Los periplos y las peripecias
Todos conocemos a alguien que le gusta siempre “andarse con rodeos”. Muchos políticos —demasiados, por desgracia— tienden a darle vueltas al asunto, echarse el rollo mareador para la audiencia. Claro, si por algo bien dicen que: “Si no puedes convencerlos, ¡confúndelos!”
Nunca falta el personaje —si usted quiere seguimos diciendo que se trata de un político, pero conste que yo no fui— al que le encanta hablar mucho pero que en realidad no dice nada, o al menos algo que pueda entenderse. “Compatriotas, antes de empezar hablar, permítanme decir unas palabras…” dice. Luego sigue el individuo: “Debemos considerar el devenir histórico de nuestro pueblo, porque existen momentos decisivos en que se presenta la impostergable necesidad de yuxtaponer bregas y dedicar nuestros ínclitos esfuerzos en mantener incólume e impoluto ese sagrado patrimonio de las masas populares que es el derecho de expresarse según su idiosincrasia… ¿Cómo dijo?
Alguien dirá: “Pues yo creo que el señor está hablando muy bien porque no le entendí ‘ni maiz’…”.
Por alguna razón, a las personas en cuestión les encanta usar las famosas “palabras domingueras”, esas que sí existen pero que realmente poca gente conoce sus significados, por lo que resultaría más conveniente elegir el uso de otra palabra más conocida, con el fin de favorecer a la comunicación, sobre todo si el que habla se está dirigiendo a un auditorio amplio.
Y si de andarse con rodeos se trata —o sea “andar alrededor” del asunto— resulta que existe el prefijo peri- que precisamente eso significa: “alrededor” y de ella nos llegan muchísimas palabras. ¿Cómo cuáles? Por ejemplo, el perímetro que es la medida del rededor de una figura, de su contorno; o bien, las peripecias, que son situaciones imprevistas que pueden suceder alrededor de nosotros.
También está la rebuscadísima palabra periplo, que de acuerdo con sus orígenes se refiere a un viaje “alrededor de”, un tour como dirían los franceses, es decir, “una vuelta” y para que sea así, tiene que regresar a su lugar de origen… un viaje de ida y vuelta, pues.
Hay quienes usan este término en referencia al Periplo de Hannon, que es un famoso relato de este explorador cartaginés —o sea, que es natural de Cartago, una antigua ciudad del norte de África— que en aquellas épocas anduvo paseándose con su flota por esas tierras africanas y fue describiendo cómo les fue en el viaje… al menos eso dice la historia.
Querido lector, que ahora mismo lee en un periódico, le digo a usted que también esa palabra incluye a la dichosa peri-. Periódico es lo que sucede en un cierto período —en el caso de la publicación de un periódico, es diario y de ahí toma su nombre— y esta palabra incluye además a la raíz hodos que significa “camino”. La idea que se pretende dar es la de un camino circular, que obviamente regresa al punto de partida.
Hablando de partidas, ya se está llegando el momento de la mía, pero antes de despedirme, apreciado lector, le dejo una lista de palabras que comparten el prefijo de periplo y que son, al menos, tan rebuscadas como ésta: peristáltico, perihelio, perigeo, perianto y periblepsia