/ domingo 18 de octubre de 2020

Celebridades llaman al voto en EU

Hollywood es un factor importante en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, ya sea impulsando a los votantes o apoyando directa y económicamente a los candidatos

En el país del showbiz, donde las estrellas de televisión pueden ganar elecciones y hasta ser presidentes, la Casa Blanca es el lugar ideal para convertirse en superhéroe de una nación. "Dinero, vanidad y poder", dijo hace no mucho Gastón Pavlovich, el exdirectivo de Pemex que después se convirtió en la mano derecha de Martin Scorsese, para referirse a los tres pecados que unen al espectáculo y a la política en Estados Unidos.

En el siglo XIX, Alexis de Tocqueville auguró que la estadounidense sería la “democracia ideal” por su diversidad de ideas y su juventud con respecto a los sistemas europeos. Los debates entre Donald Trump y Joe Biden rumbo a las elecciones presidenciales son exactamente lo contrario a lo que predijo el pensador francés.

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Entre ataques personales, discusiones llanas y chismes mediáticos, los debates electorales de Estados Unidos se han convertido en la comidilla de los programas de farándula, muy lejos de la sustancia democrática que caracteriza al país que ostenta ser la tierra de la libertad.

“La televisión y el cine son las principales industrias de Estados Unidos. La narrativa que se ha generado en esas áreas del entretenimiento ha permeado tanto en la sociedad que la forma de hacer política también se ha convertido en un espectáculo. Y esto es un fenómeno que viene desde que Ronald Reagan llegó a la presidencia, pero con Trump ha llegado a su punto culminante”, asegura en entrevista Luis Antonio Espino, experto en comunicación política del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

En los últimos 40 años, Estados Unidos ha desarrollado una relación muy estrecha entre la política y el espectáculo. Prueba de ello que es que dos showman han llegado a la Casa Blanca: Ronald Reagan (1981-1989) y Donald Trump (2016-Actual). Eso sin contar a Arnold Schwarzenegger como gobernador de California (2003-2011), a Clint Eastwood como funcionario público de ese mismo estado, a Sherley Temple como diplomática del Partido Republicano y a Cynthia Nixon (protagonista de Sex and the City) como candidata a la gubernatura de Nueva York en 2018.

En el libro La presidencia retórica, se describe muy bien de qué manera los presidentes de Estados Unidos, desde que son candidatos, construyen su propia historia al más puro estilo de Hollywood.

Primero, dice Espino, se presentan como ciudadanos comunes que, contra todo pronóstico, llegan a la cima del éxito para dirigir a un país. “Es lo mismo que sucede con los superhéroes de las películas, que no son otra cosa que el americano promedio que lucha contra las adversidades, sale adelante y salva al país. A un gran porcentaje de los estadounidenses todavía les gusta creer en la idea de que son excepcionales y de que su país es la única región donde los sueños se hacen realidad. La narrativa del ciudadano común que llega a la cima es la misma que han manejado casi todos los últimos presidentes de Estados Unidos. A algunos les ha salido muy bien, como a Obama, y a otros no tanto, como a Clinton. A Trump le funcionó como candidato; como presidente, ya no tanto”, afirma el exdirector adjunto de discursos de la Presidencia de la República.

La televisión y las redes al ataque

Como cada cuatro años, los programas de televisión y las redes sociales se vuelven un centro de discusión rumbo a las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Este año no ha sido la excepción. Los famosos son una pieza clave para mantener activa la maquinaria electoral.

Hollywood tiene una tendencia de apoyo a los candidatos Demócratas. Este 2020, personalidades como Tom Hanks, Taylor Swift, Madonna, Leonardo DiCaprio, Billie Eilish, George Clooney o Justin Timberlake han expresado su apoyo abierto a Joe Biden.

Foto: AFP

Algunas incluso han apoyado económicamente para la campaña de quien fuera el Vicepresidente de Barack Obama, como es el caso de Tom Hanks. Y no es extraña la relación de Biden con Hollwood, pues incluso en 2016 el ahora candidato apareció como invitado en la entrega del Oscar, donde presentó a Lady Gaga como parte de un musical contra el bullying y el acoso sexual.

A través de Twitter o Instagram, personalidades han mostrado su simpatía por los candidatos. Jennifer Aniston es una de las más populares y desde su cuenta de Instagram seguida por 35 millones de personas apoya a Joe Biden. Lo propio han hecho Eva Longoria o Cardi B, quien además de compartir mensajes en redes, ha realizado actos virtuales con el candidato demócrata.

