/ jueves 1 de julio de 2021

Derecho Humano al Agua

El día 28 de junio se celebró nuevamente en el Senado de la República un foro como parte del debate que se ha dado en el poder legislativo en torno a la Ley de Aguas como prioridad nacional.

Vale la pena señalar el contexto de lo que ha ocurrido a nivel internacional y nacional. En el año 2002 el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ECOSOC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que el acceso al agua es un derecho humano. “Todos tenemos derecho “a accesar a agua suficiente, aceptable, accesible, asequible, para el uso personal y doméstico”. Posteriormente, en el 2011 la ONU declaró que el acceso seguro al agua potable y saneamiento es un derecho humano.

El Derecho Humano al Agua se estableció en la Constitución de nuestro país en el 2012, cuando se modificó el artículo cuarto de la Carta Magna; sinembargo aún no está estipulado en la Ley de Aguas vigente. La importancia del tema radica en estipular una cantidad mínima del líquido vital para cada persona. Al mismo tiempo debe garantizarse que esta sea de buena calidad para la salud. Adicionalmente, en términos de salud, la OMS (Organización Mundial de la Salud) afirma que una persona al día debe de tener acceso entre 50 y 100 litros de agua para cubrir sus necesidades básicas.

Con base en lo anterior se entiende la impòrtancia de garantizar que el derecho humano al agua quede plasmado como una obligación en la nueva Ley de Aguas, ya que es un satisfactor indispensable para todas las necesidades cotidianas del ser humano (vivienda, salud, alimentación, etc). En síntesis, lo que se busca es que las personas vivan de una manera digna.

Lamentablemente la OMS señala que a nivel mundial 3 de cada 10 personas no tienen acceso a agua potable y en México, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para el 2018, el 91.6% de la población total tenía acceso a agua potable. Este es un dato preocupante pues ya se debería tener el 99% de la población cubierta atendida con el vital líquido.

Así mismo se tiene que enfrentar otro gran problema. La mayoría de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación. Adicionalmente, en la infraestructura instalada tanto en zonas urbanas como rurales, se requiere de mantenimiento. La falta del mismo ha resultado en una pérdida de 40 por ciento del líquido disponible para la agricultura, tal como se indica en el Programa Nacional Hídrico 2019-2024 de Conagua.

Tenemos en el tema hídrico un gran pendiente que atender con toda la población y todos los sectores. Se debe hacer política, acordar política pública y redactar la Ley de Aguas. Es necesario generar escenarios factibles para atender lo indispensable tanto en calidad, como en cantidad. Lo que no se haga hoy, dejará una deuda muy importante para las futuras generaciones. Es indispensable reconocer que esto es parte de un sistema, por lo que lo que seguir aplazando la atención al tema, agravará en el marco de la crisis climática que ya vivimos a nivel mundial.

Los efectos del cambio climático se hacen visibles en el agua en forma de sequías ó tormentas. En ambos casos, estos desastres afectan de manera directa al tema de cantidad y de calidad del recurso hídrico. Por esta situación, el derecho humano al agua se ve gravemente afectado. Este planteamiento nuevamente nos habla de la urgencia de cuidar nuestras fuentes de agua, los bosques en su calidad de fábricas de agua, de dirigir recursos en materia de saneamiento para limpiar a tiempo las aguas residuales e industriales y no mantener la espiral creciente de contaminación de agua. Al final todo afecta de manera directa a la salud humana.

El agua es vida, el agua es un derecho, pero también todos tenemos la obligación de el cuidarla y no contaminarla. Es indispensable aprovecharla de manera sustentable de la misma y dar un uso digno para tener una calidad de vida estable y saludable. Esperemos que los foros legislativos y académicos sirvan para acelerar la aprobación de la Ley de Aguas para actualizar nuestro marco legal. Habrá que estar muy pendiente de la negociaciones en los próximos meses.

El día 28 de junio se celebró nuevamente en el Senado de la República un foro como parte del debate que se ha dado en el poder legislativo en torno a la Ley de Aguas como prioridad nacional.

Vale la pena señalar el contexto de lo que ha ocurrido a nivel internacional y nacional. En el año 2002 el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ECOSOC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció que el acceso al agua es un derecho humano. “Todos tenemos derecho “a accesar a agua suficiente, aceptable, accesible, asequible, para el uso personal y doméstico”. Posteriormente, en el 2011 la ONU declaró que el acceso seguro al agua potable y saneamiento es un derecho humano.

El Derecho Humano al Agua se estableció en la Constitución de nuestro país en el 2012, cuando se modificó el artículo cuarto de la Carta Magna; sinembargo aún no está estipulado en la Ley de Aguas vigente. La importancia del tema radica en estipular una cantidad mínima del líquido vital para cada persona. Al mismo tiempo debe garantizarse que esta sea de buena calidad para la salud. Adicionalmente, en términos de salud, la OMS (Organización Mundial de la Salud) afirma que una persona al día debe de tener acceso entre 50 y 100 litros de agua para cubrir sus necesidades básicas.

Con base en lo anterior se entiende la impòrtancia de garantizar que el derecho humano al agua quede plasmado como una obligación en la nueva Ley de Aguas, ya que es un satisfactor indispensable para todas las necesidades cotidianas del ser humano (vivienda, salud, alimentación, etc). En síntesis, lo que se busca es que las personas vivan de una manera digna.

Lamentablemente la OMS señala que a nivel mundial 3 de cada 10 personas no tienen acceso a agua potable y en México, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para el 2018, el 91.6% de la población total tenía acceso a agua potable. Este es un dato preocupante pues ya se debería tener el 99% de la población cubierta atendida con el vital líquido.

Así mismo se tiene que enfrentar otro gran problema. La mayoría de los cuerpos de agua presentan algún grado de contaminación. Adicionalmente, en la infraestructura instalada tanto en zonas urbanas como rurales, se requiere de mantenimiento. La falta del mismo ha resultado en una pérdida de 40 por ciento del líquido disponible para la agricultura, tal como se indica en el Programa Nacional Hídrico 2019-2024 de Conagua.

Tenemos en el tema hídrico un gran pendiente que atender con toda la población y todos los sectores. Se debe hacer política, acordar política pública y redactar la Ley de Aguas. Es necesario generar escenarios factibles para atender lo indispensable tanto en calidad, como en cantidad. Lo que no se haga hoy, dejará una deuda muy importante para las futuras generaciones. Es indispensable reconocer que esto es parte de un sistema, por lo que lo que seguir aplazando la atención al tema, agravará en el marco de la crisis climática que ya vivimos a nivel mundial.

Los efectos del cambio climático se hacen visibles en el agua en forma de sequías ó tormentas. En ambos casos, estos desastres afectan de manera directa al tema de cantidad y de calidad del recurso hídrico. Por esta situación, el derecho humano al agua se ve gravemente afectado. Este planteamiento nuevamente nos habla de la urgencia de cuidar nuestras fuentes de agua, los bosques en su calidad de fábricas de agua, de dirigir recursos en materia de saneamiento para limpiar a tiempo las aguas residuales e industriales y no mantener la espiral creciente de contaminación de agua. Al final todo afecta de manera directa a la salud humana.

El agua es vida, el agua es un derecho, pero también todos tenemos la obligación de el cuidarla y no contaminarla. Es indispensable aprovecharla de manera sustentable de la misma y dar un uso digno para tener una calidad de vida estable y saludable. Esperemos que los foros legislativos y académicos sirvan para acelerar la aprobación de la Ley de Aguas para actualizar nuestro marco legal. Habrá que estar muy pendiente de la negociaciones en los próximos meses.