/ sábado 1 de septiembre de 2018

Antigua Fundidora Ávalos: arsénico, plomo, cadmio... hasta en los tinacos


“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla,

mientras el ser humano no la escucha.”

Víctor Hugo


Hace un poco más de 110 años en lo que es hoy la ciudad de Chihuahua, existía un latifundio propiedad del General Don Luis Terrazas. En 1905 el gobernador de aquel entonces Enrique C. Creel le otorgó exención de impuestos por 20 años al representante de la empresa ASARCO, que formaba parte de un monopolio norteamericano, a fin de establecer una fundidora en ese lugar.

El terreno donde se estableció la fundidora, tenía una superficie de más de 475 hectáreas y fue cedida gratuitamente por el General Terrazas. Es decir, la empresa norteamericana recibió los terrenos gratuitamente y funcionó exenta de impuestos durante muchos años. Curiosamente las tiendas de raya donde adquirían sus bienes indispensables todos los obreros, pertenecían al hijo del General Terrazas.

A lo largo de los años, esta fundidora que llegó a ser propiedad del “Grupo México” fue de las más grandes del mundo, sin embargo, fue también la que tenía los salarios más bajos del orbe, lo que se tradujo en huelgas, despidos masivos, crisis laborales, enfermedades profesionales con largos etcéteras.

Después del cierre de la empresa por “Grupo México”, el gobierno del Estado de Chihuahua adquirió las hectáreas pertenecientes al predio donde se localizaban las instalaciones de la Fundidora Ávalos.

Es el caso que la empresa que explotaba la fundición, dejó muchísimas hectáreas contaminadas con escorias con plomo, cadmio, zinc y arsénico, entre otros metales pesados peligrosos. El agua que pasa por la zona contiene estos contaminantes y desemboca en el río Chuvíscar, mismo que atraviesa la ciudad completa contaminando a su vez otros mantos freáticos.

Desde el año 2012 expertos advirtieron la situación que podría implicar la contaminación generada en el lugar, en dicho estudio, varios especialistas han recomendado la reubicación de la población de la zona ya que los metales encontrados ahí, tienen alto riesgo en desarrollar trastornos neurológicos, saturnismo, sangrados, manchas en la piel e incluso cáncer en niños.

Los vientos coadyuvan a dispersar esta contaminación y la han llevado hasta los tinacos y alimentos de los vecinos, es lamentable que hasta el momento no han habido acciones por parte de las autoridades para darse a la tarea titánica de remediar el suelo, es decir, descontaminarlo antes de hacer cualquier proyecto de desarrollo. Permanecen verdaderas montañas de escoria a escasos metros de escuelas, clínicas, centros recreativos, ferias, centros de abasto, viviendas, un estadio, jardines botánicos, oficinas gubernamentales.

Se debe declarar la emergencia y alejar a la población que está cerca de los puntos de contaminación; se debe remediar urgentemente el suelo para que no se siga contaminando el medio ambiente y los mantos freáticos y una vez certificada la remediación correspondiente por empresas especializadas, seguir con el desarrollo de esta parte de la ciudad.

Las secretarías de salud federal y local deberían de inmediato, hacer un cerco sanitario para revisar a toda la población con análisis específicos para determinar qué tratamientos deben darle a quienes han sufrido en su salud la contaminación por este hecho.

Una parte del desarrollo habitacional fue suspendido por la propia PROFEPA, por los hechos explicados anteriormente, más tarde lo invadieron habitantes Tarahumaras, “Rarámuris”, a nadie le ha importado que se estén enfermos.

Basta con que los amables lectores tecleen en Google Satelital: Antigua Fundidora Ávalos para que observen por sí mismos de lo que les hablo.



“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla,

mientras el ser humano no la escucha.”

Víctor Hugo


Hace un poco más de 110 años en lo que es hoy la ciudad de Chihuahua, existía un latifundio propiedad del General Don Luis Terrazas. En 1905 el gobernador de aquel entonces Enrique C. Creel le otorgó exención de impuestos por 20 años al representante de la empresa ASARCO, que formaba parte de un monopolio norteamericano, a fin de establecer una fundidora en ese lugar.

El terreno donde se estableció la fundidora, tenía una superficie de más de 475 hectáreas y fue cedida gratuitamente por el General Terrazas. Es decir, la empresa norteamericana recibió los terrenos gratuitamente y funcionó exenta de impuestos durante muchos años. Curiosamente las tiendas de raya donde adquirían sus bienes indispensables todos los obreros, pertenecían al hijo del General Terrazas.

A lo largo de los años, esta fundidora que llegó a ser propiedad del “Grupo México” fue de las más grandes del mundo, sin embargo, fue también la que tenía los salarios más bajos del orbe, lo que se tradujo en huelgas, despidos masivos, crisis laborales, enfermedades profesionales con largos etcéteras.

Después del cierre de la empresa por “Grupo México”, el gobierno del Estado de Chihuahua adquirió las hectáreas pertenecientes al predio donde se localizaban las instalaciones de la Fundidora Ávalos.

Es el caso que la empresa que explotaba la fundición, dejó muchísimas hectáreas contaminadas con escorias con plomo, cadmio, zinc y arsénico, entre otros metales pesados peligrosos. El agua que pasa por la zona contiene estos contaminantes y desemboca en el río Chuvíscar, mismo que atraviesa la ciudad completa contaminando a su vez otros mantos freáticos.

Desde el año 2012 expertos advirtieron la situación que podría implicar la contaminación generada en el lugar, en dicho estudio, varios especialistas han recomendado la reubicación de la población de la zona ya que los metales encontrados ahí, tienen alto riesgo en desarrollar trastornos neurológicos, saturnismo, sangrados, manchas en la piel e incluso cáncer en niños.

Los vientos coadyuvan a dispersar esta contaminación y la han llevado hasta los tinacos y alimentos de los vecinos, es lamentable que hasta el momento no han habido acciones por parte de las autoridades para darse a la tarea titánica de remediar el suelo, es decir, descontaminarlo antes de hacer cualquier proyecto de desarrollo. Permanecen verdaderas montañas de escoria a escasos metros de escuelas, clínicas, centros recreativos, ferias, centros de abasto, viviendas, un estadio, jardines botánicos, oficinas gubernamentales.

Se debe declarar la emergencia y alejar a la población que está cerca de los puntos de contaminación; se debe remediar urgentemente el suelo para que no se siga contaminando el medio ambiente y los mantos freáticos y una vez certificada la remediación correspondiente por empresas especializadas, seguir con el desarrollo de esta parte de la ciudad.

Las secretarías de salud federal y local deberían de inmediato, hacer un cerco sanitario para revisar a toda la población con análisis específicos para determinar qué tratamientos deben darle a quienes han sufrido en su salud la contaminación por este hecho.

Una parte del desarrollo habitacional fue suspendido por la propia PROFEPA, por los hechos explicados anteriormente, más tarde lo invadieron habitantes Tarahumaras, “Rarámuris”, a nadie le ha importado que se estén enfermos.

Basta con que los amables lectores tecleen en Google Satelital: Antigua Fundidora Ávalos para que observen por sí mismos de lo que les hablo.


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