Las redes sociales de los famosos también se han vuelto el ring ideal para realizar una campaña contra Donald Trump. Taylor Swift, que en Twitter supera los 87 millones de seguidores, ha criticado al mandatario por sus decisiones políticas. La misma cantidad de followers tiene Rihanna, quien ha compartido imágenes con la leyenda "Fuck Trump". Otras figuras como Shakira, ha señalado al presidente por su falta de empatía, en sus redes que superan los 50 millones de seguidores.

De manera indirecta, Trump ha generado una campaña negativa con figuras del espectáculo. Los Rolling Stones marcaron raya cuando el candidato republicano comenzó a utilizar sus canciones durante sus campañas. Lo mismo ocurrió con Aerosmith, Brandon Urie de Panic! at the Disco, la familia de Prince y la de Tom Petty, que solicitaron quitar su música de los actos políticos de Trump.

Son menos las figuras de Hollywood que apoyan el terreno republicano, en este caso la campaña de Donald Trump. Quizá el más sonado sea Kanye West, quien más allá de sus intenciones por lanzarse como candidato presidencial, ha expresado su apoyo al actual mandatario de los Estados Unidos.

Quien se ha expresado como un republicano de toda la vida es Clint Eastwood. Sin embargo, el actor y director ganador del Oscar se ha mantenido crítico ante el trabajo de Donald Trump, aunque también declaró su apoyo a muchas de las decisiones que ha tomado.

Joy Villa, cantante afroamericana, ha desfilado por la alfombra roja de premios como el Grammy, portando un vestido con el que muestra su apoyo a Trump. Mismo caso ocurrió con el cantante Ricky Rebel, quien este año pasó por la pasarela previa al Grammy con una chamarra con el sello de Trump y la frase: “Keep America Great”.

Pero no todo se resume en redes sociales. La televisión es el centro de atención cuando para hablar de política se trata. Saturday night live se ha vuelto el programa estrella donde es posible criticar a Donald Trump, pero también hablar sobre los dichos y hechos que han ocurrido en los debates presidenciales.

Desde que Donald Tump era candidato en las elecciones de 2016, Alec Baldwin lo ha imitado. Su trabajo fue tan bien recibido que desde hace cuatro años sigue haciendo el personaje para Saturday night live. Ahora como parte de los debates electorales alguien tenía que caracterizar a Joe Biden, y elegido fue Jim Carrey, quien regresó a la comedia para realizar este papel y enfrentarse en la batalla cómica de los debates presidenciales. Con información de Adolfo López.



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Deezer

En el país del showbiz, donde las estrellas de televisión pueden ganar elecciones y hasta ser presidentes, la Casa Blanca es el lugar ideal para convertirse en superhéroe de una nación. "Dinero, vanidad y poder", dijo hace no mucho Gastón Pavlovich, el exdirectivo de Pemex que después se convirtió en la mano derecha de Martin Scorsese, para referirse a los tres pecados que unen al espectáculo y a la política en Estados Unidos.

En el siglo XIX, Alexis de Tocqueville auguró que la estadounidense sería la “democracia ideal” por su diversidad de ideas y su juventud con respecto a los sistemas europeos. Los debates entre Donald Trump y Joe Biden rumbo a las elecciones presidenciales son exactamente lo contrario a lo que predijo el pensador francés.

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Entre ataques personales, discusiones llanas y chismes mediáticos, los debates electorales de Estados Unidos se han convertido en la comidilla de los programas de farándula, muy lejos de la sustancia democrática que caracteriza al país que ostenta ser la tierra de la libertad.

“La televisión y el cine son las principales industrias de Estados Unidos. La narrativa que se ha generado en esas áreas del entretenimiento ha permeado tanto en la sociedad que la forma de hacer política también se ha convertido en un espectáculo. Y esto es un fenómeno que viene desde que Ronald Reagan llegó a la presidencia, pero con Trump ha llegado a su punto culminante”, asegura en entrevista Luis Antonio Espino, experto en comunicación política del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

En los últimos 40 años, Estados Unidos ha desarrollado una relación muy estrecha entre la política y el espectáculo. Prueba de ello que es que dos showman han llegado a la Casa Blanca: Ronald Reagan (1981-1989) y Donald Trump (2016-Actual). Eso sin contar a Arnold Schwarzenegger como gobernador de California (2003-2011), a Clint Eastwood como funcionario público de ese mismo estado, a Sherley Temple como diplomática del Partido Republicano y a Cynthia Nixon (protagonista de Sex and the City) como candidata a la gubernatura de Nueva York en 2018.

En el libro La presidencia retórica, se describe muy bien de qué manera los presidentes de Estados Unidos, desde que son candidatos, construyen su propia historia al más puro estilo de Hollywood.

