/ sábado 18 de diciembre de 2021

Una mirada a Jacobo Zabludovsky (II)

Por Miguel Reyes Razo

En julio de 1989 el Presidente Carlos Salinas de Gortari emprendió una gira que comenzó en Venezuela, continuó en Colombia y luego llegó a Francia para la conmemoración del Bicentenario de la Revolución Francesa y remató en España con un interesado diálogo con el Jefe del Gobierno Felipe González.

"¿Me invitas una copa, Miguel?- me preguntó el licenciado Jacobo Zabludovsky.

"Con mucho gusto, licenciado.

"Pero de champagne "- exigió.

"Desde luego, señor.

"Pero tú pagas"- redondeó.

"No se preocupe, vamos.”

No fuimos muy lejos. Estábamos frente a un "Novotel". Frente a las copas soltó:

"¿Si acaso existe el triunfo -aventuro- de que sirve alcanzarlo si uno de tus hijos fracasa; si no le va bien? Piénsalo. "

**

Era así. En viajes por el mundo confraternizaba con reporteros. Años después, mientras recorríamos los laberintos de una nave vikinga en un museo de Estocolmo, no bastó mi esfuerzo por recordar el nombre del Premio Nobel escandinavo...

"Es el autor de libros como "Pan", "Victoria”..

"Knut Hamsun” -me devolvió vivaz.

**

Caminábamos en 1992 por el cementerio judío de Praga. Dos pasos adelante iban, conversaban Héctor Aguilar Camín y el ingeniero Gilberto Borja. Fue Héctor quien se volvió y le dijo:"Oye Jacobo. Aquí, de noche, se oye...”

**

"Estoy muy preocupado por Fernando Alcalá -me dijo. Fíjate Miguel. Recayó en el alcohol. Se lo prohibieron. Soy padrino de "Piter". Tú sabes cuánto lo aprecio."

**

En solidaridad con la decisión de su hijo Abraham de abandonar Televisa, el licenciado Jacobo Zabludovsky también dimitió. Se halló así, en la calle.

"Ahí pasé muchos años. Viví en Televicentro más que mi casa familiar. Televisa se ocupaba de mi. Me daba trabajo, oficina, secretaria. ¡Hasta la boleada de zapatos diaria me pagaba! Y de pronto tantos años se hicieron humo.

Jacobo Zabludovsky inventó todo. Allá estaba. En lo alto del edificio de "Lotería Nacional". "Reporteó", "Tecleó", los primeros noticiarios.

"Todo fue muy natural. Paulatino. No "subí" de golpe y porrazo. Hice experiencia. Trabajé mucho en la radio. Pasé por la Equiseqúca. La de "La Hora Exacta". Minuto a minuto. Pagaban muy poco. Hice un programa que me pagaban con gelatinas. "Rosa". Mis papás se sorprendían de que tuviera esa paga. Y trabajé en dominicales vespertinos. "Redondel", "Claridades”. Luego editoriales en "Novedades". "Clepsidra", los encabecé. Y en "Siempre! con José Pagés Lergo.

Cómo le pudo la muerte de aquel informador tabasqueño. Duelo hondo. A la salida de la funeraría de Sullivan, la escritora Margarita Michelena le rogó: "Salva a la revista, Jacobo". En el cementerio casi se desvaneció.

**

"¿Vamos al "Danubio"? Ahí en Uruguay, en el Centro. Me encanta caminar sus calles. Viví ahí. A la vuelta de la esquina estaba mi escuela primaria. Y en la misma manzana mi secundaria. La uno. En el "Danubio" está Manolo. Un mesero que le prepara a Sarita una "tártara de robalo" de rechupete. Vamos.

**

En 1981 fuímos a India. El país festejaba , con Indira Gandhi en su gobierno décadas de independencia. Y don José López Portillo nos incorporó a su comitiva informativa. Salimos del hotel "Achoka". Dimos con los vendedores de hermosísimas alfombras.

"Mai friend guelcom. Mai jeart for yu. No bisnes, no bisnes. Juat du yu guant. ¿Cofi? ¿Ti? ¿juisqui?”

