necesario, recordatorio de que a pesar de todos los avances (al 28 de mayo, de acuerdo con la Universidad McGill, hay 17 vacunas aprobadas, bajo distintas especificaciones sobre su uso, por al menos un país / agencia regulatoria) la pandemia sigue y por eso Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dijo esperanzado por el continuo descenso del número de casos y defunciones a nivel mundial, pero advirtió que si algún país cree que el peligro ya pasó está en un “error garrafal”.

México ha hecho la propio. Al momento en que escribo esta columna (1 junio) se han aplicado 30,990,908, lo que representa cerca de 22 millones de personas, el equivalente al 25% de la población mayor de 18 años.

Pero si algo nos ha enseñado la pandemia es que los problemas de salud global no se resuelven a nivel local. Necesitamos vacunar al 10% de la población mundial para el final de septiembre próximo, y al menos al 30% para el final de 2021, porque nadie está protegido hasta que todos estemos protegidos.

Y para lograr este objetivo el sector privado y la industria farmacéutica tienen un papel esencial que desempeñar en la lucha contra esta crisis de salud pública a través de su experiencia, innovación y recursos.

Desde la última Asamblea Mundial de la Salud, los fabricantes de vacunas y las empresas de biotecnología, tanto de países desarrollados como en desarrollo, han batido récords en innovación y acuerdos de colaboración. Con casi 300 asociaciones entre fabricantes de todo el mundo, la producción de vacunas ha aumentado en solo unos meses, pasando de cero a 2.200 millones de dosis para fines de mayo, y con una estimación de 11,000 millones de dosis para fines de 2021, suficientes para vacunar a la población adulta mundial.

Sin embargo, hoy las vacunas no están llegando a todos. Así, los fabricantes, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales deben trabajar juntos para tomar medidas urgentes con respecto a esta situación.

Por su parte, los fabricantes de vacunas innovadoras y las empresas de biotecnología nos hemos comprometido a:

  1. Compartir dosis: Trabajamos con gobiernos que cuentan con un importante número de suministros domésticos de vacunas para que las compartan con países de medianos y bajos ingresos a través del mecanismo COVAX.

  1. Continuar con la optimización de la producción: Realizamos grandes esfuerzos para maximizar la producción de las vacunas sin comprometer su seguridad y calidad. Asimismo, continuamos trabajando para contar con las materias primas necesarias.

  1. Eliminar las barreras comerciales: Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para identificar barreras comerciales e instamos a los gobiernos, en coordinación con la OMC, a eliminar todas las barreras comerciales y regulatorias a la exportación de materias primas clave.

  1. Apoyar a los países: Estamos asociándonos con los gobiernos de todo el mundo para asegurarnos de que están listos para implementar las dosis de vacunas dentro de su vida útil.

  1. Impulsar a la innovación: Debemos priorizar el desarrollo de nuevas vacunas contra COVID-19, al mismo tiempo que instamos a los gobiernos a garantizar el acceso sin obstáculos a los patógenos de cualquier variante del virus.

Solo juntos, a través de la creación conjunta de soluciones y políticas integrales, podremos alcanzar el objetivo común de incrementar el acceso a las vacunas contra la covid-19.


Director ejecutivo de la AMIIF y Asociado COMEXI

Por Cristóbal Thompson.


Entre el 24 y el 31 de mayo se llevó a cabo la Asamblea Mundial de la Salud que tuvo lugar de forma virtual. Ver a los representantes más importantes de la salud global conectados en un Zoom fue un doloroso, pero necesario, recordatorio de que a pesar de todos los avances (al 28 de mayo, de acuerdo con la Universidad McGill, hay 17 vacunas aprobadas, bajo distintas especificaciones sobre su uso, por al menos un país / agencia regulatoria) la pandemia sigue y por eso Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dijo esperanzado por el continuo descenso del número de casos y defunciones a nivel mundial, pero advirtió que si algún país cree que el peligro ya pasó está en un “error garrafal”.

México ha hecho la propio. Al momento en que escribo esta columna (1 junio) se han aplicado 30,990,908, lo que representa cerca de 22 millones de personas, el equivalente al 25% de la población mayor de 18 años.

Pero si algo nos ha enseñado la pandemia es que los problemas de salud global no se resuelven a nivel local. Necesitamos vacunar al 10% de la población mundial para el final de septiembre próximo, y al menos al 30% para el final de 2021, porque nadie está protegido hasta que todos estemos protegidos.

Y para lograr este objetivo el sector privado y la industria farmacéutica tienen un papel esencial que desempeñar en la lucha contra esta crisis de salud pública a través de su experiencia, innovación y recursos.

Desde la última Asamblea Mundial de la Salud, los fabricantes de vacunas y las empresas de biotecnología, tanto de países desarrollados como en desarrollo, han batido récords en innovación y acuerdos de colaboración. Con casi 300 asociaciones entre fabricantes de todo el mundo, la producción de vacunas ha aumentado en solo unos meses, pasando de cero a 2.200 millones de dosis para fines de mayo, y con una estimación de 11,000 millones de dosis para fines de 2021, suficientes para vacunar a la población adulta mundial.

Sin embargo, hoy las vacunas no están llegando a todos. Así, los fabricantes, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales deben trabajar juntos para tomar medidas urgentes con respecto a esta situación.

Por su parte, los fabricantes de vacunas innovadoras y las empresas de biotecnología nos hemos comprometido a:

  1. Compartir dosis: Trabajamos con gobiernos que cuentan con un importante número de suministros domésticos de vacunas para que las compartan con países de medianos y bajos ingresos a través del mecanismo COVAX.

  1. Continuar con la optimización de la producción: Realizamos grandes esfuerzos para maximizar la producción de las vacunas sin comprometer su seguridad y calidad. Asimismo, continuamos trabajando para contar con las materias primas necesarias.

  1. Eliminar las barreras comerciales: Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para identificar barreras comerciales e instamos a los gobiernos, en coordinación con la OMC, a eliminar todas las barreras comerciales y regulatorias a la exportación de materias primas clave.

  1. Apoyar a los países: Estamos asociándonos con los gobiernos de todo el mundo para asegurarnos de que están listos para implementar las dosis de vacunas dentro de su vida útil.

  1. Impulsar a la innovación: Debemos priorizar el desarrollo de nuevas vacunas contra COVID-19, al mismo tiempo que instamos a los gobiernos a garantizar el acceso sin obstáculos a los patógenos de cualquier variante del virus.

Solo juntos, a través de la creación conjunta de soluciones y políticas integrales, podremos alcanzar el objetivo común de incrementar el acceso a las vacunas contra la covid-19.


Director ejecutivo de la AMIIF y Asociado COMEXI