Primero, dice Espino, se presentan como ciudadanos comunes que, contra todo pronóstico, llegan a la cima del éxito para dirigir a un país. “Es lo mismo que sucede con los superhéroes de las películas, que no son otra cosa que el americano promedio que lucha contra las adversidades, sale adelante y salva al país. A un gran porcentaje de los estadounidenses todavía les gusta creer en la idea de que son excepcionales y de que su país es la única región donde los sueños se hacen realidad. La narrativa del ciudadano común que llega a la cima es la misma que han manejado casi todos los últimos presidentes de Estados Unidos. A algunos les ha salido muy bien, como a Obama, y a otros no tanto, como a Clinton. A Trump le funcionó como candidato; como presidente, ya no tanto”, afirma el exdirector adjunto de discursos de la Presidencia de la República.

La televisión y las redes al ataque

Como cada cuatro años, los programas de televisión y las redes sociales se vuelven un centro de discusión rumbo a las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Este año no ha sido la excepción. Los famosos son una pieza clave para mantener activa la maquinaria electoral.

Hollywood tiene una tendencia de apoyo a los candidatos Demócratas. Este 2020, personalidades como Tom Hanks, Taylor Swift, Madonna, Leonardo DiCaprio, Billie Eilish, George Clooney o Justin Timberlake han expresado su apoyo abierto a Joe Biden.

Foto: AFP

Algunas incluso han apoyado económicamente para la campaña de quien fuera el Vicepresidente de Barack Obama, como es el caso de Tom Hanks. Y no es extraña la relación de Biden con Hollwood, pues incluso en 2016 el ahora candidato apareció como invitado en la entrega del Oscar, donde presentó a Lady Gaga como parte de un musical contra el bullying y el acoso sexual.

A través de Twitter o Instagram, personalidades han mostrado su simpatía por los candidatos. Jennifer Aniston es una de las más populares y desde su cuenta de Instagram seguida por 35 millones de personas apoya a Joe Biden. Lo propio han hecho Eva Longoria o Cardi B, quien además de compartir mensajes en redes, ha realizado actos virtuales con el candidato demócrata.

Las redes sociales de los famosos también se han vuelto el ring ideal para realizar una campaña contra Donald Trump. Taylor Swift, que en Twitter supera los 87 millones de seguidores, ha criticado al mandatario por sus decisiones políticas. La misma cantidad de followers tiene Rihanna, quien ha compartido imágenes con la leyenda "Fuck Trump". Otras figuras como Shakira, ha señalado al presidente por su falta de empatía, en sus redes que superan los 50 millones de seguidores.

De manera indirecta, Trump ha generado una campaña negativa con figuras del espectáculo. Los Rolling Stones marcaron raya cuando el candidato republicano comenzó a utilizar sus canciones durante sus campañas. Lo mismo ocurrió con Aerosmith, Brandon Urie de Panic! at the Disco, la familia de Prince y la de Tom Petty, que solicitaron quitar su música de los actos políticos de Trump.

Son menos las figuras de Hollywood que apoyan el terreno republicano, en este caso la campaña de Donald Trump. Quizá el más sonado sea Kanye West, quien más allá de sus intenciones por lanzarse como candidato presidencial, ha expresado su apoyo al actual mandatario de los Estados Unidos.

Quien se ha expresado como un republicano de toda la vida es Clint Eastwood. Sin embargo, el actor y director ganador del Oscar se ha mantenido crítico ante el trabajo de Donald Trump, aunque también declaró su apoyo a muchas de las decisiones que ha tomado.

Joy Villa, cantante afroamericana, ha desfilado por la alfombra roja de premios como el Grammy, portando un vestido con el que muestra su apoyo a Trump. Mismo caso ocurrió con el cantante Ricky Rebel, quien este año pasó por la pasarela previa al Grammy con una chamarra con el sello de Trump y la frase: “Keep America Great”.

Pero no todo se resume en redes sociales. La televisión es el centro de atención cuando para hablar de política se trata. Saturday night live se ha vuelto el programa estrella donde es posible criticar a Donald Trump, pero también hablar sobre los dichos y hechos que han ocurrido en los debates presidenciales.

Desde que Donald Tump era candidato en las elecciones de 2016, Alec Baldwin lo ha imitado. Su trabajo fue tan bien recibido que desde hace cuatro años sigue haciendo el personaje para Saturday night live. Ahora como parte de los debates electorales alguien tenía que caracterizar a Joe Biden, y elegido fue Jim Carrey, quien regresó a la comedia para realizar este papel y enfrentarse en la batalla cómica de los debates presidenciales. Con información de Adolfo López.



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