/ miércoles 24 de marzo de 2021

Violencia política

Ivonne Gallegos Carreño era una joven mujer, comprometida, llena de ideales y dispuesta a dar lo mejor de sí misma, para convertirse en la alcaldesa de Ocotlán de Morelos, Oaxaca. Con saña, la asesinaron el pasado viernes.

Deja un huérfano de 10 años. A su marido, funcionario, lo mataron hace seis, frente al palacio municipal. Ivonne jamás logró que se esclareciera el homicidio, uno más de los cientos de miles de expedientes apilados en burocráticos despachos.

Iba a ser candidata por la coalición PRI, PAN, PRD. Viajaba en dirección a Oaxaca capital, a 40 minutos de distancia. La cosieron a balazos, provocándole la muerte instantánea.

Viene a sumarse a los otros 17 aspirantes asesinados, a partir del inicio de este proceso, que pinta para ser uno de los más sangrientos de que se tenga memoria.

La firma Etellekt, de acuerdo a nota de El Universal, especialista en este tipo de negros recuentos, apunta a que, en esta “temporada de caza” para los malditos, se podría rebasar la cifra de 48 occisos del año 2018.

Para Etellekt, el periodo más peligroso para un suspirante es el previo a su nominación y posteriormente, al final de campaña. Se habló de un plan para garantizar la seguridad de los contendientes; hasta ahora no se conoce.

La mayoría de estas muertes se dieron en el sureste de la República: Veracruz, en manos de un desgobernante de los más incompetentes de la “histeria patria”, lleva siete. Guerrero, cuatro. Quintana Roo, dos y Guanajuato, Chihuahua, Chiapas y Jalisco, uno por entidad. Se aniquila al contrincante, sin que, salvo en uno de los casos, haya más que un detenido. La impunidad impera como lo hace en el 90 por ciento de los delitos que se cometen.

Al ocurrir estos crímenes, los partidos políticos, a los que representaban, exigen justicia. A la vuelta de la hoja se olvida, inmersos en el campo de batalla que representan campañas sucias, en cada proceso, más fangosas.

Hay otros cadáveres que no se suman. Hace unos días, en la Ciudad de México, “chocó” y murió Leonel Luna, reconocido político local, de enorme influencia opositora a Morena, en la alcaldía Álvaro Obregón y en general en la capital. Se decía que era el vínculo de la fusión PRI, PRD, PAN y hombre clave para el triunfo de varios candidatos.

Su “accidente” se volvió sospechoso, por la actuación de la fiscalía capitalina, la que rechazó dar a conocer el video del momento en el que se estrelló. Concluyeron el peritaje diciendo que se debió a “falta de pericia, consumo de alcohol y exceso de velocidad”. Se sabe que jamás fue bebedor y el exprocurador Ignacio Morales Lechuga, hizo ver que, el automóvil tiene un golpe en la parte trasera, como si lo hubieran empujado. Pero, Sheinbaum y compañía ya le echaron un tupido velo al asunto.

A otros opositores les dio el mazazo la Fiscal, Ernestina Godoy, quien entambó a Diana Barrios, lideresa del comercio ambulante y precandidata a la Alcaldía Cuauhtémoc, la que ya se le “entregó” a Dolores Padierna, cónyuge del Señor de las ligas, René Bejarano. La Padierna presidió en el pasado a la rica ex demarcación, dejando a su paso una huella de corruptelas inscritas en letras de oro. Bejarano, quien ha vuelto por sus fueros a la escena citadina, también es padrino del probable candidato de Morena a la Álvaro Obregón, lo que habla de su actual cercanía con la jefa de gobierno.

Unos a la tumba; a otros, las rejas, aunque predomina el río de sangre.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Ivonne Gallegos Carreño era una joven mujer, comprometida, llena de ideales y dispuesta a dar lo mejor de sí misma, para convertirse en la alcaldesa de Ocotlán de Morelos, Oaxaca. Con saña, la asesinaron el pasado viernes.

Deja un huérfano de 10 años. A su marido, funcionario, lo mataron hace seis, frente al palacio municipal. Ivonne jamás logró que se esclareciera el homicidio, uno más de los cientos de miles de expedientes apilados en burocráticos despachos.

Iba a ser candidata por la coalición PRI, PAN, PRD. Viajaba en dirección a Oaxaca capital, a 40 minutos de distancia. La cosieron a balazos, provocándole la muerte instantánea.

Viene a sumarse a los otros 17 aspirantes asesinados, a partir del inicio de este proceso, que pinta para ser uno de los más sangrientos de que se tenga memoria.

La firma Etellekt, de acuerdo a nota de El Universal, especialista en este tipo de negros recuentos, apunta a que, en esta “temporada de caza” para los malditos, se podría rebasar la cifra de 48 occisos del año 2018.

Para Etellekt, el periodo más peligroso para un suspirante es el previo a su nominación y posteriormente, al final de campaña. Se habló de un plan para garantizar la seguridad de los contendientes; hasta ahora no se conoce.

La mayoría de estas muertes se dieron en el sureste de la República: Veracruz, en manos de un desgobernante de los más incompetentes de la “histeria patria”, lleva siete. Guerrero, cuatro. Quintana Roo, dos y Guanajuato, Chihuahua, Chiapas y Jalisco, uno por entidad. Se aniquila al contrincante, sin que, salvo en uno de los casos, haya más que un detenido. La impunidad impera como lo hace en el 90 por ciento de los delitos que se cometen.

Al ocurrir estos crímenes, los partidos políticos, a los que representaban, exigen justicia. A la vuelta de la hoja se olvida, inmersos en el campo de batalla que representan campañas sucias, en cada proceso, más fangosas.

Hay otros cadáveres que no se suman. Hace unos días, en la Ciudad de México, “chocó” y murió Leonel Luna, reconocido político local, de enorme influencia opositora a Morena, en la alcaldía Álvaro Obregón y en general en la capital. Se decía que era el vínculo de la fusión PRI, PRD, PAN y hombre clave para el triunfo de varios candidatos.

Su “accidente” se volvió sospechoso, por la actuación de la fiscalía capitalina, la que rechazó dar a conocer el video del momento en el que se estrelló. Concluyeron el peritaje diciendo que se debió a “falta de pericia, consumo de alcohol y exceso de velocidad”. Se sabe que jamás fue bebedor y el exprocurador Ignacio Morales Lechuga, hizo ver que, el automóvil tiene un golpe en la parte trasera, como si lo hubieran empujado. Pero, Sheinbaum y compañía ya le echaron un tupido velo al asunto.

A otros opositores les dio el mazazo la Fiscal, Ernestina Godoy, quien entambó a Diana Barrios, lideresa del comercio ambulante y precandidata a la Alcaldía Cuauhtémoc, la que ya se le “entregó” a Dolores Padierna, cónyuge del Señor de las ligas, René Bejarano. La Padierna presidió en el pasado a la rica ex demarcación, dejando a su paso una huella de corruptelas inscritas en letras de oro. Bejarano, quien ha vuelto por sus fueros a la escena citadina, también es padrino del probable candidato de Morena a la Álvaro Obregón, lo que habla de su actual cercanía con la jefa de gobierno.

Unos a la tumba; a otros, las rejas, aunque predomina el río de sangre.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq