/ martes 21 de mayo de 2024

76 aniversario de la nakba del pueblo palestino

Por Roberto Viesca

En mayo de 1948 ocurrió uno de los episodios más oscuros del mundo árabe, casi un año después de la resolución 181 II que imponía un plan de partición territorial para crear el Estado de Israel. La división entre judíos y árabes (primos semitas) provocó un cruento suceso que significaría la expulsión de 700 mil palestinos de sus tierras y la destrucción de entre 400 y 600 poblaciones. A este acontecimiento se le conoce como Nakba o catástrofe.

La victoria israelí en la guerra con los países vecinos árabes, instauro un repliegue poblacional palestino hacia la Franja de Gaza (conocida como la mayor cárcel del mundo a cielo abierto) y a Cisjordania. Cientos de poblaciones palestinas fueron sustituidas por los 350 kibutz que no hizo más que acelerarse por la expansión territorial israelí (entre ellos el Plan Dalet), y del triunfo del ejército israelí en el Yom Kipur (Día del Perdón) en 1967.

A partir de este momento, la Nakba ha significado que 5.9 millones de personas busquen refugio por todo Oriente Medio (principalmente en Siria, Líbano y Jordania) negándoles el derecho de retorno y amurallando desde el 2002 a la Franja de Gaza con control extremo del ejército israelí de cualquier suministro donado desde el exterior.

A partir del 7 de octubre de 2023 y aún más, a causa de los bombardeos en Rafah el fin de semana pasado, la idea de una nueva Nakba resurge en el colectivo consciente de la población palestina, engrosando nuevamente los campos de refugiados con casi 350 mil refugiados y poco más de 35 mil muertos. Este conflicto ha obligado a casi 1.7 millones de desplazados (tres cuartas partes de la población palestina en Gaza) a buscar nuevo hogar, es decir, casi el doble de desplazados que en 1948.

Para poder dimensionar los efectos de este conflicto, Naciones Unidas ha estimado que sería hasta 2040 cuando se pueda reconstruir las casas por completo. Es menester hacer la observación que criticar al Estado de Israel por estas ofensivas militares hacia el pueblo palestino con la justificación de que cualquiera pudiera ser miembro de Hamas (si, hasta han acusado a niños y bebés) no es síntoma de antisemitismo (hay que recordar que los pueblos semitas también son los sirios, asirios, árabes, cananeos, etc) ni antijudaísmo (acusar, por ejemplo, a todos los musulmanes o árabes de terroristas, si es un síntoma de islamofobia).

Recordemos que Israel es el único país de Oriente Medio que tiene poder nuclear y que han incluso, pensado en arrojarlas en Gaza. Recordemos que Israel tiene el apoyo de la industria militar estadunidense y de la OTAN en su defecto y que el pueblo palestino está solo ante el rechazo del gobierno egipcio y jordano. Se vive un aniquilamiento de un grupo específico y hay que señalarlo.

Por Roberto Viesca

En mayo de 1948 ocurrió uno de los episodios más oscuros del mundo árabe, casi un año después de la resolución 181 II que imponía un plan de partición territorial para crear el Estado de Israel. La división entre judíos y árabes (primos semitas) provocó un cruento suceso que significaría la expulsión de 700 mil palestinos de sus tierras y la destrucción de entre 400 y 600 poblaciones. A este acontecimiento se le conoce como Nakba o catástrofe.

La victoria israelí en la guerra con los países vecinos árabes, instauro un repliegue poblacional palestino hacia la Franja de Gaza (conocida como la mayor cárcel del mundo a cielo abierto) y a Cisjordania. Cientos de poblaciones palestinas fueron sustituidas por los 350 kibutz que no hizo más que acelerarse por la expansión territorial israelí (entre ellos el Plan Dalet), y del triunfo del ejército israelí en el Yom Kipur (Día del Perdón) en 1967.

A partir de este momento, la Nakba ha significado que 5.9 millones de personas busquen refugio por todo Oriente Medio (principalmente en Siria, Líbano y Jordania) negándoles el derecho de retorno y amurallando desde el 2002 a la Franja de Gaza con control extremo del ejército israelí de cualquier suministro donado desde el exterior.

A partir del 7 de octubre de 2023 y aún más, a causa de los bombardeos en Rafah el fin de semana pasado, la idea de una nueva Nakba resurge en el colectivo consciente de la población palestina, engrosando nuevamente los campos de refugiados con casi 350 mil refugiados y poco más de 35 mil muertos. Este conflicto ha obligado a casi 1.7 millones de desplazados (tres cuartas partes de la población palestina en Gaza) a buscar nuevo hogar, es decir, casi el doble de desplazados que en 1948.

Para poder dimensionar los efectos de este conflicto, Naciones Unidas ha estimado que sería hasta 2040 cuando se pueda reconstruir las casas por completo. Es menester hacer la observación que criticar al Estado de Israel por estas ofensivas militares hacia el pueblo palestino con la justificación de que cualquiera pudiera ser miembro de Hamas (si, hasta han acusado a niños y bebés) no es síntoma de antisemitismo (hay que recordar que los pueblos semitas también son los sirios, asirios, árabes, cananeos, etc) ni antijudaísmo (acusar, por ejemplo, a todos los musulmanes o árabes de terroristas, si es un síntoma de islamofobia).

Recordemos que Israel es el único país de Oriente Medio que tiene poder nuclear y que han incluso, pensado en arrojarlas en Gaza. Recordemos que Israel tiene el apoyo de la industria militar estadunidense y de la OTAN en su defecto y que el pueblo palestino está solo ante el rechazo del gobierno egipcio y jordano. Se vive un aniquilamiento de un grupo específico y hay que señalarlo.