/ lunes 11 de enero de 2021

Desaparecer organismos autónomos es peligroso

Después de la guerra sucia, Echeverría al final de su sexenio no tuvo otra salida para detener las inconformidades sociales, políticas y económicas, que pactar acuerdos democráticos que fueron concretando gradualmente los siguientes presidentes del priismo.

Con mayor democracia parlamentaria, exigencia de los partidos de la oposición y organismos de la sociedad civil, se van diseñando los organismos constitucionales autónomos cuyas atribuciones además de tener personalidad y patrimonios propios, gozan de plena autonomía en su funcionamiento y constituyen en la realidad, un contrapeso al desmedido poder que tiene un presidente prepotente, a pesar de que la Constitución señala los tres Poderes judicial, legislativo y ejecutivo, deben tener un equilibrio entre si. Los organismos autónomos constituyen un poder fundamental en una democracia.

Como sabemos, lo contrario a la democracia es la autocracia, que una sola persona decida por todos. Por eso la creación de los organismos autónomos son indispensables para impulsar decisiones transparentes y equilibradas. Por el objeto de su creación, le resultan sumamente incómodos al mando preponderante y omnipotente del actual presidente; por eso influye en la elección de quienes forman parte del cada organismo, como lo hizo con la CNDH o la desaparición que concretó del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación. Se imaginan que el Banco de México deje de ser autónomo? O las tareas del Instituto Nacional Electoral vuelvan a estar bajo el control del gobierno?

Pero tengamos mucho cuidado porque usa una aseveración muy socorrida en contra de ellos, como lo es que resultan caros y duplican acciones que bien pueden asumir las dependencias gubernamentales. Así lo acaba de decir respecto al INAI, y anticipa que sus acciones las puede absorber la Secretaría de la Función Pública, cuando quien debería desaparecer es la SFP porque el gobierno simula la comprobación de ilícitos sobre si mismo, recordemos el caso Bartlett.

Hay que decirlo claro: lo que pretende López Obrador es tener control absoluto de cada materia de estos organismos, de sus recursos que por ley les corresponden para su funcionamiento. Dos pájaros de un tiro.

Otro asunto realmente preocupante fue su amenaza de que el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes SIPINNA desaparezca y se integre al DIF, cuestión inaceptable porque incumpliría con las recomendaciones de UNICEF, del Consejo de Derechos Humanos de ONU, y del comité de la Convención Sobre Derechos de la Niñez. La creación del SIPINNA, más allá de que su funcionamiento sea muy deficiente, no puede aceptarse sea absorbido al DIF, en todo caso tendría que ser al revés.

Hoy el Presidente quiere regresar 50 años atrás respecto al logro de estas instituciones autónomas cuyo objeto es tener mayor eficiencia y transparencia al no estar subordinados al poder presidencial; por eso le son incómodos particularmente al actual Presidente cuya vena autoritaria la demuestra un día si y otro también.

Observamos una constante amenaza de disminución a sus presupuestos; por lo tanto es necesario una integración en la Cámara de Diputados sin mayoría del partido de López Obrador; ahí está la clave para que no sigan perdiendo su real contrapeso respecto a las decisiones de un Presidente que ejerce su poder desde la autocracia.

Después de la guerra sucia, Echeverría al final de su sexenio no tuvo otra salida para detener las inconformidades sociales, políticas y económicas, que pactar acuerdos democráticos que fueron concretando gradualmente los siguientes presidentes del priismo.

Con mayor democracia parlamentaria, exigencia de los partidos de la oposición y organismos de la sociedad civil, se van diseñando los organismos constitucionales autónomos cuyas atribuciones además de tener personalidad y patrimonios propios, gozan de plena autonomía en su funcionamiento y constituyen en la realidad, un contrapeso al desmedido poder que tiene un presidente prepotente, a pesar de que la Constitución señala los tres Poderes judicial, legislativo y ejecutivo, deben tener un equilibrio entre si. Los organismos autónomos constituyen un poder fundamental en una democracia.

Como sabemos, lo contrario a la democracia es la autocracia, que una sola persona decida por todos. Por eso la creación de los organismos autónomos son indispensables para impulsar decisiones transparentes y equilibradas. Por el objeto de su creación, le resultan sumamente incómodos al mando preponderante y omnipotente del actual presidente; por eso influye en la elección de quienes forman parte del cada organismo, como lo hizo con la CNDH o la desaparición que concretó del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación. Se imaginan que el Banco de México deje de ser autónomo? O las tareas del Instituto Nacional Electoral vuelvan a estar bajo el control del gobierno?

Pero tengamos mucho cuidado porque usa una aseveración muy socorrida en contra de ellos, como lo es que resultan caros y duplican acciones que bien pueden asumir las dependencias gubernamentales. Así lo acaba de decir respecto al INAI, y anticipa que sus acciones las puede absorber la Secretaría de la Función Pública, cuando quien debería desaparecer es la SFP porque el gobierno simula la comprobación de ilícitos sobre si mismo, recordemos el caso Bartlett.

Hay que decirlo claro: lo que pretende López Obrador es tener control absoluto de cada materia de estos organismos, de sus recursos que por ley les corresponden para su funcionamiento. Dos pájaros de un tiro.

Otro asunto realmente preocupante fue su amenaza de que el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes SIPINNA desaparezca y se integre al DIF, cuestión inaceptable porque incumpliría con las recomendaciones de UNICEF, del Consejo de Derechos Humanos de ONU, y del comité de la Convención Sobre Derechos de la Niñez. La creación del SIPINNA, más allá de que su funcionamiento sea muy deficiente, no puede aceptarse sea absorbido al DIF, en todo caso tendría que ser al revés.

Hoy el Presidente quiere regresar 50 años atrás respecto al logro de estas instituciones autónomas cuyo objeto es tener mayor eficiencia y transparencia al no estar subordinados al poder presidencial; por eso le son incómodos particularmente al actual Presidente cuya vena autoritaria la demuestra un día si y otro también.

Observamos una constante amenaza de disminución a sus presupuestos; por lo tanto es necesario una integración en la Cámara de Diputados sin mayoría del partido de López Obrador; ahí está la clave para que no sigan perdiendo su real contrapeso respecto a las decisiones de un Presidente que ejerce su poder desde la autocracia.