Ya fuera en las instalaciones de algún medio informativo o en las calles, a pie, entrevistando a los protagonistas de la vida cotidiana de la Ciudad de México, a Cristina Pacheco invariablemente se le recuerda como una mujer apasionada y, sobre todo, abierta al diálogo. Su fallecimiento este 21 de diciembre, ha conmocionado a varios círculos sociales; sus colegas Juan Villloro y Javier Aranda comparten con El Sol de México el significado de su partida, así como la importancia de su labor para el periodismo mexicano.
“Cristina Pacheco fue testigo excepcional de la vida de la ciudad y una muy generosa entrevistadora. Hace apenas unos meses estuve en su programa y pude comprobar el cuidado con el que preparaba sus diálogos con los demás. Su presencia era tan continua y necesaria que la dábamos por sentada. El hueco que deja es enorme y nos obliga a aquilatar lo mucho que nos dio”, declaró a este diario el periodista y escritor Juan Villoro.
Por su parte, el periodista y conductor de televisión Javier Aranda, quien convivió con Cristina Pacheco en la redacción y pasillos del periódico La Jornada, del cual ambos fueron fundadores en 1984, expresa: “El legado de Cristina es la crónica de nuestros días, en distintos niveles. A través de su observar y escuchar a la gente común y escribir la historia de grandes creadores de todas las artes, logró un registro muy amplio, con muchas vertientes entre la alta cultura y la cultura popular, que difícilmente podremos encontrar en cualquier persona que se dedique al periodismo”.
De dichas vertientes quedan como pruebas sus programas en Canal Once “Aquí nos tocó vivir” y “Conversando con Cristina Pacheco”, así como en libros compilatorios de entrevistas. Uno de ellos es “La luz de México”, donde suma diversas conversaciones con pintores y fotógrafos, entre ellos Juan O’ Gorman, Rufino Tamayo y Vicente Rojo; otro es “Al pie de la letra”, en el que publicó sus charlas con escritores como Octavio Paz, Mario Benedetti, Jaime Sabines, Isabel Allende, Ángeles Mastretta y más.
“Ella fue un eslabón importante, sobre todo con sus entrevistas, entre la cultura popular y el medio artístico e intelectual. Tenía una facultad, como la de Elena Poniatowska, de contarnos cosas importantes de la gente común y cosas comunes de la gente importante. Es una labor que nos acercó a los grandes personajes y nos presentó a la gente ‘menuda’ para verla de otra manera. Todos tienen algo qué decirnos y qué aportar para informarnos del país y la cultura de la que formamos parte”, asegura Javier Aranda, conductor de Canal 22.
Con un tono que oscila entre el orgullo y la tristeza, Aranda recuerda la manera en que Cristina Pacheco tomaba del hombro a sus entrevistados —entre ellos él—, “como diciendo somos iguales, vamos a platicar… A ver cuéntame, ¿cuál es tu vida y a qué te dedicas?”. Luego, el locutor reflexiona sobre la partida de Cristina.
“Su partida representa una gran responsabilidad, sobre todo para los jóvenes, para seguir documentando con otras formas y desde foros distintos ese México que también vive en su cultura popular, que se expresa en regiones marginales.
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“Eso es lo que hacía Cristina Pacheco, que también debemos ver como ejemplo, acercarnos con la mirada curiosa y generosa, a esos otros Méxicos, que finalmente son los que mueven al país”, finaliza Javier Aranda, quien subraya que la “conversación”, y no el interrogatorio, fue el medio preferido de Cristina Pacheco para realizar su trabajo con la necesidad de escuchar para también ser escuchado y, sobre todo, aprender.
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