/ jueves 9 de julio de 2020

Mexicanos presentan sus novelas en Semana Negra de Gijón

Fritz Glockner es finalista del premio Rodolfo Walsh y Jorge Moch del Dashiell Hammet, el próximo viernes 10 de julio se conocerán a los ganadores

GIJÓN. México llegó a la Semana Negra de Gijón, norte español, con la participación de los escritores Fritz Glockner y Jorge Moch quienes son finalistas a los premios Rodolfo Walsh y Dashiell Hammet, respectivamente, de este certamen literario que hará el anuncio de los mismos el próximo viernes 10 de julio.

De manera virtual por las medidas sanitarias ante la pandemia del coronavirus y desde México, Fritz Glockner presentó su novela Los años heridos, con una exhaustiva investigación sobre los mecanismos de represión que el Estado mexicano ha usado contra los grupos opositores, especialmente la guerrilla, mientras que Moch hizo lo mismo con Orosucio, que retrata la cotidiana violencia en su país, esta vez dentro de las relaciones del Estado con asesinos a sueldo.

El Premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra de Gijón destaca la Mejor Obra Policíaca de No Ficción, mientras que el Premio Dashiell Hammett es un galardón auspiciado por la Asociación Internacional de Escritores Policíacos desde 1987, en honor al escritor estadounidense del mismo nombre para distinguir a la mejor novela policíaca escrita en español.

Glockner, también director de la red de librerías Educal en México lamentó no estar presencialmente en su Semana Negra número 30 y manifestó su satisfacción de ser finalista del premio Rodolfo Walsh con un trabajo enloquecedor al que le dedicó cerca de 30 años para narrar la historia soterrada, oculta, absolutamente silenciada de movimientos armados silenciosos en México y la represión salvaje del Estado mexicano.

Aseguró que aunque se conocen poco algunos datos, el primer desaparecido político en América Latina data de 1969 en México y el primer “vuelo de la muerte” no se dio en Argentina, como se ha pensado, sino en el país azteca.

Precisó que entre 1969 y 1978 cinco mil mexicanos fueron asesinados o desaparecidos en lo que es una historia no contada, que se había ocultado, principalmente por el Gobierno mexicano, “el cual se convertía en la panacea y en un ejemplo al recibir perseguidos por cuestiones ideológicas y políticas, pero jugaba un doble discurso, apoyaba a la izquierda de América Latina pero a la mexicana la reprimía con salvajismo”.

El propio padre de Glockner, Napoleón, forma parte de esa enorme lista de desaparecidos “pero esta no es la historia de mi padre, esa ya la escribí en Veinte de cobre: memoria de la clandestinidad, aquí he tratado de escribir la historia de los padres de a quienes llamo mis hermanos como Micaela Cabañas o Diego Lucero, en una narrativa sin caer en juicios ridículos y absurdos y sin la frialdad de un texto académico”.

Anotó que Los años heridos es producto de décadas de estar hurgando en archivos privados, particulares, en hemerografía, periódicos, revistas y entrevistas pues pudo hablar con el expresidente Luis Echeverría sobre este tema.

“A través de la palabra se pueden hacer muchos cambios, la palabra es la mejor manera de cambiar a los individuos y somos los individuos los que cambiamos al mundo”, dijo y agregó que “una sociedad que no reconoce su pasado está condenada a traer al presente pesadillas y lo que queremos traer son muchos sueños de esperanza”.

También de manera telemática, Jorge Moch presentó Orosucio, la tercera novela de una trilogía que inició con Sonrisa de gato y siguió con ¿Dónde estás, alacrán? y que en 2009 también fue presentado en la Semana de Novela Negra.

“Generalmente, me gusta mucho confundir al lector, pero ahora decidí irme a una narración lineal con mucho menos saltos temporales y mucho menos cambios de voz, me llena mucho que la hayan nominado, puse mucho oficio y mucha tenacidad”, aseveró.

Además, en conversación con el director de Contenidos del certamen literario, Ángel de la Calle, resaltó que “es un libro que escribí con espíritu de pisarle los calles a una recua de políticos corruptos, acomodaticios, dandys insoportables que tuvimos en el pasado, es una historia vengativa, en la que a esta gente le va mal”.

