En la tan anticipada carrera por la Presidencia de 2024, uno de los principales candidatos -y favorito para algunos- a suceder a Andrés Manuel López Obrador es el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, quien este martes confirmó sus intenciones de llegar a Palacio Nacional.
“Hay que agradecer al Presidente que nos tome en cuenta. Faltan dos años y medio. Dediquémonos a trabajar, seamos eficientes, respetemos a los demás, actuemos en función de eso. Seamos consistentes, perseverantes y leales. Y por supuesto que cuando eso llegue, estaremos preparados para participar, de acuerdo a las reglas”, dijo.
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Luego de tantos rumores, el canciller habló públicamente de querer ser el próximo candidato a la presidencia durante la conferencia mañanera, no sin antes dejar claro que no descuidará su trabajo frente a la Cancillería.
Pese a que Ebrard apunta a ser uno de los precandidatos presidenciales con mayor popularidad, tiene una polémica carrera en la función pública, desde estar ligado a grupos delincuenciales de la Ciudad de México, hasta ser señalado por la corrupción en la Línea 12 del Metro, que terminó con una estructura colapsada y 25 muertos la noche del pasado 3 de mayo.
La cuestionada L12
La Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, que conecta al Oriente de la capital con el surponiente, fue cuestionada desde sus inicios, ya que el plan inicial era que tuviera 23 estaciones a lo largo de 24 kilómetros y sería completamente subterránea con un presupuesto de 13 mil millones de pesos, lo que terminó siendo totalmente diferente: quedó en 20 estaciones con un tramo elevado y un costo de 26 mil millones de pesos.
La modificación fue cuestionada porque la construcción intervendría la avenida Tláhuac, la cual es angosta, y se preveía causaría caos vehicular en esa parte de la ciudad. Además, se expropiarían miles de construcciones y predios para poder llevar a cabo la construcción y, aunque hubo protestas, el diseño se mantuvo.
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La construcción, que inició en 2008 y estuvo a cargo de ICA-Carso-Alstom, tardó cuatro años y fue inaugurada el 30 de octubre de 2012, pero casi de inmediato presentó problemas debido a una mala construcción de la línea, una errónea elección en el tipo de trenes cuyas ruedas ocasionan un desgaste constante en las vías, así como malos materiales.
Tras terminar su periodo como jefe de Gobierno de la Ciudad de México en 2012, se destapó la corrupción que envolvió a la Línea Dorada del Metro. Tras el escándalo, Ebrard huyó de México y se autoexilió en Francia.
Ebrard regresó a México en 2017 para apoyar la candidatura del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador y tras la victoria fue nombrado secretario de Relaciones Exteriores.
Tras el derrumbe de la L12 Marcelo Ebrard expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y aseguró que estaría sujeto a lo que determinen las autoridades, pero afirmó que en este caso hay “muchas motivaciones de orden político”, por lo que aseguró “el que actúa con integridad no debe tener temor a nada”.
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Pero no ha sido la única vez que Marcelo Ebrard se ha visto envuelto en acusaciones de corrupción, también cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México, antes Distrito Federal, fue señalado por supuestamente permitir operar impunemente a grupos delincuenciales en la capital del país, lo que nunca fue comprobado y que incluso negó la presencia de cárteles de la droga.
Ante estos y otros escándalos, el funcionario tiene un difícil trabajo para que su nivel de popularidad entre los mexicanos crezca y sea uno de los favoritos para llegar a la boleta de las elecciones presidenciales de 2024.
