/ viernes 23 de junio de 2023

Por orgullo y dignidad

Por Lol Kin Castañeda


En México estamos en el marco de la XLV Marcha del Orgullo LGBTTTI y podemos ver un importante avance de derechos impulsado por un movimiento social plural, fuerte y en constante evolución, el cuál ha construido alianzas sólidas y ganando espacios.

Antes de la primera marcha ya había grupos de lesbianas y homosexuales que se reunían para reflexionar y socializar, en medio de una sociedad que les perseguía y les obligaba a vivir en la clandestinidad y la ausencia de derechos. Juventudes revolucionarias de la época decidieron romper el silencio y tomar las calles por el orgullo de ser disidentes sexuales. Gracias a sus pisadas fuertes hemos avanzado.

La fuerza y las alianzas que detonamos con la aprobación del matrimonio igualitario aquel 21 de diciembre de 2009, fue de tal magnitud que impulsó la organización social LGBTTTI a nivel nacional, pues no en todas la entidades habían organizaciones. De la mano de nuevos liderazgos, la agenda de derechos ha venido transformando el rostro del país.

No obstante que el matrimonio igualitario se reconoce a nivel nacional, la realidad es que hay Estados en los que la tibieza y el conservadurismo limitan el reconocimiento a familias lesbomaternales, es decir, aquellas conformadas por lesbianas que tienen hijas e hijos. Querétaro, Morelos, Michoacán, Tamaulipas, son solo algunas de las entidades en las que el registro civil niega el derecho a la comaternidad, obligando a que esa familia tenga que asumir el costo de la discriminación, ya sea trasladándose a registrar Ciudad de México o costear los servicios de litigio y pagar por un amparo. Así de absurdo.

Respecto de las personas Trans, el cambio de su identidad de manera administrativa es posible sólo en 19 Estados. Usted podría pensar: “ah, pues es un buen avance”. Ahora imagínese a aquellas personas quienes no tienen la fortuna de vivir en alguno de éstos y quienes no pueden armonizar su identidad, es decir, rectificar sus documentos de educación, su trayectoria y antigüedad laboral, su INE para hacer algo tan simple como cambiar un cheque o identificarse al entrar a un edificio. Cosas tan sencillas para quienes no han enfrentado la discriminación pero que hacen la diferencia entre vivir con dignidad o tener que sobrevivir cada día la exclusión y la desigualdad.

La prohibición de las mal llamadas “Terapias de Conversión” o ECOSIG, es un avance muy importante que muestra los miedos que experimentan las familias al saber que la preferencia sexual y/o la identidad de género no corresponde a la hegemonía heterosexual que impone la sociedad. Ante ello, buscan aplastar la libertad de desarrollo personal de quienes aman, a través de "torturas" promovidas desde la medicina y la religión. Si supieran qué la mejor "cura" para la discriminación es el amor y respeto de una familia.

Otro de los grandes avances es el reconocimiento del concubinato de parejas del mismo sexo es un derecho que va tomando fuerza. Muestra de ello es el criterio de interpretación aprobado por el IMSS en octubre de 2022, el cuál, abre la puerta a la seguridad social a dichas parejas que han decidido formar una familia y no optan por el matrimonio. Con esta acción afirmativa impulsada por el Director General Zoé Robledo, se eliminan criterios discriminatorios por sexo, género, preferencia sexual y estado civil, mismos que fueron ya fueron eliminados de la Ley del Seguro Social.

Falta mucho por transformar y sabemos que toda Ley, programa, acción y política pública debe acompañarse de presupuesto y una amplia campaña de difusión que facilite el cambio social. Veremos cómo se sigue fortaleciendo este movimiento social y la agenda de derechos humanos y la igualdad tanto en lo social, la política, como en la administración pública. Por ahora ¡a celebrar por Orgullo y Dignidad!

Por Lol Kin Castañeda


En México estamos en el marco de la XLV Marcha del Orgullo LGBTTTI y podemos ver un importante avance de derechos impulsado por un movimiento social plural, fuerte y en constante evolución, el cuál ha construido alianzas sólidas y ganando espacios.

Antes de la primera marcha ya había grupos de lesbianas y homosexuales que se reunían para reflexionar y socializar, en medio de una sociedad que les perseguía y les obligaba a vivir en la clandestinidad y la ausencia de derechos. Juventudes revolucionarias de la época decidieron romper el silencio y tomar las calles por el orgullo de ser disidentes sexuales. Gracias a sus pisadas fuertes hemos avanzado.

La fuerza y las alianzas que detonamos con la aprobación del matrimonio igualitario aquel 21 de diciembre de 2009, fue de tal magnitud que impulsó la organización social LGBTTTI a nivel nacional, pues no en todas la entidades habían organizaciones. De la mano de nuevos liderazgos, la agenda de derechos ha venido transformando el rostro del país.

No obstante que el matrimonio igualitario se reconoce a nivel nacional, la realidad es que hay Estados en los que la tibieza y el conservadurismo limitan el reconocimiento a familias lesbomaternales, es decir, aquellas conformadas por lesbianas que tienen hijas e hijos. Querétaro, Morelos, Michoacán, Tamaulipas, son solo algunas de las entidades en las que el registro civil niega el derecho a la comaternidad, obligando a que esa familia tenga que asumir el costo de la discriminación, ya sea trasladándose a registrar Ciudad de México o costear los servicios de litigio y pagar por un amparo. Así de absurdo.

Respecto de las personas Trans, el cambio de su identidad de manera administrativa es posible sólo en 19 Estados. Usted podría pensar: “ah, pues es un buen avance”. Ahora imagínese a aquellas personas quienes no tienen la fortuna de vivir en alguno de éstos y quienes no pueden armonizar su identidad, es decir, rectificar sus documentos de educación, su trayectoria y antigüedad laboral, su INE para hacer algo tan simple como cambiar un cheque o identificarse al entrar a un edificio. Cosas tan sencillas para quienes no han enfrentado la discriminación pero que hacen la diferencia entre vivir con dignidad o tener que sobrevivir cada día la exclusión y la desigualdad.

La prohibición de las mal llamadas “Terapias de Conversión” o ECOSIG, es un avance muy importante que muestra los miedos que experimentan las familias al saber que la preferencia sexual y/o la identidad de género no corresponde a la hegemonía heterosexual que impone la sociedad. Ante ello, buscan aplastar la libertad de desarrollo personal de quienes aman, a través de "torturas" promovidas desde la medicina y la religión. Si supieran qué la mejor "cura" para la discriminación es el amor y respeto de una familia.

Otro de los grandes avances es el reconocimiento del concubinato de parejas del mismo sexo es un derecho que va tomando fuerza. Muestra de ello es el criterio de interpretación aprobado por el IMSS en octubre de 2022, el cuál, abre la puerta a la seguridad social a dichas parejas que han decidido formar una familia y no optan por el matrimonio. Con esta acción afirmativa impulsada por el Director General Zoé Robledo, se eliminan criterios discriminatorios por sexo, género, preferencia sexual y estado civil, mismos que fueron ya fueron eliminados de la Ley del Seguro Social.

Falta mucho por transformar y sabemos que toda Ley, programa, acción y política pública debe acompañarse de presupuesto y una amplia campaña de difusión que facilite el cambio social. Veremos cómo se sigue fortaleciendo este movimiento social y la agenda de derechos humanos y la igualdad tanto en lo social, la política, como en la administración pública. Por ahora ¡a celebrar por Orgullo y Dignidad!