/ sábado 17 de febrero de 2024

Discurso de precampaña: dos mujeres y la sombra de un hombre

Es sabido que, en Estados Unidos, el partido republicano se asocia con la imagen de un elefante blanco y la del partido demócrata, con un burro gris. En este sentido, el famoso consultor del partido demócrata, George Lakoff, aconseja a quienes participan en una campaña de este partido, “no pensar en un elefante blanco” (en referencia al partido republicano), pues al hacerlo corren el riesgo de comenzar a pensar en el rival y, en última instancia, plantar la imagen del rival en la mente de sus públicos y votantes. Por tanto, la estrategia básica es normalmente hablar de su propia campaña, sus propias ideas y propuestas.

En estos días he estado colaborando en un proyecto con mi colega y estudiante doctoral Lucía Sánchez Nuevo analizando la comunicación en “X” (antes Twitter) de las dos principales contendientes al gobierno de México, Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruíz durante el periodo entre su registro como aspirantes en junio de 2023 y su nominación oficial como candidatas de sus respectivas coaliciones en septiembre. En el caso de Claudia Sheinbaum se tienen 734 tuits entre el 16 de junio, cuando se registró como aspirante a coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación y hasta el 6 de septiembre, cuando obtuvo su nominación. En el de Xóchitl Gálvez, se cuenta con 475 tuits entre el 28 de junio, cuando se postula para encabezar el Frente Amplio por México, y el 3 de septiembre, día de su nominación como responsable de la construcción de dicha coalición.

Los tuits de las candidatas presentan una gran cantidad de información muy valiosa para el análisis. De manera general, parecería que las candidatas siguen bien el consejo de Lakoff: ninguna interpela directamente a la otra; no hay intercambio entre ellas, ni menciones directas. En cambio, ambas destacan el agradecimiento a seguidores, simpatizantes y personajes políticos que se van sumando a sus campañas, así como la belleza de los lugares de México que visitan, el sabor de la comida local y la riqueza de las expresiones culturales regionales. Sin embargo, un aspecto que, por obvio, no es menos importante, es que ambas resaltan su condición de mujer. La cuestión es, ¿cómo lo hacen?

Una parte de este análisis se realiza a partir de los arquetipos desarrollados por la estudiosa brasileña, Luciana Panke, en relación con las candidaturas políticas encabezadas por mujeres en América Latina. Para Panke, destacan siete grandes arquetipos que tienen que ver con el papel que representan y la imagen que transmiten las mujeres latinoamericanas a lo largo de sus campañas: la mujer ama de casa, la guerrera, la madre, la mujer pendiente, la sumisa, la trabajadora y la sensible. De estos grandes arquetipos, derivan subtipologías interesantes, como la mujer guerrera líder y la guerrera dura, la madre pendiente, la madre sensible, la profesionista subordinada y la profesionista trabajadora.

En el caso de Claudia Sheinbaum, su comunicación oscila entre la guerrera y la profesional. En cuanto a la primera, hay tuits que la colocan como guerrera líder, por ejemplo, cuando destaca sus logros al frente del gobierno de la Ciudad de México, y algunos más como guerrera dura (aunque menos), cuando llega a criticar a “los de enfrente”. Sin embargo, predomina en su comunicación el arquetipo de mujer profesionista, con componentes de profesionista trabajadora, como cuando destaca sus cualidades de académica y científica, y con componentes predominantes de profesionista subordinada, sobre todo al referirse a seguir y continuar el proyecto de la Cuarta Transformación, pero, sobre todo, al aludir a las declaraciones del presidente López Obrador y a las acciones de su gobierno. Da la impresión de que Claudia Sheinbaum, durante el periodo analizado, construyó su estrategia discursiva desde una posición que, antes que nada, reconoce el liderazgo del presidente López Obrador y busca poco más que la continuidad de la Cuarta Transformación, por lo que sus ideas y propuestas (que menciona un par de ellas en este periodo) quedan, en general, subordinadas al proyecto mayor encabezado por el presidente.

En el caso de Xóchitl Gálvez, su comunicación en este periodo encaja más en el arquetipo de mujer guerrera líder, cuando destaca su trayectoria y presenta algunas propuestas, y mujer guerrera dura, cuando se defiende o critica al presidente López Obrador. Xóchitl Gálvez construye su discurso en este periodo desde el desafío al presidente y desde su posición como una mujer que viene luchando “desde abajo”.

Lo interesante es que, en ambos casos, lo que queda claro es que, si bien las dos resaltan su condición de mujer y ninguna interpela a la otra, la construcción de su discurso se hace siempre a la sombra y en referencia de un hombre, el presidente López Obrador. Desde la academia, con estos datos se pueden hacer varios análisis interesantes, aunque para la política, sería mucho mejor que las candidatas, ahora que oficialmente inicie la campaña, dejen de subir al presidente a la misma y las podamos valorar por lo que cada una pueda aportar en propuestas e ideas hacia el futuro del país.