Asimismo, afirmó que buena parte de los personajes de Orosucio son reales, “sacados de mis experiencias de vida que han sido como una ruleta rusa”.


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GIJÓN. México llegó a la Semana Negra de Gijón, norte español, con la participación de los escritores Fritz Glockner y Jorge Moch quienes son finalistas a los premios Rodolfo Walsh y Dashiell Hammet, respectivamente, de este certamen literario que hará el anuncio de los mismos el próximo viernes 10 de julio.

De manera virtual por las medidas sanitarias ante la pandemia del coronavirus y desde México, Fritz Glockner presentó su novela Los años heridos, con una exhaustiva investigación sobre los mecanismos de represión que el Estado mexicano ha usado contra los grupos opositores, especialmente la guerrilla, mientras que Moch hizo lo mismo con Orosucio, que retrata la cotidiana violencia en su país, esta vez dentro de las relaciones del Estado con asesinos a sueldo.

El Premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra de Gijón destaca la Mejor Obra Policíaca de No Ficción, mientras que el Premio Dashiell Hammett es un galardón auspiciado por la Asociación Internacional de Escritores Policíacos desde 1987, en honor al escritor estadounidense del mismo nombre para distinguir a la mejor novela policíaca escrita en español.

Glockner, también director de la red de librerías Educal en México lamentó no estar presencialmente en su Semana Negra número 30 y manifestó su satisfacción de ser finalista del premio Rodolfo Walsh con un trabajo enloquecedor al que le dedicó cerca de 30 años para narrar la historia soterrada, oculta, absolutamente silenciada de movimientos armados silenciosos en México y la represión salvaje del Estado mexicano.

Aseguró que aunque se conocen poco algunos datos, el primer desaparecido político en América Latina data de 1969 en México y el primer “vuelo de la muerte” no se dio en Argentina, como se ha pensado, sino en el país azteca.

Precisó que entre 1969 y 1978 cinco mil mexicanos fueron asesinados o desaparecidos en lo que es una historia no contada, que se había ocultado, principalmente por el Gobierno mexicano, “el cual se convertía en la panacea y en un ejemplo al recibir perseguidos por cuestiones ideológicas y políticas, pero jugaba un doble discurso, apoyaba a la izquierda de América Latina pero a la mexicana la reprimía con salvajismo”.

El propio padre de Glockner, Napoleón, forma parte de esa enorme lista de desaparecidos “pero esta no es la historia de mi padre, esa ya la escribí en Veinte de cobre: memoria de la clandestinidad, aquí he tratado de escribir la historia de los padres de a quienes llamo mis hermanos como Micaela Cabañas o Diego Lucero, en una narrativa sin caer en juicios ridículos y absurdos y sin la frialdad de un texto académico”.

Anotó que Los años heridos es producto de décadas de estar hurgando en archivos privados, particulares, en hemerografía, periódicos, revistas y entrevistas pues pudo hablar con el expresidente Luis Echeverría sobre este tema.

“A través de la palabra se pueden hacer muchos cambios, la palabra es la mejor manera de cambiar a los individuos y somos los individuos los que cambiamos al mundo”, dijo y agregó que “una sociedad que no reconoce su pasado está condenada a traer al presente pesadillas y lo que queremos traer son muchos sueños de esperanza”.

También de manera telemática, Jorge Moch presentó Orosucio, la tercera novela de una trilogía que inició con Sonrisa de gato y siguió con ¿Dónde estás, alacrán? y que en 2009 también fue presentado en la Semana de Novela Negra.

“Generalmente, me gusta mucho confundir al lector, pero ahora decidí irme a una narración lineal con mucho menos saltos temporales y mucho menos cambios de voz, me llena mucho que la hayan nominado, puse mucho oficio y mucha tenacidad”, aseveró.

Además, en conversación con el director de Contenidos del certamen literario, Ángel de la Calle, resaltó que “es un libro que escribí con espíritu de pisarle los calles a una recua de políticos corruptos, acomodaticios, dandys insoportables que tuvimos en el pasado, es una historia vengativa, en la que a esta gente le va mal”.

Asimismo, afirmó que buena parte de los personajes de Orosucio son reales, “sacados de mis experiencias de vida que han sido como una ruleta rusa”.


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