/ lunes 9 de octubre de 2023

Pulso CdMx | Prioridad climática

“La verdadera victoria de la ecología será cuando todos los partidos políticos cuenten con un programa ambientalista ambicioso.” Hugo Clément

México es uno de los pocos países megadiversos del mundo, es decir de los pocos que cuentan con una presencia tan rica y diversa de biodiversidad y de ecosistemas. Aunado a ello, su posición geográfica y sus características socioeconómicas hacen de México uno de los países más vulnerables ante la crisis climática. Sus consecuencias afectan con más frecuencia y con más intensidad a las personas que menos tienen. Por eso no puede haber justicia social sin justicia ambiental.

Inundaciones, huracanes o sequias extremas son de las manifestaciones más comunes, amenazando cada vez más la seguridad alimentaria nacional, agravada por la pérdida de los suelos vivos. Las tierras disponibles para asegurar la producción de alimentos son cada vez más pobres y cada vez menos productivas, especialmente alrededor de las grandes ciudades. Otras de las manifestaciones de la crisis climática son las afectaciones directas a la salud por la alta contaminación del aire por el uso mayoritario de combustibles fósiles y otros químicos con fuertes repercusiones sobre muertes prematuras de todas las especies, incluyendo la humana.

Las cifras están. Los datos y las situaciones cada vez más catastróficas también. La ONU, las organizaciones internacionales, la sociedad civil, la comunicad científica y académica no dejan de alertar sobre la peor crisis climática de la humanidad, sus riesgos y sus resultados. Los gobiernos y las personas que nos representan tienen la responsabilidad de tomar en cuenta la realidad de esta situación, empezando por reconocer su gravedad y responder con la contundencia que se necesita. Para ello, urge hacer del medioambiente o de la acción climática una política visible, prioritaria, transversal, de resultados y con presupuestos dignos. Porque sí, las soluciones existen y es lo que también se le tiene que decir a las poblaciones.

Para reconocer y darle más prioridad a la acción de los gobiernos, de los poderes legislativos, del poder judicial y ampliar la sensibilización colectiva ciudadana urge que el Estado declare la emergencia climática. Emitirla en el ámbito federal y en los estados es hacer consciencia a partir de la certeza científica y desarrollar las herramientas o acciones adecuadas, de manera coordinada, justas e incluyentes a partir del acceso y de la máxima difusión de la información. Declarar la emergencia climática es buscar que la política ambiental sea una prioridad nacional desde la prevención, la protección a personas defensoras, la recuperación y la adaptación para transitar hacia otro modelo de desarrollo.

Declarar la emergencia climática debería provocar el respaldo de todas las fuerzas partidistas y ser parte central de los debates de cara a las próximas elecciones en 2024 en vinculación con los activismos y los movimientos sociales que padecen y/o conocen la problemática para aportar las respuestas colectivas necesarias. Mañana se intentará posicionar el tema desde la Cámara de Diputados en seguimiento a una petición en change firmada por 25 mil personas, 40 organizaciones y por una propuesta impulsada en la plataforma de participación ciudadana Mexicolectivo.

“La verdadera victoria de la ecología será cuando todos los partidos políticos cuenten con un programa ambientalista ambicioso.” Hugo Clément

México es uno de los pocos países megadiversos del mundo, es decir de los pocos que cuentan con una presencia tan rica y diversa de biodiversidad y de ecosistemas. Aunado a ello, su posición geográfica y sus características socioeconómicas hacen de México uno de los países más vulnerables ante la crisis climática. Sus consecuencias afectan con más frecuencia y con más intensidad a las personas que menos tienen. Por eso no puede haber justicia social sin justicia ambiental.

Inundaciones, huracanes o sequias extremas son de las manifestaciones más comunes, amenazando cada vez más la seguridad alimentaria nacional, agravada por la pérdida de los suelos vivos. Las tierras disponibles para asegurar la producción de alimentos son cada vez más pobres y cada vez menos productivas, especialmente alrededor de las grandes ciudades. Otras de las manifestaciones de la crisis climática son las afectaciones directas a la salud por la alta contaminación del aire por el uso mayoritario de combustibles fósiles y otros químicos con fuertes repercusiones sobre muertes prematuras de todas las especies, incluyendo la humana.

Las cifras están. Los datos y las situaciones cada vez más catastróficas también. La ONU, las organizaciones internacionales, la sociedad civil, la comunicad científica y académica no dejan de alertar sobre la peor crisis climática de la humanidad, sus riesgos y sus resultados. Los gobiernos y las personas que nos representan tienen la responsabilidad de tomar en cuenta la realidad de esta situación, empezando por reconocer su gravedad y responder con la contundencia que se necesita. Para ello, urge hacer del medioambiente o de la acción climática una política visible, prioritaria, transversal, de resultados y con presupuestos dignos. Porque sí, las soluciones existen y es lo que también se le tiene que decir a las poblaciones.

Para reconocer y darle más prioridad a la acción de los gobiernos, de los poderes legislativos, del poder judicial y ampliar la sensibilización colectiva ciudadana urge que el Estado declare la emergencia climática. Emitirla en el ámbito federal y en los estados es hacer consciencia a partir de la certeza científica y desarrollar las herramientas o acciones adecuadas, de manera coordinada, justas e incluyentes a partir del acceso y de la máxima difusión de la información. Declarar la emergencia climática es buscar que la política ambiental sea una prioridad nacional desde la prevención, la protección a personas defensoras, la recuperación y la adaptación para transitar hacia otro modelo de desarrollo.

Declarar la emergencia climática debería provocar el respaldo de todas las fuerzas partidistas y ser parte central de los debates de cara a las próximas elecciones en 2024 en vinculación con los activismos y los movimientos sociales que padecen y/o conocen la problemática para aportar las respuestas colectivas necesarias. Mañana se intentará posicionar el tema desde la Cámara de Diputados en seguimiento a una petición en change firmada por 25 mil personas, 40 organizaciones y por una propuesta impulsada en la plataforma de participación ciudadana Mexicolectivo.