Es sabido que, en Estados Unidos, el partido republicano se asocia con la imagen de un elefante blanco y la del partido demócrata, con un burro gris. En este sentido, el famoso consultor del partido demócrata, George Lakoff, aconseja a quienes participan en una campaña de este partido, “no pensar en un elefante blanco” (en referencia al partido republicano), pues al hacerlo corren el riesgo de comenzar a pensar en el rival y, en última instancia, plantar la imagen del rival en la mente de sus públicos y votantes. Por tanto, la estrategia básica es normalmente hablar de su propia campaña, sus propias ideas y propuestas.

En estos días he estado colaborando en un proyecto con mi colega y estudiante doctoral Lucía Sánchez Nuevo analizando la comunicación en “X” (antes Twitter) de las dos principales contendientes al gobierno de México, Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruíz durante el periodo entre su registro como aspirantes en junio de 2023 y su nominación oficial como candidatas de sus respectivas coaliciones en septiembre. En el caso de Claudia Sheinbaum se tienen 734 tuits entre el 16 de junio, cuando se registró como aspirante a coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación y hasta el 6 de septiembre, cuando obtuvo su nominación. En el de Xóchitl Gálvez, se cuenta con 475 tuits entre el 28 de junio, cuando se postula para encabezar el Frente Amplio por México, y el 3 de septiembre, día de su nominación como responsable de la construcción de dicha coalición.

Los tuits de las candidatas presentan una gran cantidad de información muy valiosa para el análisis. De manera general, parecería que las candidatas siguen bien el consejo de Lakoff: ninguna interpela directamente a la otra; no hay intercambio entre ellas, ni menciones directas. En cambio, ambas destacan el agradecimiento a seguidores, simpatizantes y personajes políticos que se van sumando a sus campañas, así como la belleza de los lugares de México que visitan, el sabor de la comida local y la riqueza de las expresiones culturales regionales. Sin embargo, un aspecto que, por obvio, no es menos importante, es que ambas resaltan su condición de mujer. La cuestión es, ¿cómo lo hacen?

Una parte de este análisis se realiza a partir de los arquetipos desarrollados por la estudiosa brasileña, Luciana Panke, en relación con las candidaturas políticas encabezadas por mujeres en América Latina. Para Panke, destacan siete grandes arquetipos que tienen que ver con el papel que representan y la imagen que transmiten las mujeres latinoamericanas a lo largo de sus campañas: la mujer ama de casa, la guerrera, la madre, la mujer pendiente, la sumisa, la trabajadora y la sensible. De estos grandes arquetipos, derivan subtipologías interesantes, como la mujer guerrera líder y la guerrera dura, la madre pendiente, la madre sensible, la profesionista subordinada y la profesionista trabajadora.

En el caso de Claudia Sheinbaum, su comunicación oscila entre la guerrera y la profesional. En cuanto a la primera, hay tuits que la colocan como guerrera líder, por ejemplo, cuando destaca sus logros al frente del gobierno de la Ciudad de México, y algunos más como guerrera dura (aunque menos), cuando llega a criticar a “los de enfrente”. Sin embargo, predomina en su comunicación el arquetipo de mujer profesionista, con componentes de profesionista trabajadora, como cuando destaca sus cualidades de académica y científica, y con componentes predominantes de profesionista subordinada, sobre todo al referirse a seguir y continuar el proyecto de la Cuarta Transformación, pero, sobre todo, al aludir a las declaraciones del presidente López Obrador y a las acciones de su gobierno. Da la impresión de que Claudia Sheinbaum, durante el periodo analizado, construyó su estrategia discursiva desde una posición que, antes que nada, reconoce el liderazgo del presidente López Obrador y busca poco más que la continuidad de la Cuarta Transformación, por lo que sus ideas y propuestas (que menciona un par de ellas en este periodo) quedan, en general, subordinadas al proyecto mayor encabezado por el presidente.

En el caso de Xóchitl Gálvez, su comunicación en este periodo encaja más en el arquetipo de mujer guerrera líder, cuando destaca su trayectoria y presenta algunas propuestas, y mujer guerrera dura, cuando se defiende o critica al presidente López Obrador. Xóchitl Gálvez construye su discurso en este periodo desde el desafío al presidente y desde su posición como una mujer que viene luchando “desde abajo”.

Lo interesante es que, en ambos casos, lo que queda claro es que, si bien las dos resaltan su condición de mujer y ninguna interpela a la otra, la construcción de su discurso se hace siempre a la sombra y en referencia de un hombre, el presidente López Obrador. Desde la academia, con estos datos se pueden hacer varios análisis interesantes, aunque para la política, sería mucho mejor que las candidatas, ahora que oficialmente inicie la campaña, dejen de subir al presidente a la misma y las podamos valorar por lo que cada una pueda aportar en propuestas e ideas hacia el futuro del país.