Alejandro González Iñárritu se acepta y se ríe de sí mismo en Bardo

El director mexicano y todo el elenco de la cinta asisten al Festival Internacional de Cine de Morelia que arranca actividades con Bardo  

Froylan Escobar Lara, Enviado | El Sol de México

  · sábado 22 de octubre de 2022

Foto: Carmen Hernández | El Sol de Morelia

Morelia, Michoacán.- Más de tres décadas de terapia ayudaron al director Alejandro Gónzalez Iñárritu para poder aceptarse tal cual es, reírse de sí mismo y no dejarse guiar por opiniones o críticas de terceros.

Esa catarsis y reflexión que logró recientemente fue plasmada en su nueva cinta Bardo, Falsa Crónica de unas cuantas Verdades, en la que, a través de su personaje, pudo plasmar ciertos aspectos de su propia vida que ha podido transitar, sin llegar a ser una cinta biográfica.

“En esta película hago ese ejercicio desde la liberación, hoy me doy cuenta que esas cosas que en algún momento fueron dolorosas me puedo liberar de ellas riéndome. Me doy cuenta que las cosas que me aprisionaron, hoy me causan risa y puedo, a través de 35 años de terapia, liberar y compartir”, afirmó Iñárritu en conferencia de prensa durante el inicio de actividades del Festival Internacional de Cine de Morelia.

Su trabajo de introspección comenzó hace más de una década; reveló que esa práctica le ha permitido observar de alguna forma un proceso que todos tenemos, esa voz interior que incluso puede llegar a autosabotearte.

“Cuando empecé a hacer este proyecto fue una cuestión más intuitiva, intentar hacer las pases con una serie de cuestionamientos e incertidumbres y cosas que me estaban cuestionando, finalmente tuve la forma, la visión, el coraje y el valor de expresar lo que pienso, lo que siento tener una posición sobre ello, expresar mis ideas, mi vulnerabilidad y que aún no tengo respuesta, pero que estoy buscando; ese es el ‘bardo’ en el que estoy.

“Estoy en ese espacio creativo que es incierto, en el que he encontrado hoy mucho más rico porque tiene el espacio de darle lugar a lo que voy a llegar a hacer después, si me mantengo en una sólida idea de quién soy, qué debo de decir y decir: ‘este es mi cine’, pues no sé; este espacio me gusta, me da cabida encontrar otras cosas y de retarme a mí mismo burlarme y cuestionarme”, expresó el ganador del Oscar.

El filme aborda la historia de Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho), un periodista que vuelve a su país luego de muchos años fuera. Está por recibir un premio; sin embargo, este regreso a su nación no sólo implica el recordarse su origen, sino sirve de reflexión sobre sus propios temores, lo que ha hecho bien y mal, se reconecta con su propia familia y también con sus padres.

A lo largo del filme intenta superar los grandes dolores como la muerte de un hijo, la ausencia que ha tenido como padre en momentos importantes de sus dos descendientes, así como el cuestionamiento del rumbo de su futuro.

“Nunca había trabajado con Alejandro, él me buscó y me escogió, él había visto mi trabajo no por mis talentos sino por el momento de mi vida en el que estaba. Antes de empezar la película se me metió en la cabeza que me gustaría morirme conscientemente, que mi muerte fuera mi último acto de vida, morirme conscientemente y me puse a investigar ese asunto.

“Luego me cae este guion que es lo que quería, de algún modo este personaje está viviendo eso. A partir de ahí hicimos un trabajo de absoluta libertad, entendiendo que yo era ya el personaje, así que no necesitamos construir nada”, expresó el protagonista.

Griselda Siciliani, Ximena Lamadrid e Íker Sánchez Solano completan el elenco principal, mientras que Anna Terrazas estuvo a cargo del diseño de vestuario y Eugenio Caballero y en el cargo de diseñador de producción.

La historia no tiene un tiempo específico de narración, toma aspectos desde los años 40 hasta la actualidad.

“Esta película la abordé desde la melancolía y el humor, no desde la tristeza, sino de cómo nos vamos armando de nuestras memorias que van cambiando conforme pasa el tiempo.

“Siempre he dicho que no hay nadie más mexicano que el mexicano que deja el país, te haces más mexicano cuando lo dejas porque se te acumulan las ausencias, la presencia de tu país te hace más poderosa a través de esa ausencia de lo que añoras” sostuvo el cineasta de Amores Perros (2000).

El ganador de cuatro premios de la Academia por Carne y Arena (2017), El Renacido (2015), Birdman (2014) y Babel (2006) agradeció a su familia por el respaldo que le han dado a lo largo de su carrera y quienes fueron parte primordial para inspirarse en el desarrollo de los personajes cercanos al protagonista.

“Esta película me permite ir más allá de la realidad, no solo la que temo, imagino, fantaseo o necesito para sobrevivir y creo que el arte tiene fundamentos importantes. “El arte nos permite imaginarnos el mundo que no tenemos, puede ser una mierda, pero el arte nos permite construir el mundo que necesitamos internos y ese es el que me interesa”, aseguró.


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