/ miércoles 10 de enero de 2024

Regalos económicos del 2023 y 2024

En términos económicos nos fue bien en el 2023: en el tercer trimestre hubo un crecimiento histórico del 1.1% en el PIB real; de cuerdo con el IMSS, el empleo formal subió un 3% en relación a otros años; y hubo un incremento de 10.5% a la nómina de trabajadores afilados al Seguro Social.

Pero este 2024, el pequeño logro se evapora como alcohol en un incendio y el “caldo”, como de costumbre, sale más caro que las “albóndigas”. En fechas decembrinas el SAT expulsó del Régimen Simplificado de Cobranza (RESICO) a los contribuyentes de las MiPymes que, por alguna razón, no hicieron alguna declaración. Esto orilló la salida de 4,000 de ellas por parte esta autoridad. En esta situación se encuentran negocios pequeños como cafeterías, restaurantes, estéticas y ferreterías. A modo de golpe a los benéficos económicos obtenidos, numerosas de estas micro empresas tuvieron o tendrán que caer en la informalidad y de plano, ante la inflexibilidad de las autoridades, aunado al incremento en los impuestos e insumos, ya no reportarán impuestos, porque no les queda de otra.

De acuerdo a la consultora contable TPC Group, la informalidad pudiera pasar de 55% que hubo en el 2023 a 60%, por lo menos el primer trimestre de este año. Íbamos bien, pero a ver cómo se le ocurre al Gobierno arreglar este pequeño gran error, que le afectará de manera directa. El consumo está creciendo, pero gracias al sector informal de la economía que pareciera se estaciona como forma -casi irremediable- de ganarse la vida.

Esta modalidad tiene ventajas y desventajas. Los requisitos para operar son rigurosos; las declaraciones que se deben hacer ante el SAT dan dolores de cabeza y ante un error, las consecuencias son grandes; hay que tener certificaciones, proporcionar seguridad social y contratar expertos en el área contable y administración, aunado a pagar servicios como luz, agua, gas y renta. De extorsiones, mejor por parte del gobernó y crimen organizado, mejor ni hablar. En la informalidad tan sólo se paga un “derecho de piso” a modo de cuota, o de plano nada. Pero esta modalidad conduce a la competencia desleal, a la corrupción y a la ausencia de derechos, sobre todo, laborales.

Da risa ver los Tik Toks en redes sociales rebosar sus carritos de Costco de Rosca de Reyes,que revenderán al doble en alguna esquina de la ciudad. Aunque es legal comprar la cantidad de productos que deseen, ante la ausencia de este producto en la tienda (porque se llevan todo), la competencia está a los precios que pongan estos distribuidores.

Viene un año de incertidumbre en el sector económico y político y cuanto mayor sea esta, más difícil será hacer un pronóstico de lo que viene.

Esta es la realidad con la que empezamos el 2024. Que las condiciones precarias no se normalicen. En lugar de aceptar lo poco que nos den, aunque sea bueno, exijamos mejores condiciones para vivir con dignidad. Suena dramático, pero lo es.

En términos económicos nos fue bien en el 2023: en el tercer trimestre hubo un crecimiento histórico del 1.1% en el PIB real; de cuerdo con el IMSS, el empleo formal subió un 3% en relación a otros años; y hubo un incremento de 10.5% a la nómina de trabajadores afilados al Seguro Social.

Pero este 2024, el pequeño logro se evapora como alcohol en un incendio y el “caldo”, como de costumbre, sale más caro que las “albóndigas”. En fechas decembrinas el SAT expulsó del Régimen Simplificado de Cobranza (RESICO) a los contribuyentes de las MiPymes que, por alguna razón, no hicieron alguna declaración. Esto orilló la salida de 4,000 de ellas por parte esta autoridad. En esta situación se encuentran negocios pequeños como cafeterías, restaurantes, estéticas y ferreterías. A modo de golpe a los benéficos económicos obtenidos, numerosas de estas micro empresas tuvieron o tendrán que caer en la informalidad y de plano, ante la inflexibilidad de las autoridades, aunado al incremento en los impuestos e insumos, ya no reportarán impuestos, porque no les queda de otra.

De acuerdo a la consultora contable TPC Group, la informalidad pudiera pasar de 55% que hubo en el 2023 a 60%, por lo menos el primer trimestre de este año. Íbamos bien, pero a ver cómo se le ocurre al Gobierno arreglar este pequeño gran error, que le afectará de manera directa. El consumo está creciendo, pero gracias al sector informal de la economía que pareciera se estaciona como forma -casi irremediable- de ganarse la vida.

Esta modalidad tiene ventajas y desventajas. Los requisitos para operar son rigurosos; las declaraciones que se deben hacer ante el SAT dan dolores de cabeza y ante un error, las consecuencias son grandes; hay que tener certificaciones, proporcionar seguridad social y contratar expertos en el área contable y administración, aunado a pagar servicios como luz, agua, gas y renta. De extorsiones, mejor por parte del gobernó y crimen organizado, mejor ni hablar. En la informalidad tan sólo se paga un “derecho de piso” a modo de cuota, o de plano nada. Pero esta modalidad conduce a la competencia desleal, a la corrupción y a la ausencia de derechos, sobre todo, laborales.

Da risa ver los Tik Toks en redes sociales rebosar sus carritos de Costco de Rosca de Reyes,que revenderán al doble en alguna esquina de la ciudad. Aunque es legal comprar la cantidad de productos que deseen, ante la ausencia de este producto en la tienda (porque se llevan todo), la competencia está a los precios que pongan estos distribuidores.

Viene un año de incertidumbre en el sector económico y político y cuanto mayor sea esta, más difícil será hacer un pronóstico de lo que viene.

Esta es la realidad con la que empezamos el 2024. Que las condiciones precarias no se normalicen. En lugar de aceptar lo poco que nos den, aunque sea bueno, exijamos mejores condiciones para vivir con dignidad. Suena dramático, pero lo es.