El untuoso mercader se deshacía. Igualaba su paso al nuestro. Nos jaló a su rica tienda. Deslumbraba.

"Ponte muy serio. Distante. Casi indiferente, Miguel -aconsejó.

**

"Tengo mucho afecto y admiración por César Balsa. De su tierra y la guerra que vivió en la cocina de un hotel en Barcelona, vino a México y modernizó hotelería y gastronomía. Organizó el primer hotel de mil habitaciones en México. Dio forma a un barrio de la colonia Juárez y lo transformío en la Zona Rosa con restaurantes, galerías de arte y centros de diversión.

"Fomentamos una costumbre. En los primeros días del año nos reunimos e intercambiamos un regalo. No cualquier cosa. Entregamos un objeto del que nos cueste mucho trabajo separarnos. Diana, mi hija me aconsejó: "Regálale cualquier cosa". "Se trata de algo muy apreciado, Diana", le dije.

**

"El mismo día que dejé Televisa recibí varias invitaciones de amigos que me ofrecían una oficina. "Instálate mañana mismo, Jacobo. Ni me digas, no te cobro nada. Tú sabes...

"Lo pensé con mucho cuidado. Hallé este edificio de Ferrocarril de Cuernavaca. Me resultó ideal. Cerca de mi casa en Las Lomas de Chapultepec. Con vías hacia Radio Centro en Constituyentes y Reforma. Ahí hago "De una a tres". Temprano, a las siete voy a organizar las órdenes de trabajo. Regreso a mi casa y desayuno con Sarita, mi esposa. A las once y media ya estoy en la estación. Superviso, vigilo. Cuando digo: "Es la una en el reloj de Catedral...

**

"Aquí tengo mi "Pequeño Pompidou". Los tubos exhibidos. Como en el de París. Mi biblioteca. Aquí libros de ciudad. Literatura. Mis libros de escolar. El Quijote de la Mancha. Los Bandidos de Río Frío. La escultura que le encargué a Juan Soriano. En la antesala Lupita Garnica -mi secretaria de siempre. Enciclopedias. No tengo uno que a ti, Miguel te gusta. "Corazón. Diario de un niño". De Edmundo D Amicis. Me parece una obra que hace sufrir.

Amó tanto su ciudad que la Asamblea de la capital lo estimó Ciudadano Ejemplar y le entregó gran reconocimiento. Y el último día de abril del 2013, la Cámara de Diputados le otorgó la "Medalla Eduardo Neri. ". Inolvidable ceremonia en el atestado Salón de Sesiones.

**

David López Gutiérrez dejó a mitad del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto su cargo de vocero y comunicador para convertirse en Diputado Federal. Invitó al Licenciado Jacobo Zabludovsky a comer en el restaurante "Churchill" de Polanco. Con Roberto Calleja, Juan Francisco Castañeda y yo se realizó el encuentro.

"¿Qué va a tomar, Licenciado?- le pregunté

"Lo mismo que tú - me respondió. Una agua mineral.

"Pero acá tengo mi tequila -presumí, reté.

"Yo ya no bebo, Miguel. Hace unos meses, el Presidente Peña Nieto me invitó a comer. Hubo buenos vinos. Y yo bebí. ¡Y me fui de la lengua! ¡Me puse muy hablantín!

"Llegué a mi casa y reflexioné. Vi que el alcohol era un peligro. Decidí dejarlo para siempre. Hace de eso ya seis meses. ¡Ya no lo extraño!

Caía la tarde. Comenzó a llover. Decidió marcharse. Lo acompañé hasta su automóvil . Salude al señor Cacique, su leal chofer. Nos abrazamos. Bajo el elegante "blazer" lo note delgado. Nos despedimos.

"La nuez siempre cae cerca del árbol, Licenciado -le dije por el teléfono.

"Esa es una frase de mi papá, Miguel -me descubrió.

"Mi familia y yo le deseamos que su cumpleaños sea un día muy feliz".

Unas semanas después, en Paracas, en Perú, llegó la mala noticia. El licenciado Jacobo Zabludovsky murió...

