/ martes 1 de agosto de 2023

Barbie en el mundo real

Por Constanza García Gentil

Después de su segundo fin de semana en los cines, Barbie ha recaudado casi 775MDD en todo el mundo, lo que la convierte en una de las películas más taquilleras del año. Más allá del alcance y éxito monetario de la película, la conversación que ha venido generando en las redes sociales desde antes de su lanzamiento es digna de analizar.

Muchas veces decimos que los productos culturales están adelantados a su época. Que el mensaje que traen es muy complejo para que la sociedad a quienes se los presentan lo entiendan. Bueno, a pesar de que considero que la manera de entregar el mensaje por parte de la directora Greta Gerwig es magnífica, no creo que esté adelantada. Pienso que está completamente a tiempo, que es totalmente pertinente. El mensaje que entrega es uno que se ha repetido en distintas instancias y de diferentes maneras, solo que seguimos sin entenderlo y, lo que es peor, sin considerarlo. Es por eso que el saber entregar este mensaje de hartazgo, desánimo y, principalmente, deseo por un cambio en un vehículo de distribución masiva y con una estrategia altamente comercial (la producción de la película gastó 150MDD de dólares en la estrategia de marketing, superando por 5MDD el presupuesto de la misma película) es un logro admirable.

Barbie es un gran acierto en múltiples aspectos, pero uno de los más importantes es que -si se comprende de verdad- la película critica al patriarcado, no a los hombres. La película es claramente pro-mujeres, pero también es pro-hombres. La historia expone de manera sencilla y a la vez dura la dificultad que implica cumplir con las expectativas que las mujeres tienen en nuestra sociedad. Al mismo tiempo, expone las limitaciones que los hombres tienen en este sistema y cómo, a pesar de que el patriarcado ha hecho a los hombres los grandes ganadores, lo ha hecho a un precio muy caro. Es por eso que la gran figura masculina dentro de la película no es Ken, sino Allan. Después de que visita el mundo real, Ken representa la masculinización idealizada que aprisiona a los hombres. Allan cumple con muchas de las características “tradicionales” de la masculinidad como proteger a las mujeres y defender a su comunidad, al mismo tiempo que es capaz de pensar de manera independiente y no conformarse a las expectativas que el patriarcado le asigna. El gran logro del papel de Allan coincide con nada más y nada menos que el objetivo de deshacernos del patriarcado: que todos los hombres puedan ser el hombre que desean ser y no el que la sociedad espera que sean. Considero que esto ha hecho mucho más por los hombres que muchas películas únicamente pensadas para ellos.

Otro de los grandes aciertos de la película (y que al mismo tiempo se volvió un fenómeno social) es el abrazar la feminidad. En incontables películas de la generación millennial que creció jugando con Barbie, las cualidades estereotípicamente femeninas han sido vistas como negativas. En la película, Barbieland exalta las cosas que asociamos con la feminidad: rosa, suavidad, amistad. Y ese fenómeno se ha extendido a nuestra sociedad a través de Barbie, en el que miles de mujeres llenando las salas de cine vestidas de rosa alrededor del mundo son capaces de disfrutar las cosas que les gustan sin preocuparse por cómo eso las hace ver.

Barbie es un enorme acierto porque el mensaje de la muñeca “sé lo que quieras ser” coincide con el mensaje del feminismo en sí: un mensaje de liberación para hombres y mujeres cuyo enemigo no es la masculinidad, sino un sistema tóxico que nos oprime y limita nuestros alcances como individuos.

Por Constanza García Gentil

Después de su segundo fin de semana en los cines, Barbie ha recaudado casi 775MDD en todo el mundo, lo que la convierte en una de las películas más taquilleras del año. Más allá del alcance y éxito monetario de la película, la conversación que ha venido generando en las redes sociales desde antes de su lanzamiento es digna de analizar.

Muchas veces decimos que los productos culturales están adelantados a su época. Que el mensaje que traen es muy complejo para que la sociedad a quienes se los presentan lo entiendan. Bueno, a pesar de que considero que la manera de entregar el mensaje por parte de la directora Greta Gerwig es magnífica, no creo que esté adelantada. Pienso que está completamente a tiempo, que es totalmente pertinente. El mensaje que entrega es uno que se ha repetido en distintas instancias y de diferentes maneras, solo que seguimos sin entenderlo y, lo que es peor, sin considerarlo. Es por eso que el saber entregar este mensaje de hartazgo, desánimo y, principalmente, deseo por un cambio en un vehículo de distribución masiva y con una estrategia altamente comercial (la producción de la película gastó 150MDD de dólares en la estrategia de marketing, superando por 5MDD el presupuesto de la misma película) es un logro admirable.

Barbie es un gran acierto en múltiples aspectos, pero uno de los más importantes es que -si se comprende de verdad- la película critica al patriarcado, no a los hombres. La película es claramente pro-mujeres, pero también es pro-hombres. La historia expone de manera sencilla y a la vez dura la dificultad que implica cumplir con las expectativas que las mujeres tienen en nuestra sociedad. Al mismo tiempo, expone las limitaciones que los hombres tienen en este sistema y cómo, a pesar de que el patriarcado ha hecho a los hombres los grandes ganadores, lo ha hecho a un precio muy caro. Es por eso que la gran figura masculina dentro de la película no es Ken, sino Allan. Después de que visita el mundo real, Ken representa la masculinización idealizada que aprisiona a los hombres. Allan cumple con muchas de las características “tradicionales” de la masculinidad como proteger a las mujeres y defender a su comunidad, al mismo tiempo que es capaz de pensar de manera independiente y no conformarse a las expectativas que el patriarcado le asigna. El gran logro del papel de Allan coincide con nada más y nada menos que el objetivo de deshacernos del patriarcado: que todos los hombres puedan ser el hombre que desean ser y no el que la sociedad espera que sean. Considero que esto ha hecho mucho más por los hombres que muchas películas únicamente pensadas para ellos.

Otro de los grandes aciertos de la película (y que al mismo tiempo se volvió un fenómeno social) es el abrazar la feminidad. En incontables películas de la generación millennial que creció jugando con Barbie, las cualidades estereotípicamente femeninas han sido vistas como negativas. En la película, Barbieland exalta las cosas que asociamos con la feminidad: rosa, suavidad, amistad. Y ese fenómeno se ha extendido a nuestra sociedad a través de Barbie, en el que miles de mujeres llenando las salas de cine vestidas de rosa alrededor del mundo son capaces de disfrutar las cosas que les gustan sin preocuparse por cómo eso las hace ver.

Barbie es un enorme acierto porque el mensaje de la muñeca “sé lo que quieras ser” coincide con el mensaje del feminismo en sí: un mensaje de liberación para hombres y mujeres cuyo enemigo no es la masculinidad, sino un sistema tóxico que nos oprime y limita nuestros alcances como individuos.