Entre 2009 y 2010, el cineasta Fernando Sariñana tomó la dirección del Canal Once y al iniciar su gestión, decidió despedir a Cristina Pacheco. El hecho para él significó el más grande error como director del canal, recuerda el crítico de televisión Roberto Rondero.
“Llega a un canal de televisión un cineasta cuya rama no es la suya y le cambió el logotipo a Once TV, pero el gran absurdo fue despedir a Cristina Pacheco, lo cual causó revuelo entre la comunidad politécnica y la propia audiencia del canal.
“Este gran absurdo en su carrera, aunque luego le restituyó su puesto y los espacios en pantalla, bien pudo causar su salida del canal Once como director general. Fue casi un mes después que la vuelve a llamar y ya de ahí, ella sumó otros 13 años a su trayectoria en el canal del IPN”, recordó Rondero.
El experto señala que uno de los momentos más difíciles en la carrera de la también escritora fue “protagonizar su retiro voluntario, qué duro para Cristina, porque no fue una decisión tomada por otra persona, sino por ella misma, y por motivos de salud; hizo lo correcto, para que su audiencia de más de 45 años, no viera una posible decadencia de su salud”, argumenta.
Cambio el paradigma en TV
Cristina Pacheco fue una mujer empoderada a lo largo de casi cinco décadas, porque “la televisión mexicana siempre ha sido machista y sexista y coloca en noticieros o programas periodísticos más hombres que mujeres”, agrega el experto.
Con su presencia, “se fue esa idea falsa de que la mujer sólo podía ser asistente inmediata del titular de un programa, ella no sólo conducía sus propios programas, también era la que ideaba las temáticas o el personaje a entrevistar, era responsable del contenido de cada emisión. Su presencia en la televisión mexicana como en su momento lo hicieron Talina Fernández o Lolita Ayala en el área de noticias, marca una etapa de cambio en la televisión mexicana”.
Su pérdida física, es irreparable, finaliza Roberto Rondero. “No existe una voz que llene ese hueco para programas de contenido periodístico, de contenido social o esa charla amena y de denuncia en la televisión. Las entrevistas inteligentes están desapareciendo. Son vacíos en la programación de la televisión que duran mucho para llenarse.
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“Cristina ocupaba el número uno en el registro de los programas más antiguos de la televisión con “Aquí nos tocó vivir” y “Conversando con… Cristina Pacheco”. Le dio voz al ciudadano de pie, al que sufre avatares por decisiones de las autoridades en su comunidad. Cristina le dio un poder a la voz pública, al quejoso que requería ser escuchado. Cristina fungió como periodista de oficio en sus programas, les dio micrófono abierto lo mismo a artesanos que escritores, todos eran relevantes”.
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