Lo sepultaron en el Antiguo Cementerio Judío. Frente al panteón Dolores.


Por Miguel Reyes Razo

En julio de 1989 el Presidente Carlos Salinas de Gortari emprendió una gira que comenzó en Venezuela, continuó en Colombia y luego llegó a Francia para la conmemoración del Bicentenario de la Revolución Francesa y remató en España con un interesado diálogo con el Jefe del Gobierno Felipe González.

"¿Me invitas una copa, Miguel?- me preguntó el licenciado Jacobo Zabludovsky.

"Con mucho gusto, licenciado.

"Pero de champagne "- exigió.

"Desde luego, señor.

"Pero tú pagas"- redondeó.

"No se preocupe, vamos.”

No fuimos muy lejos. Estábamos frente a un "Novotel". Frente a las copas soltó:

"¿Si acaso existe el triunfo -aventuro- de que sirve alcanzarlo si uno de tus hijos fracasa; si no le va bien? Piénsalo. "

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Era así. En viajes por el mundo confraternizaba con reporteros. Años después, mientras recorríamos los laberintos de una nave vikinga en un museo de Estocolmo, no bastó mi esfuerzo por recordar el nombre del Premio Nobel escandinavo...

"Es el autor de libros como "Pan", "Victoria”..

"Knut Hamsun” -me devolvió vivaz.

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Caminábamos en 1992 por el cementerio judío de Praga. Dos pasos adelante iban, conversaban Héctor Aguilar Camín y el ingeniero Gilberto Borja. Fue Héctor quien se volvió y le dijo:"Oye Jacobo. Aquí, de noche, se oye...”

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"Estoy muy preocupado por Fernando Alcalá -me dijo. Fíjate Miguel. Recayó en el alcohol. Se lo prohibieron. Soy padrino de "Piter". Tú sabes cuánto lo aprecio."

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En solidaridad con la decisión de su hijo Abraham de abandonar Televisa, el licenciado Jacobo Zabludovsky también dimitió. Se halló así, en la calle.

"Ahí pasé muchos años. Viví en Televicentro más que mi casa familiar. Televisa se ocupaba de mi. Me daba trabajo, oficina, secretaria. ¡Hasta la boleada de zapatos diaria me pagaba! Y de pronto tantos años se hicieron humo.

Jacobo Zabludovsky inventó todo. Allá estaba. En lo alto del edificio de "Lotería Nacional". "Reporteó", "Tecleó", los primeros noticiarios.

"Todo fue muy natural. Paulatino. No "subí" de golpe y porrazo. Hice experiencia. Trabajé mucho en la radio. Pasé por la Equiseqúca. La de "La Hora Exacta". Minuto a minuto. Pagaban muy poco. Hice un programa que me pagaban con gelatinas. "Rosa". Mis papás se sorprendían de que tuviera esa paga. Y trabajé en dominicales vespertinos. "Redondel", "Claridades”. Luego editoriales en "Novedades". "Clepsidra", los encabecé. Y en "Siempre! con José Pagés Lergo.

Cómo le pudo la muerte de aquel informador tabasqueño. Duelo hondo. A la salida de la funeraría de Sullivan, la escritora Margarita Michelena le rogó: "Salva a la revista, Jacobo". En el cementerio casi se desvaneció.

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"¿Vamos al "Danubio"? Ahí en Uruguay, en el Centro. Me encanta caminar sus calles. Viví ahí. A la vuelta de la esquina estaba mi escuela primaria. Y en la misma manzana mi secundaria. La uno. En el "Danubio" está Manolo. Un mesero que le prepara a Sarita una "tártara de robalo" de rechupete. Vamos.

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En 1981 fuímos a India. El país festejaba , con Indira Gandhi en su gobierno décadas de independencia. Y don José López Portillo nos incorporó a su comitiva informativa. Salimos del hotel "Achoka". Dimos con los vendedores de hermosísimas alfombras.

"Mai friend guelcom. Mai jeart for yu. No bisnes, no bisnes. Juat du yu guant. ¿Cofi? ¿Ti? ¿juisqui?”

