Expresa papa Francisco amargura por matrimonio de dos monjas

Jorge Sandoval | Corresponsal

  · domingo 9 de octubre de 2016

Aplica la visión de una Iglesia misericordiosa

CIUDAD DEL VATICANO. (OEM-Informex).- El Papa conciliador hacialos homosexuales evidenció amargura por la noticia de dosreligiosas que dejaron el convento para unirse en matrimonio civil,gracias a la ley que en Italia permite las uniones entre personasdel mismo sexo. “Cuánta tristeza en el rostro del Papa cuando leleí la noticia de las dos monjas esposas”, fue la revelacióndel sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede,monseñor Angelo Becciu. El matrimonio se celebró el pasado 28 deseptiembre en el municipio de Pinerolo, una localidad de la regiónpiamonte, en el norte del país.

Una de las esposas, Federica, es italiana y tiene 44 años, untítulo en filosofía y una vida entera transcurrida en lasmisiones de medio mundo. La otra esposa, Isabel, sudamericana de lamisma edad, siempre se ha dedicado a los pobres y a lostóxicodependientes, en Roma y en África.

El hecho de que Isabel en Italia aun no cuenta con un permiso deresidencia, indujo a acelerar las prácticas para la ceremonia, quefue oficiada por el alcalde de Pinerolo Luca Salvai, también paraevitar público y periodistas y tutelar así la privacidad de lasrecién casadas, que se enamoraron durante una misión en GuineaBissau. Una vez que constataron el sentimiento la una hacia laotra, tomaron la que definieron “una decisión difícil, pero noinfeliz”. De regreso en Italia efectuaron todas las practicasformales en el Vaticano para despojarse de los votos.

“Dios quiere que las personas sean felices, que vivan el amora la luz del día”, dijo Isabel. “Pedimos a nuestra Iglesia queacoja a todas las personas que se aman”, dijo a su vez Federica.Las dos recordaron la ya célebre respuesta que dio Francisco aquien le preguntó su opinión sobre los homosexuales y que diolugar a tantas ilaciones: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Estafrase –subrayaron-, “nos abrió el corazón y nos alentó ennuestra decisión”.

Las dos dijeron haber rechazado “un consejo que se escucha confrecuencia en los conventos, es decir, el de vivir juntas comohermanas, no decir nada a nadie y no provocar escándalos”.Federica e Isabel decidieron contrariamente, recordando que “haymuchos casos como éste: sacerdotes y religiosas que vivenclandestinamente sus relaciones como hombres y mujeres. Pero en elEvangelio –precisaron- “Jesús condena la hipocresía y no alos homosexuales y por eso decidimos dejar la vida religiosa einiciar un camino de libertad, fe y serenidad”.

Por otro lado, dejar el hábito religioso significa“encontrarse de un día para otro ante el problema de comer yencontrar un trabajo”, afirmaron las dos exmonjas, denunciandoque “quien sale del convento, en lugar de ser acompañado en sureincoporación a la sociedad, es abandonado”.

Isabel y Federica son por lo pronto ayudadas en su nueva vida, ysobre todo en el recorrido espiritual, por Franco Barbero, unsacerdote que celebra matrimonios homosexuales, motivo por el cualfue excomulgado en 2003. Sera él, en los próximos días, altérmino de un “camino” espiritual emprendido por la pareja,quien las unirá en matrimonio en un particular rito religioso,obviamente sin la autorización del Vaticano. Un rito en el que sebendice a la pareja y que será oficiado con los amigos de lacomunidad de Franco Barbero, que acoge y sigue de cerca a parejasgay y lesbianas.

“Yo me sigo sintiendo un sacerdote, amo a mi Iglesia y trabajocomo cura todo el día. Escribo libros, me ocupó de un ‘blog’,estoy en contacto con muchos sacerdotes que piensan como yo... Yfue precisamente a través de las redes sociales que conocítambién a Isabel y Federica y su historia de amor”.

TEMAS