El untuoso mercader se deshacía. Igualaba su paso al nuestro. Nos jaló a su rica tienda. Deslumbraba.

"Ponte muy serio. Distante. Casi indiferente, Miguel -aconsejó.

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"Tengo mucho afecto y admiración por César Balsa. De su tierra y la guerra que vivió en la cocina de un hotel en Barcelona, vino a México y modernizó hotelería y gastronomía. Organizó el primer hotel de mil habitaciones en México. Dio forma a un barrio de la colonia Juárez y lo transformío en la Zona Rosa con restaurantes, galerías de arte y centros de diversión.

"Fomentamos una costumbre. En los primeros días del año nos reunimos e intercambiamos un regalo. No cualquier cosa. Entregamos un objeto del que nos cueste mucho trabajo separarnos. Diana, mi hija me aconsejó: "Regálale cualquier cosa". "Se trata de algo muy apreciado, Diana", le dije.

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"El mismo día que dejé Televisa recibí varias invitaciones de amigos que me ofrecían una oficina. "Instálate mañana mismo, Jacobo. Ni me digas, no te cobro nada. Tú sabes...

"Lo pensé con mucho cuidado. Hallé este edificio de Ferrocarril de Cuernavaca. Me resultó ideal. Cerca de mi casa en Las Lomas de Chapultepec. Con vías hacia Radio Centro en Constituyentes y Reforma. Ahí hago "De una a tres". Temprano, a las siete voy a organizar las órdenes de trabajo. Regreso a mi casa y desayuno con Sarita, mi esposa. A las once y media ya estoy en la estación. Superviso, vigilo. Cuando digo: "Es la una en el reloj de Catedral...

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"Aquí tengo mi "Pequeño Pompidou". Los tubos exhibidos. Como en el de París. Mi biblioteca. Aquí libros de ciudad. Literatura. Mis libros de escolar. El Quijote de la Mancha. Los Bandidos de Río Frío. La escultura que le encargué a Juan Soriano. En la antesala Lupita Garnica -mi secretaria de siempre. Enciclopedias. No tengo uno que a ti, Miguel te gusta. "Corazón. Diario de un niño". De Edmundo D Amicis. Me parece una obra que hace sufrir.

Amó tanto su ciudad que la Asamblea de la capital lo estimó Ciudadano Ejemplar y le entregó gran reconocimiento. Y el último día de abril del 2013, la Cámara de Diputados le otorgó la "Medalla Eduardo Neri. ". Inolvidable ceremonia en el atestado Salón de Sesiones.

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David López Gutiérrez dejó a mitad del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto su cargo de vocero y comunicador para convertirse en Diputado Federal. Invitó al Licenciado Jacobo Zabludovsky a comer en el restaurante "Churchill" de Polanco. Con Roberto Calleja, Juan Francisco Castañeda y yo se realizó el encuentro.

"¿Qué va a tomar, Licenciado?- le pregunté

"Lo mismo que tú - me respondió. Una agua mineral.

"Pero acá tengo mi tequila -presumí, reté.

"Yo ya no bebo, Miguel. Hace unos meses, el Presidente Peña Nieto me invitó a comer. Hubo buenos vinos. Y yo bebí. ¡Y me fui de la lengua! ¡Me puse muy hablantín!

"Llegué a mi casa y reflexioné. Vi que el alcohol era un peligro. Decidí dejarlo para siempre. Hace de eso ya seis meses. ¡Ya no lo extraño!

Caía la tarde. Comenzó a llover. Decidió marcharse. Lo acompañé hasta su automóvil . Salude al señor Cacique, su leal chofer. Nos abrazamos. Bajo el elegante "blazer" lo note delgado. Nos despedimos.

"La nuez siempre cae cerca del árbol, Licenciado -le dije por el teléfono.

"Esa es una frase de mi papá, Miguel -me descubrió.

"Mi familia y yo le deseamos que su cumpleaños sea un día muy feliz".

Unas semanas después, en Paracas, en Perú, llegó la mala noticia. El licenciado Jacobo Zabludovsky murió...

Lo sepultaron en el Antiguo Cementerio Judío. Frente al panteón Dolores.